HOLA A TOD@s:

Soy Graciela Arízaga Torres, segunda hija de entre 7, nacida en Guayaquil, en el seno de una familia cristiana.
A los 17 años recuerdo que comencé a experimentar el vacío existencial y las consiguientes preguntas. Quién soy?, Para qué estoy en el mundo?, Cuál es el sentido de mi vida? Encontré respuesta, sin duda, a estos y otros interrogantes en Jesús, mi Señor.
No fueron respuestas inmediatas, es verdad, tomó algún tiempo el irlas resolviendo. El Señor, como buen Maestro, me fue mostrando el camino a través de las personas que puso en mi vida y de las circunstancias que ayudaron en el discernimiento.
Como dice San Pablo, soy lo que soy gracias al Señor y a su infinita misericordia y paciencia conmigo; su Amor me cautivó y ese cariño es el que sostiene mi respuesta día a día en fidelidad.
Como dice San Pablo, soy lo que soy gracias al Señor y a su infinita misericordia y paciencia conmigo; su Amor me cautivó y ese cariño es el que sostiene mi respuesta día a día en fidelidad.
Doy gracias a la Congregación que me acogió en su seno y me ayuda a crecer en mi vocación como Esclava del Divino Corazón desde hace 13 años. Me gustó la Congregación, primeramente, por su nombre: esclava, pertenencia absoluta al Señor; después, por la espiritualidad centrada en el Corazón de Cristo, sus sentimientos, su acogida para todo@s sin distinción. Mi deseo es el de llegar a tener sus mismos sentimientos de acogida, perdón, cariño para todo@s los que ahora son mis destinatarios de la misión encomendada.
Confieso que, muchas veces, no me sale bien la lección, pero confío en Él y en su Gracia que me acompañan y sostienen para hacer así visible este Reino de Dios, su Pasión y por el cual entregó su Vida.
Confieso que, muchas veces, no me sale bien la lección, pero confío en Él y en su Gracia que me acompañan y sostienen para hacer así visible este Reino de Dios, su Pasión y por el cual entregó su Vida.
