Un día, a raíz de la inquietud de transmitir tanto bien recibido, dialogamos en comunidad cómo extender nuestra experiencia, como compartir y hacer partícipe de nuestro agradecimiento y alegría a otros y surgió esta propuesta: Unas jornadas de puertas abiertas “Venid y veréis”.
Convocamos a un grupo de jóvenes con inquietud religiosa, a vivir con nosotras un fin de semana - haciendo ellos nuestra vida, - con idea de propiciar la experiencia de que se puede disfrutar con cosas sencillas, de que la fe crece más en grupo, de que merece la pena enamorarse del Señor, seguirle, vivir para los demás, orientados por su voluntad que es siempre mejor que la nuestra.
Ha sido un disfrute compartido.
Una de las chicas que ha participado, Alexandra, nos cuenta su experiencia:
“Tuve la oportunidad de asistir a una vivencia con las Esclavas del Divino Corazón este fin de semana en Quito, los jóvenes que asistieron y yo nos sentimos agradecidos por la gran acogida por parte de las hermanas y las novicias.
Definitivamente esta ha sido la mejor experiencia que llevaré: sus palabras, sus ejemplos, la manera en que nos integramos y compartimos nuestras experiencias… hicieron que mi vida tenga un rumbo diferente, una manera de pensar más profunda, una motivación por conocer y aprender más. Los momentos de reflexión y silencio que hemos tenido, han hecho que dé un gran paso en la comunicación conmigo misma y más que todo con Dios y así poder transmitir a mi familia y amigos lo que he aprendido en esta experiencia. Como vimos en el tema que trabajamos, siento que, de algún modo estoy llamada a servir como María madre de Dios, madre nuestra que es una mujer fiel a Dios, capaz de ver más allá de lo cotidiano y capaz de arriesgarlo todo y sé que a nada he de temer mientras este junto a Dios”.
ALEXANDRA MACIAS