El pasado día 4 de Marzo tuvimos la suerte de poder disfrutar y acercarnos un poquito a Paraguay. Aunque, todo hay que decirlo, para Susana este día comenzó antes con la preparación de la presentación, las compras… todo lo que hacía falta para poder hablarnos de su querida tierra.
Comenzamos el día despertándonos con “Viva el bravo Paraguay” (música paraguaya) y a continuación nos pusimos en la presencia del Señor y colocamos a sus pies a las hermanas que viven y dan la vida o la han dado ya en Paraguay. Nombres concretos que nos hablan de disponibilidad, entrega….
Durante el día pudimos disfrutar de su comida típica: cueritos y pasta frola en el desayuno, para el almuerzo sopa paraguaya, asado a la olla, mandioca, arroz con queso, budín de pan y pie de limón. Para terminar, la cena paraguaya: sopa de verdura con tarta de jamón y queso.
En la tarde hubo tiempo para bailar, acercarnos y conocer no sólo Paraguay con su cultura (fiestas, trajes, artesanía…) sino también las hermanas que allí viven y la misión que llevan a cabo. Es un disfrute poner rostro y ubicar la tarea que otras Esclavas llevan. Es bonito ver cómo cada una desde donde estamos anunciamos el Amor personal de Jesucristo.
Y terminamos el día recogiéndolo con el Señor rezando vísperas al puro estilo paraguayo con sus cantos en guaraní.
Creo que de lo que más disfrutamos sin duda fue de ver a Susana disfrutar, orgullosa de su tierra y de su gente.