El Obispo Auxiliar de Quito, Monseñor Danilo Echeverría hizo una visita sorpresa a nuestra comunidad el 5 de mayo. Era un día de sorpresa y gracia a la vez porque nadie lo esperaba.
Era un hombre de fe y con un corazón sencillo. Algunos de nosotras compartimos cómo conocimos la congregación, nuestra historia vocacional, la historia de nuestros fundadores y cómo era sus inspiración de fundar la Congregación.
Pensamos que él se iba a quedar solo unas horas porque no habíamos ido a misa todavía. Pero él se ofreció a celebrar la Eucaristía con nosotras. La celebración fue muy sencilla pero profunda, especialmente la homilía que nos dio. La sorpresa no terminó ahí. Él se quedó a cenar y nos dejó unas palabras de inspiración y consejos. Lo que me impactó de sus palabras eran las actitudes que fortalecen la propia vocación: son sinceridad incluso en las cosas pequeñas, la apertura y el dialogo con la persona adecuada, y ser piadosa, tener detalles que me puedan acercar más al Señor. También nos dio consejo sobre la perseverancia aun en situaciones difíciles. Cuando tengamos que enfrentarnos a nuestros propios demonios y debilidades, nunca abandonar la oración. Nuestra vocación es un don y Él no se lo lleva. El Señor es un Dios misericordioso y compasivo.
Mientras el hablaba, me acordé de nuestro Padre cuando daba breves enseñanzas a las primeras Esclavas cuando estaba entre ellas. ¡Qué suerte tengo!
Esa experiencia dejó una huella en mí ser y me inspiró a buscar al Señor y vivir una vida con sentido cada día.
¡Gracias al Monseñor Danilo Echeverría por su visita!