¡Parece mentira que haya pasado un año ya! Ha sido paso de Dios la experiencia en el Ecuador. En mi corazón y en mi memoria, quedan guardados como tesoro cada uno de los momentos vividos, los encuentros con los jóvenes y niños de nuestro colegio, las Eucaristías tan llenas de vida de nuestra parroquia, los ratos de formación en el Inter, el ambiente precioso de la Vida Religiosa de Ecuador…Pero sobre todo en mi historia ya hay grabados nombres nuevos que son motivo de alegría, experiencia del amor de Dios y ¡Congregación!:
Virginia, Victoria, Lorena, Graciela, Fátima, Elmor, Gislany ,Jerline, Susi… ¡¡GRACIAS!!
La ventana sigue abierta, yo me despido con el deseo de poder seguir siendo partícipe de lo que por allá se viva. Ahora comienza una nueva etapa de formación.
El Señor que sabe lo que hace con cada una de nosotras nos seguirá cuidando y llevará a “buen término” su obra. Como se dice por allá…Chao y chao y que Diosito nos las bendiga.
Rocío.