Canto
Salmo
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti ;
yo digo al Señor : « Tú eres mi bien. »
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa ;
mi suerte está en tu mano :
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
del salmo 15
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti ;
yo digo al Señor : « Tú eres mi bien. »
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa ;
mi suerte está en tu mano :
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
del salmo 15
Lectura
San Pedro escribe: Acercándoos a él, piedra viva, desechada por los hombres, pero elegida, preciosa ante Dios, también vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos a Dios por mediación de Jesucristo. (…) Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz, vosotros que en un tiempo erais pueblo y que ahora sois el pueblo de Dios, de los que antes no se tuvo compasión, pero ahora son compadecidos.
1 Pedro 2, 4-5, 9-10
Jesús dice: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino.» Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por mí.»
Juan 14, 1-6
San Pedro escribe: Acercándoos a él, piedra viva, desechada por los hombres, pero elegida, preciosa ante Dios, también vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos a Dios por mediación de Jesucristo. (…) Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz, vosotros que en un tiempo erais pueblo y que ahora sois el pueblo de Dios, de los que antes no se tuvo compasión, pero ahora son compadecidos.
1 Pedro 2, 4-5, 9-10
Jesús dice: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino.» Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por mí.»
Juan 14, 1-6
Canto
Silencio
Oración de Intercesión
Cristo, tú has infundido sobre tus discípulos el Espíritu Santo recibido del Padre: condúcenos con ese mismo Espíritu.
Cristo, tú nos envías a anunciar tu perdón: revela tu amor a cada ser humano.
Cristo, tú has prometido que el Espíritu nos enseñaría todas las cosas: ilumina nuestra fe.
Cristo, tú has prometido el Espíritu de paz: renueva la tierra con tu paz.
Cristo, tú has prometido enviar el Espíritu de verdad: haz que conozcamos tu amor que supera todo conocimiento.
Cristo, tu Espíritu llena el universo: él habita en cada uno de nosotros.
Padrenuestro
Oración
Salvador de toda vida, al seguirte elegimos amar, en ningún caso endurecer nuestro corazón. Tú quieres para nosotros una alegría de Evangelio, y cuando las profundidades son invadidas por una niebla, un camino permanece abierto, el de la serena confianza.
Oración
Salvador de toda vida, al seguirte elegimos amar, en ningún caso endurecer nuestro corazón. Tú quieres para nosotros una alegría de Evangelio, y cuando las profundidades son invadidas por una niebla, un camino permanece abierto, el de la serena confianza.
Cantos