Nos acercaremos al icono de Jesús haciendo el total derroche de la Eucaristía.
Jesús está reunido con sus discípulos para comer juntos la cena de Pascua. Lucas dice que también allí discutían sobre cuál de ellos era el de mayor categoría; y sabemos por el evangelio de Juan que Jesús realiza un gesto silencioso.
Contempla a Jesús levantándose, quitándose el manto, ciñéndose la toalla, tomando la jarra y la jofaina y poniéndose de rodillas delante de cada uno de los discípulos para lavarles los pies. Es su manera de estar ante lo sucio de los otros, ante sus defectos, sus fallos, sus pecados… Todo eso que a nosotros nos lleva a juzgar con severidad, a criticar, a distanciarnos…, a él le impulsa a acercarse, a ponerse de rodillas para lavarlo y devolverlo al otro la posibilidad de continuar caminando.
Escucha su diálogo con Pedro, que se resiste – como tú, como casi todos- a entrar en ese juego del evangelio en el que todo es al revés: “Si no te lavo, no tienes parte conmigo…” Graba en tu corazón esta ley del Reino: “Sólo tiene parte con Jesús el que se pone de rodillas a su lado para lavar los pies a los más pequeños.
Párate a contemplar la imagen.
La cara de Jesús desaparece al volcarse en Pedro, sólo en el reflejo del agua encontramos su rostro. Es como si la verdadera identidad de Jesús se desvelara en el servicio. Es difícil acceder a Dios directamente pero si rastreas en la gente que te ha servido o en las ocasiones en las que tú has servido, poco a poco, vas descubriendo el rostro de Dios. Fíjate en la escena, sólo el agua, signo de la entrega hacia otro, nos permite ver el rostro de Jesús.
Este gesto pequeño no queda aislado, observa la mesa: el pan y el vino aparecen como signo de esa entrega que no reserva nada para sí. Lo que hará más tarde a lo bestia lo hace aquí a lo pequeño. Por eso no es teatro, no es espectáculo,… es anuncio es promesa,… es un paso más en el camino de entrega a los hombres que se consumará en la cruz.
Para la reflexión personal:
1. Ecos tras contemplar a Jesús en el lavatorio de los pies ¿a qué me llama?
2. Ecos tras realizar el gesto. ¿Cómo me he sentido lavando los pies? ¿Cómo me he sentido cuando me los lavaban a mí?
3. Experiencias personales de derroche ¿cómo me sentí?
4. ¿Qué personas, realidades están reclamando mi entrega?