Mirar a las estrellas implica tener fe, descubrir la luz en la noche y caer en la cuenta de que la fe brilla en la oscuridad.
Abraham responde con sus manos abiertas a la llamada del Señor, con total disponibilidad desde una fe que sabe mirar al cielo y descubrir, en medio de su esterilidad, que su descendencia se prolongará como estrellas del cielo o como la arena de las aguas marinas.
Señor creo en Ti, aumenta mi fe, haz que cada día pueda descubrir que en medio de mis oscuridades la luz de la fe ilumina el camino de tu voluntad:
“Padre me pongo en tus manos,
haz de mí lo que quieras
sea lo que sea te doy las gracias
te entrego todo
te doy todo
con tal que tu voluntad
se cumpla en mí y en todas tus criaturas.
Te entrego mi vida, te la doy
con todo el amor que soy capaz
porque te amo y necesito darme
con infinita confianza
porque tú eres mi Padre. Amén”