
Vamos a contemplar este cuadro en silencio de forma relajada. En primer lugar, cierra los ojos un par de segundos y luego ábrelos y fija tu atención en el cuadro: ¿cuál es la primera sensación que te transmite?
No interpretes nada, déjate llevar por el arte, por la belleza, la luz y el color. Contempla en silencio (1minuto).
Métete progresivamente dentro de la imagen. Abre tu sensibilidad. (3 minutos)
Reconocer
Mira la imagen como si no se tratara de un tema religioso. No intentes dar ninguna interpretación ni buscar ningún significado. Limítate a reconocer y a describir el cuadro en sus grandes líneas y en sus detalles; cada elemento, cada detalle tiene su importancia y juega su papel pensado por el artista.
Primero, descubre la estructura de la composición de la obra: ¿cuál es su centro?; ¿cómo se disponen los personajes?; ¿qué colores predominan? ¿colores fuertes o apagados, oscuros o claros? ¿cómo es la luz, de dónde sale y qué ilumina? ¿Qué te parece la composición: ¿qué hay delante?; ¿qué hay en el fondo?; ¿a la izquierda?; ¿a la derecha..., arriba..., abajo?
Finalmente diferencia los personajes: ¿cuántos hay, quiénes son, qué hacen, qué aspecto tienen?
¿Has reparado en el personaje de las manos en el plano del observador?
Sentir
"Cada cuadro provoca una determinada gama de sensaciones: ¿Qué sentimientos te produce el cuadro? Por ejemplo: de paz, angustia, calma, calor humano...". "¿Qué recuerdos evoca el cuadro en tu memoria; situaciones, experiencias, anécdotas?".
Interpretar
¿Cuál piensas que es el mensaje que el cuadro tiene para tu vida?". "¿Qué escena crees que representa el artista?: ¿Qué significado tiene el cuadro?; ¿qué te quiere decir?"
"Para decirnos todo esto el artista ha utilizado determinados símbolos o recursos artísticos?; ¿qué símbolos son éstos?". ¿Quién es el personaje central?
Siéntate a la mesa
El autor ha renunciado a pintar a Jesús precisamente para meternos a nosotros, espectadores, en el cuadro. En realidad, lo que quiere provocar es que nosotros veamos las cosas como las ve Cristo. Es más, quiere hacernos sentir lo mismo que siente Cristo.
Ponte en su lugar, coge el pan y el vino. Mira a los ojos a estos personajes que están esperando tus palabras. ¿Qué les dirías? Pronuncia las palabras de Jesús: Tomad mi cuerpo, ¿estarías dispuesto/a a entregar tu cuerpo por alguien que lo necesite?, ¿por quién? Levanta el cáliz y di: “Tomad y bebed de mi sangre que será derramada por vosotros”. ¿Estarías dispuesto a derramar tu sangre, a comprometerte hasta tener problemas?
Contempla despacio el cuadro y medita. Deja que te hable al corazón. Apunta todos tus sentimientos e ideas.