a. Hay cosas “pequeñas” que me cuesta trabajo abandonar. Si me cuesta trabajo dejarlas, quizá es que no sean tan “pequeñas” para mi…
Pensar sobre esto a nivel de costumbres: personales, familiares, sociales, religiosas, comunitarias… ¿Qué me aportan, qué seguridad me dan?
b. ¿Ocurrió alguna vez que permanecimos en algo porque “toda la vida se había hecho” sin otra razón que esa?
c. ¿Por dónde puede ir la urgencia evangélica, en mi situación concreta de relaciones, cuando decimos que el cariño a los demás, conforme al Corazón de Dios, es mucho más que no matar?
d. ¿Por dónde puede ir la urgencia evangélica, en mi situación concreta de relaciones, cuando decimos que el cariño entre quienes se han dado una palabra de fidelidad, conforme al Corazón de Dios, es mucho más que no adulterar?
e. ¿Por dónde puede ir la urgencia evangélica, en mi situación concreta de discernimiento, cuando decimos que ser buenos, conforme al Corazón de Dios, siempre es mucho mejor y “más útil” que cualquier otra cosa por mucho valor que digamos que tiene.