Si tuviera que darte una razón de vida
abriría el cielo y partiríamos solos
a probar el nuevo vuelo que ha de nacer en ti,
a robarle un poco de su altura al Sol.
Si tuviera que darte una razón de vida
llenaría de exposiciones los huecos del alma
y de sueños y cariños
llenaría las paredes,
y es que en este pobre sitio tan pequeño
tan pequeño,
cabe tanto,
cabe tanto...
Es hora de vivir y transformar.
Es hora de abrazar y dar aliento.
Es hora de aceptar
que tienes un por qué
para abrazar,
para soñar,
para empezar con fuerza
este día.
Si tuviera que darte una razón de lucha
pediría a tus ojos que se abrieran.
No hace falta mirar lejos
para ver las soledades
para ver que hay más de un hombre
que hoy te espera.
Si tuviera que darte una razón de lucha
pediría a tu corazón tan sólo un latido
donde puedas sentir el dolor
de quien hoy verá su muerte,
de quien hoy no comerá como otras veces,
como otras veces,
tantas veces,
tantas veces...
Es hora de luchar y de arriesgar.
Es hora de acercar justicia a otros.
Es hora de aceptar
que tienes un por qué
para abrazar...