• No hay mayor pobreza que no existir para nadie y saberlo.
• La felicidad del hombre no es un problema económico es un problema de sabernos conocidos, valorados e importantes para otros.
• Nuestro reto en un mundo olvidado: una Pastoral empeñada en transparentar al Dios que me conoce por mi nombre, me hace más persona y cuenta conmigo.
• “Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed,… ¿cuándo Señor, te vimos hambriento y te dimos de comer?” (Mt 25)
• Grito silencioso de tantas realidades sufrientes: ancianos, niños, enfermos, inmigrantes, mujeres,… personas expulsadas de una sociedad en la que no cuentan.
• Un Dios Buena Noticia es un Dios que nos sale al encuentro: Dios-con-nosotros, el Emmanuel.
• Un ejercicio de humanidad: encontrarnos los unos con los otros,
• ¡Necesito que alguien sepa que existo!
• Saludarle, mirarle, agradecerle, reconocerle, rezar por él, ayudarle, preguntarle, admirarle, hablarle,…, darme cuenta de que el otro está a mi lado, es decirle ¡gracias por existir!, ¡me importas!,
• Acudir a la primera necesidad del hombre: hacernos prójimos y próximos.
• “No hay mayor desprecio que no hacer aprecio”, una lógica antievangelio.
• En mi comunidad, en mi familia, en mi lugar de trabajo, en mi ciudad, en mi país, en el mundo ¿quiénes cuentan? y ¿quién no “cuenta” casi nada?
• Ojos que ven, corazón que siente… ¡imposible quedarse igual!
• Educar en la justicia y la solidaridad pasa por reconocer, acercarme y contar con todo hombre, pueblo y nación, sobre todo con los más olvidados.
• Soy lo que soy, porque tú me ayudas a ello.
• …
Y a ti ¿qué te sugiere?