Tú, rostro de un mismo cuerpo,
Cristo de todo hombre;
Fraternidad hecha carne,
Luz de todos los desastres.
Hondura del ser y rincón al que volver
…en busca de respiro.
Raíz y principio de todos los sentidos,
tierra inerte que a tu lado
se vuelve milagro compartido.
Árbol que a tu sombra crece sin desvío,
pilares que se funden al abrazo de tu abrigo,
golpes que siempre fueron menos contigo.
Tierra deshabitada
que tu aliento fue soñando,
pobreza que en tus brazos
hace posible el camino,
grietas que a tu vera
reconstruyen lo perdido.
Amor arrodillado que sostiene a la vida,
milagro que alborota toda existencia perdida.
Mirada que dignifica lo que ya se ha vivido,
despojos que permanecen a salvo
… si es contigo.
Enraízate en la tierra y obra maravillas,
que los muros de la casa descansen en tierra segura.
Arraiga todo amor al tuyo
¡Oh Cristo de todo hombre!,
haz que brote la esperanza
y resplandece como sentido
de toda miseria humana.
Reyes Bo