Postrada con el peso de tus gracias
¡Señor, aquí me tienes...!
mi flaqueza no acierta a descubrir
Señor, qué es lo que quieres.
Si no fuera porque confío en tu amor
yo llegaría a pensar
que ya me estás pagando aquí en la tierra
mi pobre caminar.
Yo no esperaba alivio en esta vida
y quise prescindir
de comprensión humana, de consuelos,
y entonces... ¿por qué así?
Más humilde yo acepto esta limosna
y te digo sin miedo
Jesús, sin condiciones, que soy tuya,
contigo todo puedo.
23-12-1960.
Madre Belén