Madre Belén 27-11-1962
Nadie sabe decirme lo que quiero
que todos callen
¡Háblame Tú, Señor!
Sedienta de tu gracia yo me muero
Tú sólo sabes
calmar mi corazón.
Ya es hora de que como a otro ciego
apliques a mis ojos
el lodo salvador.
Ven, Jesús, que tengo ansias de Cielo
quítame los abrojos
¡Dame tu luz, Señor!