Sé tú
mi inseparable compañero
hacia el destino.
Sé tú
el agua viva de la fuente
en el camino.
Sé tú la luz del sol,
la sombra bienhechora,
la estrella que me guía...
Sé tú mi compañero
en la noche y el día.
Sé tú
quien va conmigo
siempre.
Quien me defiende
siempre.
Quien me da aliento
siempre.
Sé tú,
sólo tú,
siempre tú,
mi norte y mi destino.
Tu voz,
sea tu voz,
sólo tu voz,
lo único que escuche en el camino.
Consuelo Ojeda