Ya el agua de mi arroyo
no se rompe en cascadas.
Es remanso tranquilo
de aguas serenas, claras.
En la oración mi vida
no cavila, no habla;
sólo sabe decirte muy despacio:
gracias, Dios mío, gracias.
Consuelo Ojeda
A história da Congregação no Brasil inicia o relato de Dianópolis assim:
Leer másEn vano pretendemos ser santas sino somos humildes.
Leer másYa el agua de mi arroyo
no se rompe en cascadas.
Es remanso tranquilo
de aguas serenas, claras.
En la oración mi vida
no cavila, no habla;
sólo sabe decirte muy despacio:
gracias, Dios mío, gracias.
Consuelo Ojeda