La sabiduría popular suele responder rápido esta pregunta: ¡cómo podemos!
Esa respuesta aplicaría solo a lo personal, en el conjunto todo está organizado: metodología, materiales, presentación de los mismos… y poder dar la flexibilidad que el proceso va solicitando.
En líneas generales la metodología es sencilla: presentación del tema y toda la documentación que avala y facilita su estudio. Ésta presentación es, por lo general, minuciosa pues requiere que todas lo captemos, cosa fácil de lograr, y también que con todas las palabras estemos pensando lo mismo, esto ya no es tan fácil porque, como todos sabemos, una misma palabra tiene significados muy distintos según desde qué continente, país, o experiencia se esté… lo grande es que esta pluralidad enriquece los contenidos.
Lograda la comprensión y el contenido de las palabras pasamos al trabajo personal que según el tema y los materiales puede ser un tiempo corto, media hora o llegar hasta el día completo.
Seguimos con trabajo grupal, espacio para compartir, confrontar, enriquecer, generar y ampliar el pensamiento; lo más rico está siendo que cada vez es un grupo diferente, ¡qué gran riqueza! y qué buena oportunidad, todas estamos compartiendo con todas, no solo en los espacios informales sino también, en el estudio y reflexión.
Los grupos presentan su trabajo a toda la asamblea se hacen las aclaraciones necesarias para seguir, por lo general, con un amplio y enriquecedor diálogo. El cierre es muy variado, dependiendo del contenido, podemos culminar con una votación, un documento que facilite el siguiente paso o algunas conclusiones.
Los últimos días hemos estado centradas en la organización de la Congregación, esto nos ha paseado por los nueve países, por los aportes de todas las comunidades y asambleas.
Como ven siempre están todos presentes.
Las oraciones se sienten y las agradecemos, seguimos contando con ellas.
Nos alegra verlas tan orantes, reflexivas, trabajadoras, alimentadas y ¡bien compuestas!
En Venezuela todo va cambiando para bien. Nuestro presidente Maduro ha dicho que junto a la Primera combatiente, Cilia Flores, su esposa, alimenta a 50 gallinas ponedoras en su casa y les alcanza para compartir. Esa es la parte que nos corresponde a nosotros pues las bolsas del mercado aún no llegan.
Les enviamos un fuerte abrazo.
El Padre Trigo SJ dice que necesitamos ser personas que miremos como Dios mira: sin fobias por lo menos. Ser conductores de vida y humanidad....
Con cariño desde Venezuela.
Carmen, Ma José, Isabel, Norma, Ledys.