
La Congregación de Esclavas del Divino Corazón fundada en 1885 por Marcelo Spínola y Celia Méndez. Su intención al fundar la Congregación fue crear en la Iglesia una comunidad de personas consagradas al Corazón de Cristo que respondieran a su amor personal y lo dieran a conocer por el servicio apostólico de la educación.
Espiritualidad y Misión:
La Congregación de Esclavas del Divino Corazón es la expresión del celo de Celia Méndez por la voluntad de Dios y de la espiritualidad de Spínola, un hombre enamorado de Jesucristo, centro de su existencia y explicación de la fecundidad y calidad de vida evangélica.
El núcleo de la espiritualidad de la Congregación, que une contemplación y acción apostólica, es el corazón de Jesucristo. La Misión concreta de la Congregación “anunciar a todos los hombres el amor personal que Jesucristo nos tiene” a través de la educación (“formando el corazón de los jóvenes en la verdad evangélica, ilustrando el entendimiento por el conocimiento del saber y transformando así la sociedad”). El estilo con el que las Esclavas realizan su vinculación con el Señor, el de María, primera Esclava del Señor.
Cómo empezó...
Una mañana en la que el párroco, D. Marcelo Spínola, está sentado en el confesionario, como tantas otras. Una mujer joven enlutada acude a D. Marcelo buscando orientación. Es Celia Méndez que ha quedado viuda hace dos meses y medio. En la cruz de la pérdida de su marido ha percibido un llamamiento de Dios hacia algo. Un largo camino de búsqueda, entrega generosa y esfuerzos por parte de Marcelo y Celia terminan en la fundación de la Congregación de Esclavas del Divino Corazón en Coria, el 26 de Julio de 1885.
Desde aquel octubre de San Lorenzo hasta este julio del 1885 han pasado 11 años. Ahora D. Marcelo es obispo de Coria y Celia Méndez se llama Madre Mª Teresa del Corazón de Jesús. Nace la congregación con la misma savia de sus fundadores: profunda vida de oración y vivo celo apostólico. El núcleo de esta espiritualidad que une contemplación y acción apostólica es el Corazón de Jesucristo.
Celia Méndez, guiada por D. Marcelo está al frente de la Congregación durante 23 años. Dirige a las religiosas, las instruye y estimula a realizar la obra de la educación cristiana “formando el corazón de los jóvenes en la verdad evangélica, ilustrando el entendimiento por el conocimiento del saber y transformando así la sociedad”.
Desde aquel octubre de San Lorenzo hasta este julio del 1885 han pasado 11 años. Ahora D. Marcelo es obispo de Coria y Celia Méndez se llama Madre Mª Teresa del Corazón de Jesús. Nace la congregación con la misma savia de sus fundadores: profunda vida de oración y vivo celo apostólico. El núcleo de esta espiritualidad que une contemplación y acción apostólica es el Corazón de Jesucristo.
Celia Méndez, guiada por D. Marcelo está al frente de la Congregación durante 23 años. Dirige a las religiosas, las instruye y estimula a realizar la obra de la educación cristiana “formando el corazón de los jóvenes en la verdad evangélica, ilustrando el entendimiento por el conocimiento del saber y transformando así la sociedad”.
Se suceden las fundaciones: Coria, Málaga, Ronda, Corte Concepción, Moguer, Sevilla y Linares en vida de los fundadores. Más tarde, la expansión misionera: Argentina y Brasil, Japón y Filipinas, Venezuela y Ecuador, Paraguay, Italia, Angola…