Me preguntan que defina mi identidad.
Viví desde los 3 años en un Colegio de Esclavas, en Loreto, hasta los 17 que terminé Pre-universitario.
Aprendí un camino de FE y de entrega, fundamentado en la afirmación que tantas veces encontramos en la Biblia: “Creo en el Dios de mis padres”. En mi casa se experimentaba la FE y el AMOR de una familia creyente.
Recibí el testimonio de muchas Esclavas y sobre todo, la llamada del SEÑOR; ese misterio inexplicable de la vocación se fue fortaleciendo en mi adolescencia, a través de la oración y la Eucaristía.
Mis padres me hicieron esperar un año al terminar mi etapa de Colegio. Un año de
Universidad que afianzó mi decisión de consagrarle mi vida.
Hoy, voy camino de mis 50 años de consagración como Esclava. Más de 30 años de misión en Ecuador, a través de los cuales muchas veces he repetido en mi oración, como la Virgen María: “He aquí la Esclava del SEÑOR”.
Agradezco al Señor mi Historia de Salvación, en el día a día, desde el DON de su Espíritu y sigo en lo que deseo siga siendo mi entrega radical a su Corazón.
Hna. Mª José González -Blanch
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