Canto
Salmo
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado ;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le imputa el delito.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito ;
propuse : « Confesaré al Señor mi culpa »,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia :
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación
Alegraos, justos, y gozad con el Señor ;
aclamadlo, los de corazón sincero.
del salmo 31
Lectura
Así dice el Señor: «¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo? ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en casa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te apartes? Entonces brotará tu luz como la aurora, y tu herida se curará rápidamente. Te precederá la justicia, la gloria del Señor te seguirá.»
Isaías 58, 6-8
Jesús dice: «Cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará. (...) Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro, para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.»
Mateo 6, 6, 16-18
Canto
Silencio
Oración de Intercesión
Dios, nuestro Padre, tú quieres que seamos una criatura nueva en Cristo. Te pedimos.
Señor, tú nos prometes un cielo nuevo y una tierra nueva. Renueva nuestra esperanza.
Tú nos has liberado de todas nuestras esclavitudes dándonos a tu Hijo único. Tú nos abres el camino de la libertad.
Haznos capaces de escuchar y de recibir tu Palabra con un corazón lleno de amor.
Estábamos muertos y tú nos hiciste renacer al Espíritu. A nosotros, que somos pecadores, nos devuelves siempre de nuevo la pureza del corazón.
Padrenuestro
Oración
Cristo, el Resucitado, contigo avanzamos de descubrimiento en descubrimiento. Buscando lo que esperas de nosotros, nuestra vida se abre al Espíritu Santo. El hace que brote en nosotros lo que ni siquiera nos atrevíamos a esperar.
Dios de paz, tú no quieres para nosotros la tenaz inquietud, sino un humilde arrepentimiento de corazón que es como un impulso de confianza que nos permite depositar en ti nuestras faltas. Y, poco a poco, descubrimos una paz del corazón en la luz interior del perdón.
Dios vivo, tu escondes nuestro pasado en el corazón de Cristo y te ocuparás de nuestro futuro.
Cantos
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