El nacimiento de Jesús fue así: María, su madre, estaba desposada con José, y, antes de que vivieran juntos, se encontró encinta por virtud del Espíritu Santo. José, su marido, que era un hombre justo y no quería denunciarla, decidió dejarla en secreto. Estaba pensando en esto, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no tengas ningún reparo en recibir en tu casa a María, tu mujer, pues el hijo que ha concebido viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Enmanuel, que significa Dios con nosotros”. Cuando José despertó del sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió en su casa a su mujer. (Mt. 1, 18-24)
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