De cuantos medios me ayudan
en busca de mi "ideal"
que es Señor "tu Voluntad"
y el ser sin reserva tuya...
es para mí el más amado
ese vivir para dentro
buscándote allá en el centro
de mi alma, con cuidado.
Sentirme en todas mis horas
de mi Cielo en posesión,
viviendo en perfecta unión
con el Dios que en mi alma mora.
Y en esta plena armonía
y suave contemplación
surge en mi vida la acción,
porque mientras llega el día
de la consumada unión
es preciso aprovechar
y a muchas almas llevar
a su eterna salvación.
Pero nunca descuidando
ese vivir hacia dentro
en un perfecto silencio
el querer de Dios buscando
— 1-1-1959 —Madre Belén
© Pintar sonrisas, generar cambios, dar posibilidades de vida, creer, crear,…¡vivir!.
© Recoger lágrimas para generar sonrisas, ¡qué buena profesión!
© “El Señor es mi fuerza y la fuente de mi alegría” Is 12,2
© Ante un mundo que llora ¿quién rescatará sus sonrisas?
© Un gesto pequeño, puede ser la magia de muchas sonrisas.
© “Sonríe siempre aunque tu sonrisa sea triste, porque más triste que tu sonrisa triste, es la tristeza de nos saber sonreír”
© “Consolad a mi pueblo- dice el Señor-”. Is 40,1-2 ¿Cómo consolar, Señor, tanto dolor, tanta llanto?
© Sorprende siempre el amor que me consuela, que me reconstruye, que me perdona. Sorprende y me lanza a hacer lo mismo.
© “Mujer ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? …” Jn 20,15
© Del llanto a la sonrisa, del dolor a la alegría, del pecado a la misericordia, del ahogo a la salvación, de la muerte al amor que nunca muere, ¡me suena a Pascua! ¡Me suena a Resurrección!, ¡me suena a nuestro Dios!
© Un lágrima: lugar privilegiado donde el Señor nos encuentra.
© …
© Y a ti ¿qué te sugiere?
San Pablo escribe: Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas. El que no cometió pecado, y en cuya boca no se halló engaño; él que, al ser insultado, no respondía con insultos; al padecer, no amenazaba, sino que se ponía en manos de Aquel que juzga con justicia.
1 Pedro 2, 21-23
Jesús dice: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir el lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa de ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor y conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre.»
Juan 10, 11-18
Dijo Jesús: ‘No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino.’ Le dice Tomás: ‘Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?’. Le dice Jesús: ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto’. Le dice Felipe: ‘Señor, muéstranos al Padre y nos basta’. Le dice Jesús: ‘¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre’. (Jn. 14, 1-12)
Te esperaré mi buen Amante
a que vengas y me des un abrazo
y traigas toda tu ropa para quedarte.
Te esperaré. Eso es lo único
que puedo hacer hoy.
Desde que no estás aquí,
conmigo,
puedo hacer muy pocas cosas…
he olvidado
las formas del AMOR,
del color, del día,
de la música…
por eso, solo puedo ESPERARTE
y no desesperar
en mi ESPERA,
sangrante y agitada a ratos,
rendida y anhelante otras veces…
Necesitada de Ti SIEMPRE.Irene del Río
- Pero...¿pintar no es estar “dale que te dale” al pincel?
- Comenzar a pintar es comenzar a contemplar, comenzar a vivir es comenzar a saborear, comenzar a trabajar es comenzar a orar.
- ¿Quién me enseñará a pintar así?
- ¡Qué bonita una escuela de pintura que comience sin pincel! ¡Dichoso aquel que tenga un maestro que le enseñe!
- Marta y María. Dos modos distintos de pintar. Dos modos complementarios de realizar una obra de arte.
- La boca, las manos, la vida, habla, hace y es, aquello que rebosa en el corazón. ¿Qué “pinto” yo?
- Me encantaría que alguien al vernos rezar comentase con otros:
“-¿Qué hacen?,
- Están educando, formando corazones.
- Detrás de un artista hay mucho de mirar y dejarse empapar, de contemplar. Detrás de todo santo hay mucho de mirar y dejarse empapar por El, mucho de amor contemplativo.
- ¡Ojalá mi oración y mi acción sean unidad en mi vida! ¡Me habré convertido en pintor!
- ¿Pastoral de eficacia, de haceres de lienzos y pinceles y/o pastoral de tiempos muertos, espacios abiertos, de silencios y silbidos?
- ...
- Y a ti ¿Qué te sugiere?
Canto
Salmo
Yo te amo, Señor ;
tú eres mi fortaleza,
Señor, mi roca,
mi alcázar, mi libertador,
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre.
En el peligro invocaba al Señor,
pidiendo socorro a mi Dios ;
desde su templo escuchó mi clamor,
mi grito llegó a sus oídos.
Me asaltaban el día funesto,
pero el Señor fue mi apoyo.
Me sacó a un lugar espacioso,
me libró porque me ama.
del salmo 17
Lectura
San Juan escribe: Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a aquel que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.
1 Juan 5, 1-4
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.» Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros.» Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.» Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.» Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.»
Juan 20, 24-29
Canto
Silencio
Oración de Intercesión
Cristo resucitado, tu corazón exulta y tu alma se regocija, consuela a todos los que viven en la pena.
Señor resucitado, tú vienes a transfigurar nuestras personas, enciende en nosotros el fuego de tu amor.
Señor resucitado, en ti nuestra resurrección ya ha comenzado sobre la tierra, enciende en nosotros el fuego de tu amor.
Señor resucitado, tú vienes a colmarnos con la paz del corazón, enciende en nosotros el fuego de tu amor.
Señor resucitado, tu Espíritu quema en nosotros la tristeza, enciende en nosotros el fuego de tu amor.
Señor resucitado, tú vienes para reunirnos en tu Cuerpo, la Iglesia, enciende en nosotros el fuego de tu amor.
Padrenuestro
Oración
Tú, el Resucitado, cuando tenemos el simple deseo de acoger tu amor, poco a poco se enciende una llama en lo profundo de nuestro ser. Animada por el Espíritu Santo, esta llama de amor puede ser muy frágil al principio. Lo sorprendente es que arda siempre. Y cuando comprendemos que tú nos amas, la confianza de la fe llega a ser nuestro propio canto.
Cantos
En aquel tiempo Jesús dijo: "Os aseguro que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que se mete por otro lado, es ladrón y salteador. El que entra por la puerta, ese es el pastor que cuida las ovejas. El guarda le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre y las ovejas reconocen su voz. Él las saca del redil, y cuando ya han salido todas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen porque reconocen su voz. En cambio no siguen a un extraño, sino que huyen de él porque no conocen la voz de los extraños." Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Volvió Jesús a decirles: "Os aseguro que yo soy la puerta por donde entran las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí fueron ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que por mí entra será salvo; entrará y saldrá, y encontrará pastos. El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia." (Jn.10, 1-10)Quien dice pastor, dice cuidado, vigilancia, solicitud, providencia.Y en efecto, este cuidado, esta providencia de Dios, nos revela todo el amor y toda la ternura del Corazón de Jesús. No, Dios no nos ha creado, como dicen algunos, para abandonarnos luego; Dios es nuestro Padre, y un padre jamás abandona a sus hijos. Pues, ¿no está Dios continuamente velando sobre nosotros, y atrayéndonos a Él ya de un modo, ya de otro? Dios no cesa de llamarnos con los golpes de su providencia, y si viéramos las cosas que suceden, con los ojos de la fe, encontraríamos en todos los acontecimientos, prósperos o adversos, la mano de la providencia que todo lo dirige a nuestro bien.Nada sucede sin el permiso de Dios; no cae un cabello de nuestra cabeza, ni se agita la hoja en el árbol, sin que Dios lo quiera. Si la fortuna nos sonríe, es porque Dios lo quiere también; si las nubes nos envían sus lluvias, es porque esa es la voluntad de Dios; y todo lo que nos sucede, Dios nos lo envía para nuestro bien, porque Dios nos ama. Sin salir de nosotros mismos, estudiando el curso de nuestra vida, encontraremos en toda ella y a cada paso, la providencia de Dios, guiándonos.Y ¿qué es lo que nosotros debemos sacar de todo esto? Debemos lanzarnos a una confianza sin límites, porque la confianza hace que Dios abra sus manos y derrame sobre nosotros abundantes bendiciones.Mirad al pequeñuelo cuando va cogido de la mano de su madre; no teme nada, no se preocupas de los peligros que pueda hallar en el camino, porque tiene la seguridad de que su madre no le dejará abandonado, y que más bien se dejaría matar, que soltarle si se encontrase en peligro.Pues esta es la conducta que nosotros hemos de observar para con Dios; debemos confiar en Él sin inquietarnos por nada; debemos descansar en su providencia como descansa el pequeñuelo en el regazo materno, y dejarnos conducir donde Dios quiera. Si Dios nos quiere colocar en las alturas, hemos de estar contentos; si por el contrario, nos humilla y nos abate, contentos hemos de estar también. Si nos envía riquezas lo hemos de bendecir, y si nos envía pobreza, hemos de bendecirle también. En una palabra, y para decirlo de una vez, hemos de tener una confianza sin límites en la divina providencia, abandonándonos a ella, y dejándonos conducir donde nos quiera llevar.
(Pláticas II, pág. 623)
¿Conocerte AMOR
será llorar un poco,
perseguir un no sé qué
que se me escapa
y que está tan fuera de mí
pero que cuido con mimo y respeto?
¿Tratarte será
mirarte mucho,
preguntarte con los ojos
y seguir escondiéndome
tras de ti
para llamarte por el
nombre único
que te mereces?
¿Abrazarte será
arrojarte a tu propio campo,
darle color a tu cuadro
sin firmar
nunca que fui yo
quien tanto quiso
colorearte, peinarte
esculpirte… Amarte?
¿Amarte AMOR será
tener el corazón en vela,
buscar maneras
de enamorarte,
no desechar ninguna teja de tu tejado,
enmendar las escaleras
sin que Tú sepas que te estoy amando?
¿Este llorar por dentro,
con tu rostro en mi cabeza
y mi voz sin llegar a gritarte
será que es amor, AMARTE?
(Escrito después de la Confirmación, amar a Jesús en los niños. 23.04.04)
Irene del Río
• ¡Silencio! ... Dios habla........
• Lo más importante requiere silencio. Y cuanto más silencio, más mensajes importantes a escuchar.
• Lo nuestro es hacer silencio, lo suyo amar en él.
• ¿Qué, qué es la oración?... callar,...mirar,...escuchar el constante “te quiero” de Dios.
• A veces un ssshhh nos saca del ruido y nos abre los ojos del corazón.
• El no nos deja enredarnos en nuestras palabras, excusas,: “Padre he pecado contra el cielo y contra ti,- ssshhh, traedle la mejor túnica, preparad el cabrito,...”
• Su única palabra, SU única PALABRA: un “te quiero”.
• Calla, no importan tus pecados,-----ssshhh----- te quiero.
• ¡Ojala hiciésemos ssshhh a tantos ruidos que nos impiden saborear lo mejor!
• ¡Cuántas cosas en el silencio nos hablan del “te quiero” de Dios.
• A veces la única manera de hacer silencio es que alguien nos calle: ...ssshhh
• ....
Y a ti ¿Qué te sugiere?
Canto
Salmo
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de sus fieles ;
que se alegre su pueblo por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras ;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la salvación a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas :
con vítores a Dios en la boca…
honor para todos sus fieles.
del salmo 149
Lectura
San Pablo escribe: Os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras: que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras, que se apareció a Cefás y luego a los Doce.
1 Corintios 15, 3-5
Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que estaba a dos horas de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le reconocieran. (…) El les dijo: «¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?» Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?»
Lucas 24, 13-16, 26-32
Canto
Silencio
Oración de Intercesión
Cristo, nacido del Padre antes de todos los siglos, y que te has encarnado en nuestra humanidad, tú has resucitado por nosotros; te adoramos.
—¡Gloria a ti Señor!
Hijo de Dios, Fuente de vida, invocamos tu bondad sobre nosotros y sobre toda la familia humana.
—Escúchanos, Señor de gloria.
Haznos vivir de tu vida y caminar como hijos de la luz, en la alegría de Pascua.
—Escúchanos, Señor de gloria.
Aumenta la fe en tu Iglesia, con el fin de que ella dé fiel testimonio de tu resurrección.
—Escúchanos, Señor de gloria.
Consuela a todos los que están abatidos, y graba en su corazón tus palabras de vida eterna.
—Escúchanos, Señor de gloria.
Consolida a los débiles en la fe, y revélate a los corazones que dudan.
—Escúchanos, Señor de gloria.
Fortalece a los enfermos, sostén a los ancianos y tranquiliza a los moribundos con tu presencia que salva.
—Escúchanos, Señor de gloria.
Padrenuestro
Oración
Tú Cristo, el Resucitado, escuchamos tu apacible voz en el Evangelio. Tú nos dices: ¿Por qué os preocupáis? Una sola cosa es necesaria: un corazón a la escucha de mi Palabra y del Espíritu Santo.
Cantos
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo, a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: Hemos visto al Señor. Pero él les contestó: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo. A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Contestó Tomás: Señor mío y Dios mío. Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre. (Jn. 20, 19-31)
Hoy construiré un poquito más
LA ESPERANZA
dejando atrás algunas cosas,
despojándome de otras:
dejaré el miedo sentado en un taburete,
la costumbre en una silla
y esa que no soy yo y que me ha servido hasta ahora
tumbada en el sofá.
Prohibido mirarme mucho
-me digo mientras impulso mi corazón hacia delante-,
ni hacer llorar a los sentimientos dolientes,
prohibido utilizar las manos
para agarrar sombras nuevas con las que sostenerme,
admitidas mis piernas, mi corazón, mis manos frescas...
y la fe como bandera.
Abro la ventana y es de día.
¿Por dónde va ella? -¡Ah sí,
ya la reconozco!!!
Bajo enseguida y delante de sí misma
con temblores... me digo:
Es ella, comienza y confía,
y sin darme cuenta, pero queriendo,
agradándole estoy con mimo.
Es LA ESPERANZA, mi destino.
Irene del Río
• ¿Quién enciende tu corazón? ¿Quién le da luz?
• A veces es más fácil buscar fuera de uno. Pero ¡qué diferencia cuando se encuentra respuestas por dentro!.
• ¡Cuánta gente con luz propia nos ayuda en nuestra fe!
• Ante una realidad de noche: buscad, encended…hasta que el Señor ilumine nuestro corazón.
• Luz por fuera, luz por dentro ¿De qué luz estamos hablando?
• Que se iluminen los ojos del corazón.
• “ La tierra era una soledad caótica y las tinieblas cubrían el abismo” “Y dijo Dios: qué exista la luz. Y la luz existió. Vio Dios que la luz era buena y la separó de las tinieblas”. Gn 1,1 El mundo caminaba en tinieblas y una luz…
• Allí donde haya oscuridad ponga yo mi luz
• Un corazón iluminado irradia más que cien mil bombillas
• ♫ En la oscuridad de la noche en tu vida y tu corazón, sólo una luz brilla y es visible a los ojos del mundo, la del corazón, el corazón de Dios, …♫
• Bienaventurados los que viven encendiendo luces y más todavía los que encuentran en su vida la LUZ.
• “Yo soy la Luz del mundo”
• No hay noche oscura si en el corazón brilla una luz, pequeña pero luz.
• Cuando el corazón se ilumina, la vida es de otra manera.
• ¡Ojala tuviésemos una cadenita para encender los corazones de los demás, e incluso el mío!
• Hasta que el propio corazón no se enciende, la vida camina con luz prestada. ¿Con qué luz vivo yo?
• …
• Y a ti ¿Qué te sugiere?