Y yo, ¿qué busco en la oración? ¿y qué encuentro?
Mi vida y la oración... ¿tienen que ver? ¿es importante orar para mí?
Señor, que seas la fuente de mi primer amor, que encuentre tu agua para que mi vida sea VIDA
"Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé simiente; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su simiente esté en él, sobre la tierra: y fué así.
Y produjo la tierra hierba verde, hierba que da simiente según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya simiente está en él, según su género: y vió Dios que era bueno."
¿Hasta el fin de qué, Señor?
No de tus pasos aquí,
porque los hombres así
también sienten el amor.
Aman mientras tienen vida.
¿Hasta el fin de qué, Señor,
si tú amaste sin medida?
No fue hasta el fin de la vida,
sino hasta el fin del amor.
Y en tu amor,
tan desbordante, tan fino.
Donde existe lo divino
el fin no existe, Señor.
Consuleo Ojeda
Y yo... ¿pongo la confianza en tus manos?
¿Me dejo hacer por ti, dejo que seas tú el que modele mi vida?
Señor, que viva en tus manos, que me deje hacer de nuevo por ti.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Agua de los veneros
llora conmigo.
Corriente del arroyo
llora conmigo.
Rocío de los campos
llora conmigo,
que camino del monte
lloro y camino.
Margaritas de! valle
rezad conmigo.
Insectos de colores
rezad conmigo.
Pajarillos del bosque
rezad conmigo,
que camino del monte
rezo y camino.
Cumbre de la alta sierra
sueña conmigo.
Horizontes lejanos
soñad conmigo.
Mar sin fin, sin orillas
sueña conmigo,
que camino del monte
sueño y camino.
Venid conmigo,
que camino del monte
voy de camino
Consuelo Ojeda
Un clásico....
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¿Estoy dispuesto/a a dejarme llevar por la locura?
Es el momento de quitarnos las cadenas. De dejar a un lado nuestras seguridades de aquí abajo y vaciarnos las venas en el trabajo por el Reino al que nos llamas. Que mi debilidad se una férreo vendaval contigo.
"Escuchar juntos la Palabra de Dios, practicar la lectio divina (La Lectura orante) de la Biblia;
dejarse sorprender por la novedad de la Palabra de Dios, que nunca envejece ni se agota."
Estracto de la Exhortación Apostólica del Papa "Verbum Domini":
¿Te dejas sorprender por esa novedad?
¿Buscas una relación con el Señor que ni envejece ni se agota?
Pasó la última nube,
aún llovía
cuando brillaba el sol
De agua y luz
chorreaban los álamos del río
cuando el dedo de Dios
en el cielo expresó
su promesa hecha arco
dibujada en color.
Alégrate!
Porque es para siempre
la alianza de Dios
Porque es para siempre
su gran fidelidad...
Una paloma blanca
entre el monte y el río
no cesa de volar
Alégrate!
La vida continúa
con su carga de amor
reflejado en una gota de agua
y en un rayo de sol.
Consuelo Ojeda
"Oí tus pasos en el huerto, tuve miedo y me escondí, porque estaba desnudo"Gn 3, 10
Me parecía que Dios jugaba al escondite. Y es que durante mucho tiempo yo fui una persona que…
Buscaba a Dios y Dios me eludía.
Llamaba a Dios y Dios comunicaba.
Escribía a Dios y Dios cambiaba continuamente de dirección.
Dibujaba a Dios y Dios no se reconocía.
Visitaba a Dios y Dios siempre estaba ocupado.
Pedía perdón a Dios y Dios se tapaba los oídos.
Invitaba a Dios y Dios rechazaba el convite.
Abrazaba a Dios y Dios se escurría entre mis brazos.
Lloraba a Dios y Dios desviaba su mirada.
Amaba a Dios y Dios me ponía los cuernos.
Hasta que un día cambié de estrategia y…
Busqué a mi hermano y Dios apareció en mi camino.
Llamé a mi hermano y Dios respondió al instante.
Escribí a mi hermano y Dios me envió una hermosa carta de amor.
Dibujé a mi hermano y Dios me mostró su rostro.
Visité a mi hermano y Dios me abrió la puerta.
Pedí perdón a mi hermano y Dios desplegó toda su misericordia.
Invité a mi hermano y Dios llegó con su traje de gala.
Abracé a mi hermano y Dios me correspondió con tiernas caricias.
Lloré a mi hermano y Dios me secó las lágrimas.
Amé a mi hermano y Dios se enamoró perdidamente de mí…
Por José María Escudero
Ábreme la ventana.
Deja que entre la luz
y el aire
de la mañana.
Deja que entre la brisa
y con ella el recuerdo
y el bien
de una sonrisa.
Haz que llegue el olor
a primavera.
Que lleguen muchas cosas
y que todas me inviten
a salir fuera
Consuelo Ojeda
A tí que estás sentado en tu sillón
A TI QUE ESTAS SENTADO EN TU SILLÓN
ATENTO O DISTRAÍDO, TE RECLAMO:
QUIERO QUE HAGAMOS VIDA ESTA CANCIÓN,
QUE A DIOS VAYAMOS JUNTOS DE LA MANO.
Hasta ahora sólo hablamos en teoría
de un mundo que sería más cristiano,
de un mundo que será sólo teoría si tu y yo
ahora no hacemos nada por cambiarlo.
De poco servirán nuestros esfuerzos
si en la calle no hacemos que se noten;
las palabras que lanzamos a los vientos:
que "Cristo sigue vivo en cada hombre".
Ya no valdrán mil "peros" ni disculpas,
que Cristo no es alguien con quien se juega;
si nuestro mundo no cambia, solamente será culpa
de quien diciendo "Sí", luego reniega.
A ti que estás sentado en tu sillón:
quisiera que no olvides este rato;
Dios ha pasado por este rincón
y quiere que a Él vayamos de la mano.
Esta canción nos habla de un mundo distinto que surge de lo que hagamos tu y yo para cambiarlo. Un mundo que necesita que salgamos a la calle notándose que somos cristianos, que tenemos algo importante que decir y no podemos quedarnos callados.
Ojalá el Espíritu nos ayude a ir juntos de la mano hacia el Señor.
«Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos» Jn 9, 40
¿Soy consciente de mis cegueras? ¿En qué aspectos siento que quiero "volverme ciego"?
Pido al Señor que cambie mi forma de ver, que sane con barro mis cegueras y al abrir los ojos, sea capaz de reconocerlo
Señor, te vengo a cantar
cuando logras ensanchar
en mi vida el horizonte.
Cuando me haces despertar
y contigo respirar
el aire puro del monte.
Me diste pies para andar,
manos para trabajar,
una meta y un camino,
y una forma de expresar
lo que me quisiste dar
como un regalo divino.
Tal vez no conseguiré,
tal vez nunca llegaré
ver airosa mi carrera.
Mas siempre te cantaré
y en mi canto te diré
lo que yo vivir quisiera.
Tú me quisiste llamar,
te seguí sin vacilar
y éste es mi mayor contento.
Señor, te vengo a cantar,
porque es mi modo de amar
y de decir cuánto te quiero.
Consuelo Ojeda
Algunos los llaman la gente sin techo, para otros no son más que el 4º mundo. Pobres de la calle. Sólo los corazones que todavía recuerdan el lenguaje de las estrellas conocen la verdadera historia. Sólo ellos saben que aquel día, sin saber por qué comenzaron a caer ángeles del cielo, ángeles de blancas vestiduras. Ángeles de blancos sueños y blancas esperanzas. Y sin saber por qué, cuando sus pies tocaban las aceras de las calles, la hierba de los parques, olvidaban de dónde venían y tampoco sabían dónde podían ir. Algunos lo llaman el 4º mundo. Sólo los corazones que todavía recuerdan el lenguaje de las estrellas saben que los ángeles duermen en las aceras.
Esto es un cuento hecho en una puerta de Urgencias, un invierno cualquiera, en el que entra un hombre de unos 60 años literalmente muriéndose de frío. Necesitamos cuentos porque a veces la realidad es más difícil de tragar.
Pedro Sosa
- ¿Me doy cuenta de “los ángeles” de mi alrededor?
- ¿Recuerda mi corazón el lenguaje de las estrellas?