SI YO SUPIERA PINTAR…
Pintaría una montaña,
un árbol y un manantial.
Si YO SUPIERA PINTAR...
Dibujaría el silencio,
la brisa de la mañana
y los caminos de paz.
Dibujaría dos alas
abiertas para volar.,
Dibujaría todo aquello
que deja serenidad.
SI YO SUPIERA PINTAR…
Pintaría una montaña
y un árbol que diera sombra
al lado de un manantial.
Consuleo Ojeda
Dame de tu pan
Dame de beber
que ando sediento y hambriento de ti
no hay nada que calme mi sed.
Dame de tu pan
Dame de beber
que sólo tu cuerpo y tu sangre
avivan mi fe.
Dame de tu pan
Dame de beber
que yo aliviaré a mis hermanos
con hambre y con sed.
Dame de tu pan
Dame de beber
que sólo tu cuerpo y tu sangre
avivan mi fe.
OASIS.
Isla de verdor
en un mar de arenas.
OASIS.
Reír y animar
aun teniendo el alma
su dolor y penas,
OASIS.
Un canto de paz
cuando todo es guerra.
OASIS.
Es hallar amor
aun en la tierra.
Consuelo Ojeda
Deja la tierra en que habitas,
ven conmigo mar adentro,
sólo en mis aguas verás
la verdad de mi Proyecto.
- ¿Qué seguridades me impiden seguirte?
- ¿Me atrevo a meterme de lleno mar adentro? ¿Qué miedos tengo?
- Señor, que quiera seguir empapándome de tu Proyectos de felicidad para mí, que bucee en tus aguas sin miedo.
En la barriada más profunda de Brasil la belleza está presente, sólo depende de nuestra mirada.
¿Qué cosas son bellas a mis ojos?
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa ;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado :
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
Te gusta un corazón sincero,
y e mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo : quedaré limpio ;
lávame : quedaré más blanco que la nieve.
Oh Dios crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme ;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quite tu santo espíritu.
La mano del Señor está sobre mí y, por su espíritu, el Señor me sacó y me puso en medio del valle, el cual estaba lleno de huesos. Me hizo pasar por entre ellos en todas las direcciones. Los huesos eran muy numerosos por el suelo del valle, y estaban completamente secos. (...) El Señor me dijo: «Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre. Dirás al espíritu: Así dice el Señor: Ven, espíritu, de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos para que vivan.» Yo profeticé como se me había ordenado, y el espíritu entró en ellos; revivieron y se incorporaron sobre sus pies: era un enorme, inmenso ejército. Entonces me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ellos andan diciendo: Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, todo ha acabado para nosotros. Por eso, profetiza. Les dirás: Así dice el Señor: He aquí que yo abro vuestras tumbas; os haré salir de vuestras tumbas, pueblo mío, y os llevaré de nuevo al suelo de Israel. Sabréis que yo soy el Señor cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío. Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en vuestro suelo, y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago, oráculo del Señor.»
Jesús dice: «Yo soy el pan de vida, El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. (...) Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día.»
Cristo, tú que nos ofreces una curación, haznos vivir de tu vida.
Cristo, tú que renuevas en nosotros la esperanza, haznos vivir de tu vida.
Cristo, tú que te sientas a la mesa de los pecadores, haznos vivir de tu vida.
Cristo, tú que resucitas a Lázaro, tu amigo, haznos vivir de tu vida.
Cristo, tú que perdonas la negación de Pedro y le llamas a seguirte, haznos vivir de tu vida.
Cristo, en ti nuestra resurrección ya ha comenzado, haznos vivir de tu vida.
Dios de todos los humanos, líbranos de cavar «cisternas agrietadas que no retienen el agua viva». Quisiéramos confiarnos en ti, y abandonar en ti nuestras inquietudes y toda nuestra vida.
Bendícenos, Cristo Jesús, tú que nos amas siempre, hasta en nuestra noche.
Al frente, los pinos.
Arriba el sol.
Al lado el mar.
Y dentro de mí
la vida.
Y dentro de la vida
tu, SER.
Desde los pinos, el sol y el mar
voy a la vida, voy a tu SER.
Y desde el SER y desde la vida.
Qué bellos los pinos, el sol y el mar.
Consuelo Ojeda
Si no estoy con los pobres e indefensos
no estoy contigo, Señor.
Si los mantengo de mi vida lejos
no estoy contigo, Señor,
aunque haga oración.
Ellos son tu rostro:
los hambrientos, los enfermos,
los presos, los desnudos de todo.
Ellos son tu rostro,
yo diría más perfecto.
Tú, en la noche de la cruz,
uno de ellos.
- ¿Soy consciente del dolor de las personas que me rodean?
- ¿Busco tu rostro en medio de la gente?
- Señor, que, en esta Cuaresma, me haga más sensible a los que viven la cruz, el sufrimiento, y tenga tu mirada con ellos.
"Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad el derecho, enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la viuda"
Canto
Salmo
A ti, Señor, levanto mi alma ;
Dios mío.
En ti confío, no quede yo defraudado,
que no triunfen de mí mis adversarios ;
pues los que esperan en ti no quedan defraudados,
mientras que el fracaso malogra a los traidores.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas :
haz que camine con lealtad ;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
Todo el día te estoy esperando.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas ;
no te acuerdes de mis pecados de antaño,
acuérdate de mí por tu bondad.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores ;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
del salmo 25
Lectura
San Pablo escribe: Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo - por gracia habéis sido salvados - y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús.
Efesios 2, 4-6
Jesús decía a sus discípulos: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.» Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?»
Lucas 9, 22-25
Canto
Silencio
Oración de Intercesión
Por las víctimas de la guerra y la violencia, te pedimos.
Por los que son heridos por las obligaciones y la dureza de la vida, te pedimos.
Por quienes deben afrontar solos la vejez o la enfermedad, te pedimos.
Por quienes dedican sus fuerzas a restaurar la paz, a construir la justicia, a socorrer a los que sufren, te pedimos.
Cristo, tú has muerto y resucitado por nosotros para que nada nos separe del amor de Dios.
Padrenuestro
Oración
Cristo de compasión, en tu Evangelio descubrimos que medir lo que somos o dejamos de ser no conduce a ninguna parte. Lo esencial está en la humilde confianza de la fe. Así podemos percibir la inocencia de Dios y comprender que «Dios no puede sino dar su amor».
Bendícenos, Jesucristo, tú que vienes a vestirnos de la compasión como de un vestido.
Cantos
Viniste a proclamar
una buena Noticia.
¿Y por qué era noticia?
¿Y por qué buena?
¿Y por qué tanto tiempo
los más interesados
vamos tardando tanto
en ser felices con profunda alegría?
Somos así. A Veces
el fiarse totalmente de Dios
da como vértigo,
como el lanzarnos de un salto en el vacío
sin asideros, sin vernos protegidos
por cuantos medios hemos fabricado.
Amor…
Hace falta un soplo del Espíritu
para llegar a penetrar la hondura
y su significado
y hasta dónde nos lleva…
Nuestra fe es la fe de la alegría
porque estamos salvados
y estaremos contigo para siempre.
Si miro al mar,
si subo a la montaña,
si contemplo el brillar de las estrellas
o el agua clara de una fuente escondida.
Oigo tu rumor...
Oigo una voz, distinta, revelante
de tu estilo de amar.
Y un himno canta todo cuanto existe
al que me uno cantando
un estribillo viejo:
"Y vio Dios que las cosas eran buenas
y hubo tarde y mañana..."
y un claro amanecer.
Porque tú eres el Dios de la Vida,
porque puedes hacer
lo que en nosotros es un imposible.
Déjame que yo piense
que si tú me diste el respirar, un día,
es que querías que respirara hondo,
pisara firme y mirara al frente
y que fuera feliz.
Por esto
se me han venido abajo
mis temores, mis miedos,
mis montajes espirituales,
mis "obras buenas"...
Señor del amor gratuito,
tu decisión es siempre irrevocable,
tu Palabra nunca se desdice.
Tan sólo cabe creer en tu amor
y en dejarnos amar.
Me quieres corno soy,
me quieres libre
de todos mis proyectos salvadores.
Sólo quieres que viva
en fe, esta vida de fe.
Y tu amor llama, urge, pide,
una entrega total
y el caminar por todos tus caminos
en un fiel seguimiento.
¡Buena Noticia!
¡Noticia Buena!
encerrada en el hondo sentido
que entraña tu Palabra.
Que aclara
“lo que es anchura y largura
altura y profundidad"
de un Corazón que atravesó una lanza.
¿Cómo agradecer tanto?
Esa es mi oración, la gratitud.
Llénanos de tu Espíritu
para que, como el ángel
les podamos decir a todos los hermanos
en sus angustias y sus inquietudes:
Tranquilizaos,
porque es Noche de Paz,
porque os traigo una Buena Noticia
que engendra la esperanza.
Alegraos…
Mientras repican todas las campanas
en la Noche de Dios.
Consuelo Ojeda
En lo profundo
no hay nada que no sea sorprendente.
Y, sin embargo,
bajamos tan a poco y pocas veces.
Acomodamos
el pulso a la presión de la rutina.
Nos distanciamos
del fondo y del origen de los días…
… y no bajamos, y no bajamos, y no bajamos.
Nos olvidamos del sentido de la Vida,
del propio barro, del primer atardecer…
Y amontonamos un sinfín de tonterías,
buscando en lo que creer.
En lo profundo
no hay nadie que no sea diferente,
pero a menudo
mostramos sólo aquello que no duele.
Desdibujados
detrás de multitud de vanidades…
Tristes, sin sueños,
ajenos al Amor… superficiales.
…y no bajamos, y no bajamos, y no bajamos.
Nos olvidamos del sentido de la Vida,
del propio barro, del primer atardecer...
Y amontonamos un sinfín de tonterías,
buscando en lo que creer.
En lo profundo
no hay nada que no sea sorprendente…
- ¿Me cuesta trabajo bajar a lo profundo?
- ¿Qué cosas me lo impiden? ¿Qué me “lía”?
- ¿Pierdo el “sentido de la vida”, “el propio barro”?
- Señor, que esta Cuaresma vuelva a lo profundo para buscar el encuentro contigo, que no deje de sorprenderme cada día.
Y tú, ¿cómo trabajas la paz?¿eres paz? ¿das la paz? ¿qué te da paz?
Canto
Salmo
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado ;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le imputa el delito.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito ;
propuse : « Confesaré al Señor mi culpa »,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia :
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación
Alegraos, justos, y gozad con el Señor ;
aclamadlo, los de corazón sincero.
del salmo 31
Lectura
Así dice el Señor: «¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo? ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en casa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te apartes? Entonces brotará tu luz como la aurora, y tu herida se curará rápidamente. Te precederá la justicia, la gloria del Señor te seguirá.»
Isaías 58, 6-8
Jesús dice: «Cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará. (...) Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro, para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.»
Mateo 6, 6, 16-18
Canto
Silencio
Oración de Intercesión
Dios, nuestro Padre, tú quieres que seamos una criatura nueva en Cristo. Te pedimos.
Señor, tú nos prometes un cielo nuevo y una tierra nueva. Renueva nuestra esperanza.
Tú nos has liberado de todas nuestras esclavitudes dándonos a tu Hijo único. Tú nos abres el camino de la libertad.
Haznos capaces de escuchar y de recibir tu Palabra con un corazón lleno de amor.
Estábamos muertos y tú nos hiciste renacer al Espíritu. A nosotros, que somos pecadores, nos devuelves siempre de nuevo la pureza del corazón.
Padrenuestro
Oración
Cristo, el Resucitado, contigo avanzamos de descubrimiento en descubrimiento. Buscando lo que esperas de nosotros, nuestra vida se abre al Espíritu Santo. El hace que brote en nosotros lo que ni siquiera nos atrevíamos a esperar.
Dios de paz, tú no quieres para nosotros la tenaz inquietud, sino un humilde arrepentimiento de corazón que es como un impulso de confianza que nos permite depositar en ti nuestras faltas. Y, poco a poco, descubrimos una paz del corazón en la luz interior del perdón.
Dios vivo, tu escondes nuestro pasado en el corazón de Cristo y te ocuparás de nuestro futuro.
Cantos
Agua de los veneros
llora conmigo.
Corriente del arroyo
llora conmigo.
Rocío de los campos
llora conmigo,
que camino del monte
lloro y camino.
Margaritas de! valle
rezad conmigo.
Insectos de colores
rezad conmigo.
Pajarillos del bosque
rezad conmigo,
que camino del monte
rezo y camino.
Cumbre de la alta sierra
sueña conmigo.
Horizontes lejanos
soñad conmigo.
Mar sin fin, sin orillas
sueña conmigo,
que camino del monte
sueño y camino.
Venid conmigo,
que camino del monte
voy de camino
Consuelo Ojeda