Madre Belén 27-11-1962
Nadie sabe decirme lo que quiero
que todos callen
¡Háblame Tú, Señor!
Sedienta de tu gracia yo me muero
Tú sólo sabes
calmar mi corazón.
Ya es hora de que como a otro ciego
apliques a mis ojos
el lodo salvador.
Ven, Jesús, que tengo ansias de Cielo
quítame los abrojos
¡Dame tu luz, Señor!
• Personas que hacen camino dejándose el corazón
• Las huellas de mi vida ¿cuáles son?
• Buscar, mirar, admirar,…una tarea también de corazón
• Caminante no hay camino… se hace camino sólo al Amar
• ¡Las personas más significativas en nuestra vida son aquellas que nos dejan huellas de su corazón!
• Quizá no importe tanto el “hacia dónde” y sí el “cómo” se camina
• ¡Rostros silencioso con rastros elocuentes!
• ¿Hacia dónde vamos?
• Un paso, otro paso, otro paso, otro, otro,… y en cada uno, el corazón puesto.
• Huellas de amor, signos de amor, … El ha estado cerca!
• …
Y a ti ¿qué te sugiere?
San Pablo escribe: Estad siempre alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros. No extingáis el Espíritu; no despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno. Absteneos de todo género de mal. Que El, el Dios de la paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama y es él quien lo hará.
1 Tesalonicenses 5, 16-24
Jesús dice a Nicodemo: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios.» Nicodemo le responde: «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?» Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.»
Juan 3, 3-8
En aquel tiempo se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea:"Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca". A él se refería el profeta Isaías cuando dijo:
Una voz grita en el desierto:
Preparen el camino del Señor,
allanen sus senderos.
Juan tenía una túnica de pelos de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. La gente de Jerusalén, de toda la Judea y de toda la región del Jordán iba a su encuentro, y se hacía bautizar por él en las aguas del Jordán, confesando sus pecados. Al ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a recibir su bautismo, Juan les dijo: "Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca? Produzcan el fruto de una sincera conversión, y no se contenten con decir: "Tenemos por padre a Abraham". Porque yo les digo que de estas piedras Dios puede hacer surgir hijos de Abraham. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla y limpiará su era: recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en un fuego inextinguible". (Mt. 3, 1-12)
No quieras forzar las cosas.
Haz tan sólo aquellas cosas
que te impulsa el amor.
No quieras cambiar la ruta
que en el aire traza el viento;
ya madurará la fruta
cuando llegue su momento;
ya se encargará la brisa
de abrir el capullo en flor.
Pide sólo más amor,
esfuérzate por amar,
que no vale acumular
las cosas y los cuidados.
Pide sólo más amor,
que todo a su alrededor
cambia de luz y color
para los enamorados.
PIDE SOLO MAS AMOR.
San Pablo escribe: Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura sea conocida por todos. El Señor está cerca. No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias. Y la paz de Dios, que supera todo conocimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4, 4-7
Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Conforme está escrito en Isaías el profeta: Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas, apareció Juan bautizando en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Acudía a él gente de toda la región de Judea y todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Juan llevaba un vestido de piel de camello; y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y yo no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
Marcos 1, 1-8
Por aquellos días aparece Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: «Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos.» Este es aquél de quien habla el profeta Isaías cuando dice: “Voz del que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.”Tenía Juan su vestido hecho de pelos de camello, con un cinturón de cuero a sus lomos, y su comida eran langostas y miel silvestre. Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región del Jordán, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. Pero viendo él venir muchos fariseos y saduceos al bautismo, les dijo: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente? Dad, pues, fruto digno de conversión, y no creáis que basta con decir en vuestro interior: "Tenemos por padre a Abraham"; porque os digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abraham. Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Yo os bautizo en agua para conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de llevarle las sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará con fuego que no se apaga.»
(Mt. 3, 1-12)
Me parece escuchar esta pregunta
y hoy ya les mando mi contestación:
lo fui, lo soy y lo seré entre tanto
que en mi alma anide una ilusión.
Dejé en verdad mi tierra ambicionada,
mi tan querida Casa de Misión
en la que tantos años me entregara
a trabajar con celo emprendedor.
Pero traje guardada aquí en mi alma
mi siempre viva y santa vocación
con la certeza de que en cualquier parte
la haría fecunda el querer de Dios.
Porque nada ante El son los lugares,
El sólo mira allá en el corazón
y como ante sus ojos sólo valen
los grados y quilates de su amor,
seguiré siendo siempre Misionera
aunque dejé la Casa de Misión,
pues me traje mi Cristo, y esto basta,
feliz con sus designios y su amor
5-3-1962
Madre Belén
- Cuando Dios regala, ¡Regala futuro!, ¡Esperanza!¡Vida!, ¡Resurrección!, ¡Posibilidad! “Mira las estrellas…así será tu descendencia”
- El secreto de un todo roble está encerrado en una bellota ¡Dejad creced a la bellota!
- Grandes regalos, grandes soluciones, intervenciones potentes y radicales… el estilo de Dios va por otros caminos… “la piedra que desecharon… es ahora…”
- ¡Bienaventurado aquel que regala posibilidades porque cada vez que lo hace se parece más a Dios!
- Educar: hacer posible el sueño de cada semilla.
- Toda posibilidad de futuro es una responsabilidad del presente ¿plantamos la semilla o no?.
- Cuando la esperanza no tiene sitio… se hace pequeña, se hace semilla
- Una semilla: ¿nacer para morir o nacer para dar vida?
- ¿Un roble? ¿dónde está ese roble?: “necedad para los griegos (los resabidos, los que no pueden ver más allá) y escándalo para los judíos (los que se cierran a la sorpresa de Dios)
- Y dijo Dios: le daré todo lo que necesita. Y le regaló una semilla.
- …
- Y a ti ¿qué te sugiere?
Aceptar por amor
qué bello es.
Aceptar por amor
el día y la noche
y la luz y la sombra
y el sol y el viento.
Aceptar por amor
las alegrías.
Aceptar por amor
el sufrimiento.
Porque sé que tú miras
al revés de la trama;
porque tú nos preparas
un eterno mañana
en que habré de alegrarme
de vivir de tu amor
y de poner mis ojos
en tu cruz salvadora;
y espero darte gracias
porque llegó la hora
de comprender más dentro
tu cruz y tu dolor.
Aceptar por amor qué bello es.
Es compartir contigo
el dolor y la cruz;
es poner en las sombras
un destello de luz
y sentir en la vida
la fuerza de la fe.
Consuelo Ojeda
- ¿Podríamos reflexionar en el DIS, sin que Dios se haga presente?
- ¡Qué fácil parece modificar nuestro pensamiento!
- El DIS nos llena de preguntas, Dios no ayuda a caminar con ellas.
- A veces una pequeña modificación hace desaparecer los interrogantes y estos se transforman en claridad
- ¡Quién tuviera esa “O” que nos ayude a leer la realidad de otra manera!
- ¡Bienaventurado los ojos que ven fácilmente a Dios en todas las cosas!
- Un DIS que inquieta, un Dios que serena...
- La sorpresa de un Dios que aparece en todos los rincones...
- ...
Y a ti, ¿Qué te sugiere?
En esto hemos conocido lo que es amor: en que Jesús dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos. Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestro corazón ante El, en caso de que nos condene nuestro corazón, pues Dios es más grande que nuestro corazón y conoce todo.
1 Juan 3,16-20
En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»
Mateo 11,25-30
El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor. Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. "Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado". "Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor". Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: "Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado". "Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor". Llegó luego el que había recibido un solo talento. "Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!" Pero el señor le respondió: "Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. (Mt. 25, 14-29)