En aquel tiempo, Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén, y que los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley le harían sufrir mucho. Les dijo que lo iban a matar, pero que al tercer día resucitaría. Entonces Pedro le llevó aparte y comenzó a reprenderle, diciendo: “¡Dios no lo quiera, Señor! ¡Eso no te puede pasar!”. Pero Jesús se volvió y dijo a Pedro: “¡Apártate de mí, Satanás, pues me pones en peligro de caer! ¡Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres!”. Luego Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera ser mi discípulo, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, la recobrará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida?¿O cuánto podrá pagar el hombre por su vida? El Hijo del hombre va a venir con la gloria de su Padre y con sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno conforme a sus hechos”. (Mt.16, 21-27)
Todo el que sabe mirar
la anchura inmensa del mar
o la multitud de estrellas,
es capaz de contemplar
y contemplando gozar
cuando descubre tus huellas.
Todo el que es capaz de amar,
de servir y perdonar
y de todos ser amigo,
tiene la puerta en su hogar
abierta de par en par
para encontrarse contigo.
Todo el que ha logrado hallar
un sentido al abrazar
lo que parece locura,
ese entiende tu llamar
y es feliz al embarcar
en la divina aventura.
Todo el que bebe tu luz
y se abraza con tu cruz
para siempre tú lo sellas…
Que empezó a saber de amor
al ser un contemplador
del mar y de las estrellas.
Consuelo Ojeda
Reflexión
Somos portadores del sueño del Creador
por cada ser viviente, por la tierra fértil, por el universo misterioso.
Como mujeres, somos portadoras del sueño de Jesús, que todos sean uno.
Somos portadoras de vida.
Somos apoyo de la familia humana, tejiendo una red de relaciones,
uniendo la comunidad global.
Se nos ha confiado la responsabilidad y el privilegio
de transmitir una nueva visión a la humanidad:
como colaboradoras no como competidoras,
como intendentes, no como destructoras de la tierra y de sus recursos,
como co-creadoras, no como explotadoras de pueblos y culturas,
como mutuas compañeras, expresando la profundidad y la maravilla de la feminidad,
como artesanas de paz, viviendo en armonía las unas con las otras,
con la tierra y con el universo.
Mantra
Unificanos Señor, cuerpo, espíritu, alma e inteligencia.
Unificanos, Señor, que seamos ahora, uno contigo.
Toma tu tiempo para un rato de reflexión
¿Qué sentimientos evoca en mi?. Los identifico.
¿Qué es lo que más me ha llegado?
¿Qué deseo profundizar?
¿Cuál ha sido mi experiencia referente "al cuidado de la tierra"?
Cuando pienso en la vida religiosa del siglo próximo, ¿qué imágenes me vienen al espíritu?
Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo preguntó a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” Ellos contestaron: “Unos dicen que Juan el Bautista; otros, que Elías, y otros, que Jeremías o algún profeta”. Él les preguntó: “Y vosotros, ¿quién decís que soy?”. Simón Pedro le respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo”. Entonces Jesús le dijo: “Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque ningún hombre te ha revelado esto, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a edificar mi iglesia; y el poder de la muerte no la vencerá. Te daré las llaves del reino de los cielos: lo que ates en este mundo, también quedará atado en el cielo; y lo que desates en este mundo, también quedará desatado en el cielo”. Luego Jesús ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías. (Mt.16, 13-20)
Oración
Mi Dios es grande, cuánto me gusta cantar sus alabanzas!
A menudo cuando tengo miedo pensando en mi futuro,
cuando estoy perpleja y turbada por los acontecimientos que cambian rápidamente alrededor de mi,
mi corazón permanece tranquilo y alegre
recordando la manera en que Dios me ha cuidado en el pasado.
Cuando salí del seno de mi madre, la mano de Dios estaba sobre mi,
Por mediación de mis padres y de las personas que se interesaban por mi,
Dios me ha amado, protegido y ha lanzado mi vida a su curso.
En las proximidades del precipicio y de los engaños, he sido conducida con seguridad.
Cuando fui rebelde y quería salirme con la mía,
Dios esperó mi regreso pacientemente .
Cuando caí ante mis debilidades y mi fracaso
Dios me ha levantado dulcemente.
Dios no me ha impedido hacerme daño
pero el me ha recogido para curar mis heridas.
incluso con los trozos rotos de mi vida
Dios a creado en mi una obra de belleza y de posibilidades.
De la infancia a la edad adulta, he estado al abrigo.
El amor de Dios me ha conducido, o seguido,
de los valles del dolor a las altas tierras de la alegría.
Algunas veces con migo, otras veces a pesar de mi,
los planes de Dios se han realizado en mi vida.
No tendré nunca miedo, por mucho que se cierne en mi la inseguridad sobre el futuro .
Dios es grande y cuánto amo yo cantar las alabanzas de Dios.
Mantra
Toma tu tiempo para un rato de reflexión
Tomo conciencia de mis sentimientos, ¿Cuales son? Los identifico.
¿Qué es lo que más me ha llegado?
¿De qué manera me toca el que yo en cuanto mujer estoy llamada a ofrecer?
¿Cual es mi sueño para el futuro?
Acoge lo que vaya surgiendo en ti
Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos. He aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; porque decía dentro de sí: Con solamente tocar su manto, quedaré sana. Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer quedó curada desde aquella hora. Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto, les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. Pero cuando la gente fue echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó. Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra. (Mt. 9, 18-26)
El misterio permanece
mas a mí hoy te revelas
de una forma tan sencilla
que mi fe y amor alientas.
Amor del Padre, que quiere
Darme un camino hacia El;
al Hijo, que muy cercano
me muestre cómo acceder
y poder más conocerle
para a su amor responder,
mostrándome en mi lenguaje
su pensamiento y su hacer.
Más al ser tan limitada
no siempre sé comprender
y necesito por dentro
una luz que me haga ver
no con los ojos humanos,
que el corazón ha der ser
el que los abra muy grande
en espíritu y en fe.
Es el Espíritu bueno,
el del Padre y de Jesús
que con sus dones y frutos
me penetre con su luz .
Gloria al Padre, gloria al Hijo
y al Espíritu de Amor.
Que toda la tierra cante
las grandezas de este Dios.
Eloísa Planas
30 mayo 2010
Oración
Señor, me sostiene el agua viva que tu me das.
Gracias por dármela libremente.
Ayúdame a compartir generosamente este don que tu me has dado.
Hazme capaz de hacer disponible a mis hermanas del mundo entero las aguas que las liberan
para que se sean más humanas..
Señor, Tu afirmas siempre nuestro valor.
Tu has dado la dignidad a todas las mujeres con tu forma de relacionarte con ellas.
Estate conmigo en mi deseo de acercarme a todas las hermanas necesitadas
de todo el Inundo.
"Hay que insinuarse en las almas a través de la dulzura, afin de ganarlas;
y nunca hay que actuar con arrogancia, siempre con mucha humildad y modestia.
Después de ser insinuada con sencilla suavidad, hay que emplear la unción y el fervor total
de caridad. Se atrae a los hombres más por esta vía un tanto sensible que por la autoridad y
el rigor de los preceptos.
El espíritu Santo se vale de ello para ganar a los corazones" (MLP 19,20)
Mantra
Toma tu tiempo para un rato de reflexión
Tomo conciencia de mis sentimientos, ¿Cuáles son?, Los identifico.
¿Qué es lo que más me ha llegado?
¿Qué es lo que he sentido cuando el Señor me ha ofrecido el agua viva?
¿Qué es lo que he percibo como liberado en mi vida?
¿Qué valor doy yo a mi manera de entrar en relación con los otros y con todo lo que Dios ha creado?
¿En qué medida estoy preparada para coger "mi pandereta" y compartir mi don con los demás?
Si me pidieran describirme, ¿Qué imagen vendría a mí?
Acoge lo que vaya surgiendo en ti.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro,
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca.
En esto hemos conocido lo que es amor: en que Jesús dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos. Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestro corazón ante El, en caso de que nos condene nuestro corazón, pues Dios es más grande que nuestro corazón y conoce todo.
o
En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»
Dios, nuestro Padre, llena nuestras vidas con tu compasión, para que vivamos en la generosidad del perdón.
Por quienes no pueden creer, y dan su vida al servicio de los demás, te pedimos.
Por la Iglesia, fermento de comunión: Señor, haz que resplandezca en ella tu rostro.
Oh Cristo, luz de lo alto, ven a visitar a los que están en las tinieblas: muéstrales el camino de tu amor.
Sé el apoyo de los que conocen dificultades y desánimos, tú que eres fuente de confianza y de vida.
Guíanos con tu Espíritu para cumplir la voluntad de tu amor, danos un corazón nuevo.
Jesús, nuestra paz, si nuestros labios permanecen en silencio, nuestro corazón te escucha y también te habla. Y tú dices a cada uno: abandónate simplemente a la vida del Espíritu Santo, tu poca fe basta.
o
Bendícenos, Cristo Jesús, tu amor por cada uno de nosotros nunca desparecerá.
“Un día subió Jesús con sus discípulos a una barca y les dijo: ‘Pasemos a la otra orilla’. Y se adentraron en el lago. Mientras navegaban se durmió. Y cayó sobre el lago tal torbellino que la barca se inundaba y corrían peligro. Los discípulos se acercaron y lo despertaron, diciendo: ‘¡Maestro, maestro, que perecemos!’. Él se levantó, increpó al viento y a las olas, que cesaron, y se hizo la calma. Entonces les dijo: ‘¿Dónde está vuestra fe?’. Llenos de miedo y de admiración, se decían: ‘¿Quién es éste, que manda incluso a los vientos y al agua y le obedecen?’.” (Lc.8, 22-25)
Voy con empeño buscando
el más profundo silencio.
Haz, Señor, que lo consiga,
que lo gane a cualquier precio.
Silencio que me haga ver
lo que está pasando dentro.
Silencio que me descubra
que Tú estás allá en el Centro.
Silencio, música santa,
el más sonoro concierto.
Silencio en que todo calla
y sólo tu amor yo siento.
Dame Señor que yo viva
sumergida en el Silencio.
Madre Belén
15-10-1964
Oración
Proclama mi alma la grandeza del Señor.
Y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador.
Porque me ha bendecido abundantemente y me ha hecho capaz de responder.
Derriba mi pequeño mundo y me deja ser pobre ante El.
El cambia mis planes y me da más de lo que podría nunca esperar o demandar.
El me da la oportunidad y la capacidad de ser libre
y de lanzarme a través de mis fronteras.
El me da la fuerza de ser audaz, de contar solo con El;
Porque el se muestra como aquel que es siempre el más grande en mi vida. Me ha hecho saber que si sigo abierta a lo que el desea para El soñará su sueño en mi y lo hará nacer.
Una invitación a soñar el sueño de Dios
Y dice Dios: Yo mismo soñaré un sueño en ti;
mis sueños parecen imposibles, no muy prácticos;
no son para los prudentes;
Algunos de mis amigos prefieren descansar confortablemente,
con los ojos y un corazón sin visión.
Pero para aquellos/as que comparten mis sueños, pido un poco de paciencia, un poco de
humor;
de valentía y un corazón que escucha;
Yo haré el resto.
Ven entonces ahora, estate contenta, es mi sueño que tu sueñas;
mi casa que tu habitas; mi amor que tu compartes... eso significa alabar la acción de Dios en nuestra vida.
Mantra
Habla, Señor, yo escucho; que tu palabra se cumpla en mí;
que ella encuentre una morada en mí:
Toma tiempo para un rato de reflexión
Torno conciencia de mis sentimientos, ¿Cuáles son? los identifico.
¿Qué es lo que más me ha llegado?
¿Qué he llegado a agradecer?
¿Cuáles han sido los momentos decisivos en mi vida?
¿Cómo puedo describir mi relación con Dios en este momento de mi vida? Acoge lo que vaya surgiendo en ti...
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
- Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.Jesús les replicó:- No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.Ellos le replicaron:
- Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.
Les dijo:
- Traédmelos.
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los dos peces alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. (Mt. 14, 13-21)
Como el agua de la fuente
así quisiera yo ser:
siempre viva en la corriente
para el que quiera beber.
Agua que graba sus huellas
al cruzar por la llanura,
y refleja las estrellas
en la noche más oscura.
Incansable en su cantar,
sólo existe para dar,
y que limpia y transparente
no se sabe detener...
Como el agua de la fuente
quisiera yo ser.
Consuelo Ojeda
Oración
Señor, nosotros hacemos camino con aquellos que son heridos y que sufren...
Mientras que nosotros hacemos eso, tennos estrechamente unidos a Ti
afín que nuestros corazones estén siempre ardientes de compasión.
Nosotros hacemos camino con nosotros mismos con nuestras propias penas y alegrías.
Podríamos mirarnos con amor, con la convicción de que nosotros también tenemos
necesidad de atención y de cuidado.
Hacemos camino con nuestras familias, comunidades, con los seres queridos, amigos.
Nuestros corazones pueden estar estrechamente unidos en los buenos como en los malos
momentos.
Podríamos sacar la fuerza en nuestro Dios y estar abiertos a las maneras en que Dios nos
llama a estar presentes para los otros.
Caminamos con nuestro mundo, un mundo lleno de dolor y de sufrimiento,
con grandeza y belleza.
todos y todas nosotras somos hijas del universo.
recordemos que lo que somos y lo que hacemos afecta a nuestros hermanos y hermanas
y a la tierra sobre la que caminan.
Caminamos con heridas que todavía tienen que curarse.
Señor, no nos dejes huir de lo que debemos confrontar.
Danos la valentía de abandonar lo que nos impide ser curados.
Dios de Sabiduría, atráenos hacia tiempos (le reflexión para que podamos ver y aceptar las
verdades que nuestras heridas nos ofrecen.
Caminamos en tu presencia, Señor.
Que nuestra mirada interior nos tenga estrechamente unidas a Ti.
Recuérdanos a menudo que todos los lugares y todas las personas forman parte de lo sagrado
porque Tu habitas allí con ellos.
Mantra
Shekinah, Shekinah de Dios, Presencia que ha venido, tocado, escuchado y sentido,
morada de Dios.
Shekinah, Shekinah de Dios.
El templo, el templo de Dios es sagrado, y tu, tu eres el templo.
Toma tiempo para la reflexión :
Tomo conciencia de mis sentimientos, ¿cuáles son?, los identifico.
¿Qué es lo que me ha llegado más?
¿Qué hago yo con los tropiezos y las heridas de mi vida? ¿Dónde estaba Dios en todo eso? ¿Me siento tranquila con mis heridas, mis límites?
¿De qué deseo ser curada en estos momentos?
¿Soy agradecida con migo misma? Acoge lo que vaya surgiendo en ti....
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: “El reino de los cielos se puede comparar a un tesoro escondido en un campo. Un hombre encuentra el tesoro, y vuelve a esconderlo allí mismo; lleno de alegría, va, vende todo lo que posee y compra aquel campo. También se puede comparar el reino de los cielos a un comerciante que anda buscando perlas finas; cuando encuentra una de gran valor, va, vende todo lo que posee y compra la perla. Puede compararse también el reino de los cielos a una red echada al mar, que recoge toda clase de peces. Cuando la red está llena, los pescadores la arrastran a la orilla y se sientan a recoger toda clase de peces: ponen los buenos en canastas y tiran los malos. Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles a separar a los malos de los buenos, y arrojarán a los malos al horno encendido, donde llorarán y les rechinarán los dientes”. Jesús preguntó: “¿Entendéis todo esto?” Ellos contestaron: “Sí, Señor”. Entonces Jesús añadió: “Cuando un maestro de la ley está instruido acerca del reino de los cielos, se parece a un padre de familia que de lo que tiene guardado saca cosas nuevas y cosas viejas.” (Mt.13, 44-52)
El misterio permanece
mas a mí hoy te revelas
de una forma tan sencilla
que mi fe y amor alientas.
Amor del Padre, que quiere
Darme un camino hacia El;
al Hijo, que muy cercano
me muestre cómo acceder
y poder más conocerle
para a su amor responder,
mostrándome en mi lenguaje
su pensamiento y su hacer.
Más al ser tan limitada
no siempre sé comprender
y necesito por dentro
una luz que me haga ver
no con los ojos humanos,
que el corazón ha der ser
el que los abra muy grande
en espíritu y en fe.
Es el Espíritu bueno,
el del Padre y de Jesús
que con sus dones y frutos
me penetre con su luz.
Gloria al Padre, gloria al Hijo
y al Espíritu de Amor.
Que toda la tierra cante
las grandezas de este Dios.
Eloísa Planas(30 de mayo de 2010)