ORACIÓN CON FANTASÍAS SIMBÓLICAS. Desde la cima de la montaña y con un símbolo
(Sadhana un camino de oración. Tony de Mello)
1.- Hacemos silencio exterior e interior. Nos ponemos cómodos…, nos relajamos…, nos concentramos en la respiración…, con la inspiración el Espíritu del Señor me invade… con la espiración salen los ruidos, los nervios, las negatividades… Inspiro y espiro a mi ritmo, sin forzar, pero observando cómo entra y cómo sale el aire…
Estoy en presencia del Señor que me quiere, me acoge, me escucha, me habla
2.- Le pedimos que nos abramos a su presencia Viva dentro de nosotros, Viva en la Eucaristía (en el Sagrario), Viva en la Palabra que nos va a dirigir.
3.- Lectura del texto
Imagina que te encuentras en la cima de una montaña desde la que se divisa una gran ciudad. Es al anochecer. Se ha puesto el sol y ves que comienzan a encenderse las luces en la gran ciudad… Contemplas cómo aumenta su número hasta que la ciudad entera parece un lago de luz… Tú estás senado aquí solo, gozando del maravillosos espectáculo… ¿Qué sientes en estos momentos?...
Cuando ha pasado un rato oyes unos pasos detrás de ti; sabes que son los de un hombre piadoso que vive por aquellos parajes, de un eremita. se acerca hasta ti y se coloca a tu lado. Te mira lentamente y te dice únicamente una frase: “Si desciendes a la ciudad esta noche encontrarás a Dios”. Después da media vuelta y se aleja. No hay explicaciones. Ni tiempo para hacer preguntas…
Tú tienes el convencimiento de que esta persona sabe lo que dice. ¿Qué sientes en estos momentos? ¿Te sientes inclinado a aceptar lo que te ha dicho y bajar a la ciudad? ¿O preferirías permaneces donde estás?
No importa cuál pueda ser tu inclinación; baja ahora mismo a la ciudad para buscar a Dios… ¿Qué sientes cuando desciendes por la pendiente?...
Has llegado a los arrabales de la ciudad y es el momento de decir adónde vas a ir a buscar a Dios y encontrarlo…
¿A dónde decides ir? Por favor, sigue los dictados de tu corazón a la hora de decidirte por un lugar al que ir. No te dejes llevar por lo que piensas que deberías hacer ni vayas adonde creas que deberías ir. Vete adonde tu corazón te dice que vayas…
¿Qué te sucede cuando llegas a ese lugar?... ¿Qué encuentras allí?... ¿Qué haces allí?... ¿Qué te sucede?... ¿Encuentras a Dios?... ¿De qué manera?... ¿O te sientes decepcionado?... ¿Qué haces entonces?... ¿Decides ir a alguna otra parte?... ¿Adónde? O ¿decides permanecer allí donde te encuentras?...
Cambia ahora de fantasía. Prescindiendo de que hayas encontrado a Dios o no, escoge un símbolo de Dios: algo que para ti simbolice a Dios del mejor modo posible: el rostro de un niño, una estrella, una flor, un lago tranquilo… ¿Qué símbolo has escogido?... Toma tiempo para hacer la elección…
Cuando hayas escogido el símbolo, colócate de pie, reverentemente, ante él… ¿qué sientes cuando miras fijamente este símbolo?... Dile algo…
Ahora imagina que te responde… ¿Qué es lo que dice?... Conviértete ahora en ese símbolo… y, una vez te has convertido en él, mírate a ti, que sigues de pie, reverentemente… ¿Qué sientes cuando te ves desde el punto de vista y actitud de este símbolo?...
Vuelve ahora a ti mismo, de pie junto o frente al símbolo… Permanece durante algunos momentos en contemplación silenciosa… Después despídete de tu símbolo… Emplea un minuto o dos en la despedida, abre los ojos y pon fin al ejercicio.
4.- Invitar a los miembros del grupo a compartir con los demás lo que han experimentado durante la fantasía.
Con frecuencia realizan descubrimientos sorprendentes acerca de sí mismo, de Dios, de su relación con él.
No sé expresarlo,
pero siento, Señor, tu cercanía,
como siento la brisa,
como siento el calor,
y percibo el aroma de la flor.
No sé expresarlo,
como en la noche fría
hay paz y vida y la luz y el calor.
Consuelo Ojeda
Me da qué pensar el río
que en su corriente no para
de huir sórdido y sombrío
mientras los pueblos separa.
Mucho más me gusta el puente
que de manera sencilla
hace transitar la gente
de una orilla a la otra orilla.
Consuelo Ojeda
YO SOY DE UN PUEBLO SENCILLO- LUIS ENRIQUE MEJIA GODOY
Yo soy de un pueblo pequeño, pequeño como un gorrion
con medio siglo de suenos, de verguenza y de Valor.
Yo soy de un pueblo sencillo, como la palabra Juan
como el amor que te entrego, como el amor que me dan
Yo soy de un pueblo nacido entre fusil y cantar
que de tando haber sufrido tiene mucho que ensenar.
Hermano de tantos pueblos que han querido separar
porque saben que aun pequeños, juntos somos un volcan
Porque saben que un pequeños, juntos somos un volcan
Yo soy de un pueblo que es poeta y sus versos escribio
en los muros y en las puertas con sangre, rabia y amor
Yo soy de un pueblo orgulloso, con mil batallas perdidas
soy de un pueblo victorioso que aun le duelen las heridas
Yo soy de un pueblo nacido, entre fusil y cantar
que de tanto haber sufrido tiene mucho que ensenas.
Hermano de tantos pueblos que han querido separar
porque saben que aun pequeños, juntos somos un volcan
porque saben que aun pequeños, juntos somos un volcan
Yo soy de un pueblo reciente, pero antiguo su dolor
analfabeta mi gente, medio siglo en rebelion
Yo soy el pueblo que un nino en Niquinohomo sono
Soy del pueblo de Sandino y Benjamin Zeledon
Yo soy de un pueblo sencillo, fraterno y amigo que siembra y defiende......su revolucion.....
Para escuchar la canción pulsa aquí.
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,
alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas.
Alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
todo ser que vive y respira alabe al Señor por siempre.
Por tanto, también nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone, fijos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma la fe, el cual, en lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz sin miedo a la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios. Fijaos en aquel que soportó tal contradicción de parte de los pecadores, para que no desfallezcáis faltos de ánimo.
Jesús dice: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.»
Con los profetas y todos los que han preparado tu venida: te bendecimos, Señor.
—¡Gloria a ti, Señor!
Con la Virgen María, nuestra alma exalta al Señor.
—¡Gloria a ti, Señor!
Con los apóstoles y los evangelistas, Señor, te damos gracias.
—¡Gloria a ti, Señor!
Con los mártires de la fe, Señor, te consagramos nuestra vida.
—¡Gloria a ti, Señor!
Con todos los santos testigos del Evangelio, Señor, te adoramos.
—¡Gloria a ti, Señor!
Con toda tu Iglesia, extendida a través del mundo, Señor, te aclamamos.
—¡Gloria a ti, Señor!
Tú, el Dios eterno, salvador de toda vida, como los santos testigos de Cristo de todos los tiempos, desde los apóstoles y María hasta los creyentes de nuestros días, concédenos disponernos interiormente, día tras día, a confiar en el Misterio de la Fe.
Dios vivo, te alabamos por la multitud de mujeres, hombres, jóvenes y niños que, a través de la tierra, buscan ser testigos de paz, de confianza y de reconciliación.
MARIA
Misterio de Dios.
MARIA
Silencio de Dios.
MARIA
Mujer a la escucha de Dios.
¿Qué hiciste? Nada.
Dejaste hacer.
¿Qué pediste? Nada.
Sólo responder
a una llamada,
a una misión,
que quedó guardada
en tu corazón.
Tu vida fue
profunda humildad.
Tu vida fue
serena bondad.
Tu vida fue,
tu vida es
luz y claridad.
Mujer sencilla
y profunda en el amor.
Mujer orante
en silencio y en fervor.
Mujer atenta
ante el divino rumor.
Y disponible
Esclava del Señor.
Fiat.
Fue tu palabra.
Fue tu oración.
Fue tu existencia.
Fije tu canción.
Y todo en el santuario
limpio de tu corazón.
MARIA
Misterio de Dios.
Silencio de Dios.
Rectitud
MARIA
Belleza de dios.
Música de Dios.
Juventud.
MARIA
Ternura de Dios.
Sonrisa de Dios.
PLENITUD
Consuelo Ojeda
PLEGARIA A UN LABRADOR- VÍTOR JARA
"Plegaria a un Labrador" es una de las canciones más aplaudidas de Victor Jara, ya que en ella definía su compromiso de unión y ayuda a todos los chilenos que vivían en la miseria con un discurso importante considerado como un himno para los jovenes que seguian el ideal de la Unidad Popular setentera.
Para escuchar la canción pincha aquí.
Levántate y mira la montaña
de donde viene el viento, el sol y el agua.
Tú que manejas el curso de los ríos,
tú que sembraste el vuelo de tu alma.
Levántate y mírate las manos
para crecer estréchala a tu hermano.
Juntos iremos unidos en la sangre
hoy es el tiempo que puede ser mañana.
Líbranos de aquel que nos domina
en la miseria.
Tráenos tu reino de justicia
e igualdad.
Sopla como el viento la flor
de la quebrada.
Limpia como el fuego
el cañón de mi fusil.
Hágase por fin tu voluntad
aquí en la tierra.
Danos tu fuerza y tu valor
al combatir.
Sopla como el viento la flor
de la quebrada.
Limpia como el fuego
el cañón de mi fusil.
Levántate y mírate las manos
para crecer estréchala a tu hermano.
Juntos iremos unidos en la sangre
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén
Alaba, alma mía, al Señor :
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
Dichosos a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él ;
El mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan.
el Señor guarda a los peregrinos,
sustenta al huérfano y a la viuda
El Señor ama a los justos,
y trastorna el camino de los malvados.
el Señor reina eternamente,
el Señor, tu Dios, de edad en edad.
San Pablo escribe: Por eso doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, para que os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre interior, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios.
Muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?» Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.»
Dios, nuestro Padre, tú nos reúnes en la comunión de tu Iglesia: haznos vivir de tu amor.
Dios, nuestro Padre, tu llamada y tus dones son irrevocables: haznos vivir de tu amor.
Hijo del Dios vivo, tu fidelidad nos permite ser siempre fieles: haznos vivir de tu amor.
Hijo del Dios vivo, tú conoces nuestras pruebas y nuestra pobreza: haznos vivir de tu amor.
Espíritu Santo, en nuestras vidas tú infundes un deseo de paz y de justicia: haznos vivir de tu amor.
Espíritu Santo, tu camino nos lleva hacia todos aquellos que sufren en nuestra sociedad: haznos vivir de tu amor.
Espíritu Santo, tú has depositado en nuestro corazón dones para ser creadores de comunión: haznos vivir de tu amor.
Cristo Jesús, haz que nos forjemos un corazón decidido para que te seamos fieles. Tú, el Resucitado, proyectas sobre nosotros la luz de tu perdón. Este es el don perfecto. Y, cuando nos atrevemos a perdonar, se despierta en nosotros la alegría de Dios.
Jesús, nuestra paz, procúranos la alegría más grande: tener los mismos pensamientos, el mismo amor, una sola alma.
El colegio es barco grande
anclado siempre en el puerto.
Y ve cómo tu barquilla
se despega mar adentro.
Hoy se rompen las amarras
e hinchan tu vela los vientos,
mientras que dices adiós
con tu pañuelo.
El Colegio es una estrella
con resplandor de lucero.
Cada vez que alces los ojos
te alcanzarán sus destellos.
El Colegio es una estrella
fija en tu cielo.
El Colegio es una mina
que guarda riquezas dentro.
Qué bien si tú te encontraste
algún tesoro en su seno.
El Colegio es una mina
y tu fuiste su minero.
El Colegio es una siembra
y variado el terreno.
Gozarás cuando florezcan
las semillas de tu huerto.
El Colegio es sementera
de fruto incierto.
El Colegio es como un río
que bulle en su cauce, inquieto.
Agua que viene y se va...
y él queda con su misterio.
Paisaje siempre dinámico,
y siempre bello.
El Colegio es una música
que lleva lejos sus ecos.
Aprende bien la canción
que tienes que cantar luego.
Cántala, tú, colegiala,
Canta niña de tercero.
Alegra a un mundo que sufre
y olvida el bien y lo bello.
Cántala para que él cante
también su cántico nuevo.
Y ten presente, no olvides
cuando tú empuñes los remos...
que el Colegio es barco grande
y sigue anclado en el puerto.
El te impulsó a navegar
mar adentro.
Consuelo Ojeda
CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL - Fortunate Son
En mi opinión, una de las mejores bandas de los años 60. John Fogerty y los suyos cuentan con una amplísima lista de temazos entre los que destaca Fortunate Son, una de las canciones más representativas del movimiento antibélico.
para escuchar la canción pulsar aquí.
letra de la canción español:
Alguna gente ha nacido para ondear las banderas
Ooh ellas son rojas, blancas y azules
Y cuando la banda toca “Saludo al jefe”
Ooh, ellos apuntan el cañón hacia ti, Dios,
Yo no soy, yo no soy, no soy el hijo de ningún senador, hijo.
Yo no soy, yo no soy, no soy ningún afortunado, no.
¡Si!
Alguna gente es de alta cuna
Dios, por qué ellos no se ayudan a si mismos, oh.
Pero cuando el recaudador llegue a la puerta,
Dios, la casa parece un rastrillo, si,
Yo no soy, yo no soy, yo no soy el hijo de ningún millonario, no
Yo no soy, yo no soy, no soy ningún afortunado, no.
Alguna gente hereda ojos centelleantes de estrellas
Ooh, ellos te mandan a la guerra, Dios
Y cuando les preguntas ¿Cuánto debemos dar?
Ooh, ellos sólo contestan, ¡más!, ¡más!, ¡más! Yoh,
Yo no soy, yo no soy, el hijo de ningún militar, hijo
Yo no soy, yo no soy, no soy ningún afortunado, no.
Yo no soy, yo no soy, no soy ningún afortunado, no, no, no.
Señor, tú me sondeas y me conoces,
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos.
Distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
Me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada ?
Si escalo el cielo, allí estás tú ;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro.
Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha.
Si digo : « Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí »,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día.
San Juan escribe: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es. Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
Jesús dice: «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»
Cristo resucitado, tú colmas nuestra vida con tu compasión para que te busquemos siempre.
Cristo resucitado, tú conoces nuestra espera: condúcenos por el camino eterno.
Cristo resucitado, te pedimos por los que empiezan a conocerte.
Cristo resucitado, te pedimos por quienes no pueden creer: tú ofreces siempre tu amor.
Cristo resucitado, eres el apoyo de quienes conocen dificultades y desánimos: condúcenos por el camino eterno.
Cristo resucitado, te pedimos por los que han sido víctimas de violencias y humillaciones: ven a curar sus heridas.
Cristo resucitado, tú nos guías con tu Espíritu: reúne a todos los pueblos en tu Reino.
Jesús, nuestra alegría, con tu continua presencia en nosotros, nos llevas a dar nuestra vida. E incluso si te olvidamos, tu amor permanece, y envías sobre nosotros el Espíritu Santo.
Bendícenos, Jesucristo, tú que nos das dónde descansar nuestro corazón.
Cargaste de infinito
mi corazón y siento
la impotencia y el gozo,
la paz y la ilusión.
Y me faltan palabras
para mi pensamiento
y la música exacta
que exige mi canción.
Consuelo Ojeda
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar :
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
« El Señor ha estado grande con ellos. »
El Señor ha estado grande con nosotros
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del desierto.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iba llorando,
llevando la sevilla,
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
San Pablo escribe: Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha. La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. (...) Ahora subsisten la fe, la esperanza y el amor, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es el amor.
o
En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de las personas, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
Por los que están lejos de su hogar: los emigrados, exiliados, las víctimas de la opresión, te pedimos Señor.
Por los que tienen una dificultad, por los que necesitan ayuda y misericordia, te pedimos.
Por todos los que estamos reunidos aquí, para que permanezcamos atentos a quienes nos son confiados, te pedimos.
Para que seamos liberados de toda angustia, te pedimos Señor.
Para que aprendamos a compartir mejor los bienes de la tierra entre todos, te pedimos.
Para que en nosotros se renueve el asombro ante tu creación, te pedimos Señor.
Para que encontremos luz y ánimo en el misterio de comunión que es la Iglesia, te pedimos.
Jesús, nuestra paz, tú nunca nos abandonas. El Espíritu Santo siempre nos abre un camino, el de lanzarnos en Dios como en un abismo. Y sobreviene el asombro: este abismo no es un precipicio de tinieblas, sino que es Dios, abismo de compasión e inocencia.
Bendícenos, Señor Cristo, tú que apaciguas nuestro corazón cuando surge lo incomprensible, el sufrimiento de los inocentes.