Canto
Salmo
Te doy gracias, Señor, de todo corazón ;
delante de los ángeles tañaré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
Daré gracias a tu nombre :
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama ;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor de mi alma.
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al escuchar el oráculo de tu boca ;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.
El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio. _cuando camino entre peligros,
me conservas la vida ;
Extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo,
y tu derecha me salva.
el Señor completará sus favores conmigo :
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.
del salmo 137
Lectura
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida, - pues la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la Vida eterna, que estaba vuelta hacia el Padre y que se nos manifestó - lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo, Jesucristo. Os escribimos esto para que vuestro gozo sea completo.
1 Juan 1,1-4
La Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y clama: «Este era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo.» Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos ha llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás, el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado.
Juan 1,14-18
Canto
Silencio
Oración de alabanza
Jesús, Hijo del Dios vivo, esplendor del Padre, luz eterna,
—¡Alabanza a ti, Señor!
Jesús, Rey de gloria, Sol de justicia, hijo de la Virgen María,
—¡Alabanza a ti, Señor!
Jesús, Consejero maravilloso, Señor eterno, Príncipe de la Paz,
—¡Alabanza a ti, Señor!
Jesús, manso y humilde de corazón, nuestro socorro y nuestro refugio,
—¡Alabanza a ti, Señor!
Jesús, Dios de paz, amigo de los seres humanos, fuente de vida y de santidad,
—¡Alabanza a ti, Señor!
Jesús, hermano de los pobres, bondad sin medida, sabiduría inagotable,
—¡Alabanza a ti, Señor!
Jesús, buen pastor, luz verdadera, nuestro camino y nuestra vida,
—¡Alabanza a ti, Señor!
Padrenuestro
Oración
Jesucristo, desde el comienzo estabas en Dios. Viniendo entre los seres humanos, has hecho accesible la humilde confianza de la fe. Y llega el día en que podremos decir: soy de Cristo, pertenezco a Cristo.
Bendícenos, Jesucristo, haznos capaces de acoger tu amor.
Cristo Jesús, luz interior, en este tiempo de Navidad envías sobre nosotros tu paz, que es bondad y nos abre a un cambio en nuestra vida. Entonces resuena en nosotros como una voz interior, y esta voz ya es nuestra oración. Si nuestros labios permanecen en silencio, nuestro corazón te habla y escucha. Entonces se cumple en nosotros la voluntad de tu amor.
Cantos
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas :
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia :
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de su pueblo.
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera ;
gritad, vitoread, tocad.
Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumento :
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor.
Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos; el cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Sucedió que por aquellos días salió un edicto de Cesar Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel de Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.»
Cristo, los profetas han anunciado tu venida, los pobres la desearon.
—La alegría de nuestro corazón está en Dios.
Los cielos han celebrado tu nacimiento; los apóstoles, los mártires, los fieles de todos los siglos han vuelto a decir los cánticos de los ángeles.
—La alegría de nuestro corazón está en Dios.
Tu Iglesia te alaba en todas las lenguas humanas, porque ha visto tu salvación.
—La alegría de nuestro corazón está en Dios.
Hijo de Dios, te rebajaste haciéndote servidor, con el fin de que seamos ensalzados y podamos participar de tu gloria.
—La alegría de nuestro corazón está en Dios.
Estábamos en las tinieblas y nos has dado la luz y la fuerza, la paz y la alegría.
—La alegría de nuestro corazón está en Dios.
Condúcenos según tu voluntad de amor; haz de nosotros un pueblo que vive de ti en la santidad.
—La alegría de nuestro corazón está en Dios.
Danos unos corazones rectos para escuchar tu Palabra y produce en nosotros frutos abundantes.
—La alegría de nuestro corazón está en Dios.
Jesús, hijo de la Virgen María, en Navidad nos ofreces el mensaje de alegría de tu Evangelio. El que escucha, el que acoge los dones del Espíritu Santo, tanto de día como en las vigilias de la noche, descubre que con una fe muy pequeña, con casi nada, lo tiene todo.
Cristo Jesús, unos humildes pastores te descubrieron en un establo. Haznos capaces de avanzar hacia la claridad de tu presencia, oculta en nosotros. Y nuestro corazón puede decirte: Jesús, mi alegría, mi esperanza, mi vida.
Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.»
(Lc. 2, 1-14)
Jesucristo todo lo transforma, y lo pequeño lo hace grande, y lo que nada vale, lo hace precioso, y convierte la oscuridad de la noche en claro día.
Muchas veces los hombres, aun los que cristianos nos apellidamos, miramos la pobreza como cosa ruin y miserable, y a la vista del grande, del poderoso, nos sentimos abatidos y humillados. Aquél, decimos, nada en la abundancia, mientras que yo de todo carezco; y esta idea de la pobreza nos aflige y nos abate...
Aquél, decimos, está en la cumbre, todos se inclinan delante de él, todos le ensalzan y le queman incienso, mientras yo estoy humillado y abatido. Y cuando esto vemos, nos quejamos y decimos a Dios: ¿Por qué yo he de pisar entre espinas, y aquél ha de pisar entre rosas? Hermanos míos, yo he visto a los santos, y los he visto pobres, y los santos gozaban en la pobreza; y aquellos que poseían riquezas, los he visto dejar todo cuanto poseían y abrazar la pobreza voluntaria; y vivían contentos, y vivían alegres en medio de las privaciones. ¿Y por qué esto? Es que en la pobreza, en las humillaciones, y en los dolores de los santos, se hallaba desleído el amor divino; es que los santos sufrían con Cristo, y Cristo hace grande la pobreza, como hizo grande el establo de Belén; es que Jesucristo convierte lo amargo en dulce; es que Jesucristo, todo lo que toca lo engrandece.
Nosotros miramos a los santos, a esos héroes, a esos hombres grandes, y nos quedamos asombrados; nos miramos a nosotros mismos, y nos encontramos pequeños y miserables. ¿Cómo, pues, nos haremos grandes? ¿Sabéis cómo? Con la fuerza de Cristo, con Cristo. ¿Y cómo conseguiremos unirnos con Cristo? Dios está cerca de aquel que le invoca, de aquel que le llama por medio de la oración; pues aquí tenéis un medio, la oración, para que Dios a nosotros se acerque. Pero no basta que se acerque Dios, que se acerque Cristo a nosotros, es necesario además que nos toque, y esto se consigue por medio de la humildad. Dios se resiste a los soberbios, y da su gracia a los humildes, y se comunica con ellos. Aquí tenéis otro medio; la humildad unida a la oración, que hace que Cristo nos dé su gracia, y la gracia ya es un toque de Cristo. Pero no basta que Cristo nos toque, es necesario que entre en nosotros, que se una estrechamente con nosotros, y que se aposente en nuestro corazón. ¿Y cómo conseguiremos que Cristo more y descanse en nosotros? Oíd a Jesucristo mismo: “El que me ama, guardará mis mandamientos, y el Padre le amará, y vendremos a él, y nos haremos nuestra mansión en él”. Pues he aquí otro medio para que Jesucristo entre en nosotros, la perfecta guarda de su ley.
Hermanos míos, no olvidemos estas lecciones; invoquemos a Cristo, y a la oración unamos la humildad, y a la humildad y a la oración, la guarda de la ley, y entonces Cristo vendrá a nosotros, y lo que era vil, lo hará digno de respeto; y a los que somos pequeños, nos hará grandes; y a los que somos débiles, nos hará fuertes; y a los que somos cobardes nos hará valientes, nos convertirá en héroes; y a los que tenemos el corazón frío, nos lo calentará. Fuego vine a traer a la tierra; y ¿qué ha de ser sino que arda? Pues que arda ese fuego de la caridad de Cristo; que arda y prenda su llama en nuestros corazones, que si teneos la caridad de Cristo, todo lo tendremos, porque la caridad es luz; la caridad es fuerza; la caridad es humildad; la caridad es paciencia; la caridad es dulzura; la caridad es amor; la caridad es todo, porque la caridad es Cristo, y Cristo es Dios.
(Pláticas II, pág.824)
Reflexión
Somos portadores del sueño del Creador
por cada ser viviente, por la tierra fértil, por el universo misterioso.
Como mujeres, somos portadoras del sueño de Jesús, que todos sean uno.
Somos portadoras de vida.
Somos apoyo de la familia humana, tejiendo una red de relaciones,
uniendo la comunidad global.
Se nos ha confiado la responsabilidad y el privilegio
de transmitir una nueva visión a la humanidad:
como colaboradoras no como competidoras,
como intendentes, no como destructoras de la tierra y de sus recursos,
como co-creadoras, no como explotadoras de pueblos y culturas,
como mutuas compañeras, expresando la profundidad y la maravilla de la feminidad,
como artesanas de paz, viviendo en armonía las unas con las otras,
con la tierra y con el universo.
Mantra
Unificanos Señor, cuerpo, espíritu, alma e inteligencia.
Unificanos, Señor, que seamos ahora, uno contigo.
Toma tu tiempo para un rato de reflexión
¿Qué sentimientos evoca en mi?. Los identifico.
¿Qué es lo que más me ha llegado?
¿Qué deseo profundizar?
¿Cuál ha sido mi experiencia referente "al cuidado de la tierra"?
Cuando pienso en la vida religiosa del siglo próximo, ¿qué imágenes me vienen al espíritu?
Oración
Mi Dios es grande, cuánto me gusta cantar sus alabanzas!
A menudo cuando tengo miedo pensando en mi futuro,
cuando estoy perpleja y turbada por los acontecimientos que cambian rápidamente alrededor de mi,
mi corazón permanece tranquilo y alegre
recordando la manera en que Dios me ha cuidado en el pasado.
Cuando salí del seno de mi madre, la mano de Dios estaba sobre mi,
Por mediación de mis padres y de las personas que se interesaban por mi,
Dios me ha amado, protegido y ha lanzado mi vida a su curso.
En las proximidades del precipicio y de los engaños, he sido conducida con seguridad.
Cuando fui rebelde y quería salirme con la mía,
Dios esperó mi regreso pacientemente .
Cuando caí ante mis debilidades y mi fracaso
Dios me ha levantado dulcemente.
Dios no me ha impedido hacerme daño
pero el me ha recogido para curar mis heridas.
incluso con los trozos rotos de mi vida
Dios a creado en mi una obra de belleza y de posibilidades.
De la infancia a la edad adulta, he estado al abrigo.
El amor de Dios me ha conducido, o seguido,
de los valles del dolor a las altas tierras de la alegría.
Algunas veces con migo, otras veces a pesar de mi,
los planes de Dios se han realizado en mi vida.
No tendré nunca miedo, por mucho que se cierne en mi la inseguridad sobre el futuro .
Dios es grande y cuánto amo yo cantar las alabanzas de Dios.
Mantra
Toma tu tiempo para un rato de reflexión
Tomo conciencia de mis sentimientos, ¿Cuales son? Los identifico.
¿Qué es lo que más me ha llegado?
¿De qué manera me toca el que yo en cuanto mujer estoy llamada a ofrecer?
¿Cual es mi sueño para el futuro?
Acoge lo que vaya surgiendo en ti
Oración
Señor, me sostiene el agua viva que tu me das.
Gracias por dármela libremente.
Ayúdame a compartir generosamente este don que tu me has dado.
Hazme capaz de hacer disponible a mis hermanas del mundo entero las aguas que las liberan
para que se sean más humanas..
Señor, Tu afirmas siempre nuestro valor.
Tu has dado la dignidad a todas las mujeres con tu forma de relacionarte con ellas.
Estate conmigo en mi deseo de acercarme a todas las hermanas necesitadas
de todo el Inundo.
"Hay que insinuarse en las almas a través de la dulzura, afin de ganarlas;
y nunca hay que actuar con arrogancia, siempre con mucha humildad y modestia.
Después de ser insinuada con sencilla suavidad, hay que emplear la unción y el fervor total
de caridad. Se atrae a los hombres más por esta vía un tanto sensible que por la autoridad y
el rigor de los preceptos.
El espíritu Santo se vale de ello para ganar a los corazones" (MLP 19,20)
Mantra
Toma tu tiempo para un rato de reflexión
Tomo conciencia de mis sentimientos, ¿Cuáles son?, Los identifico.
¿Qué es lo que más me ha llegado?
¿Qué es lo que he sentido cuando el Señor me ha ofrecido el agua viva?
¿Qué es lo que he percibo como liberado en mi vida?
¿Qué valor doy yo a mi manera de entrar en relación con los otros y con todo lo que Dios ha creado?
¿En qué medida estoy preparada para coger "mi pandereta" y compartir mi don con los demás?
Si me pidieran describirme, ¿Qué imagen vendría a mí?
Acoge lo que vaya surgiendo en ti.
Oración
Proclama mi alma la grandeza del Señor.
Y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador.
Porque me ha bendecido abundantemente y me ha hecho capaz de responder.
Derriba mi pequeño mundo y me deja ser pobre ante El.
El cambia mis planes y me da más de lo que podría nunca esperar o demandar.
El me da la oportunidad y la capacidad de ser libre
y de lanzarme a través de mis fronteras.
El me da la fuerza de ser audaz, de contar solo con El;
Porque el se muestra como aquel que es siempre el más grande en mi vida. Me ha hecho saber que si sigo abierta a lo que el desea para El soñará su sueño en mi y lo hará nacer.
Una invitación a soñar el sueño de Dios
Y dice Dios: Yo mismo soñaré un sueño en ti;
mis sueños parecen imposibles, no muy prácticos;
no son para los prudentes;
Algunos de mis amigos prefieren descansar confortablemente,
con los ojos y un corazón sin visión.
Pero para aquellos/as que comparten mis sueños, pido un poco de paciencia, un poco de
humor;
de valentía y un corazón que escucha;
Yo haré el resto.
Ven entonces ahora, estate contenta, es mi sueño que tu sueñas;
mi casa que tu habitas; mi amor que tu compartes... eso significa alabar la acción de Dios en nuestra vida.
Mantra
Habla, Señor, yo escucho; que tu palabra se cumpla en mí;
que ella encuentre una morada en mí:
Toma tiempo para un rato de reflexión
Torno conciencia de mis sentimientos, ¿Cuáles son? los identifico.
¿Qué es lo que más me ha llegado?
¿Qué he llegado a agradecer?
¿Cuáles han sido los momentos decisivos en mi vida?
¿Cómo puedo describir mi relación con Dios en este momento de mi vida? Acoge lo que vaya surgiendo en ti...
Oración
Señor, nosotros hacemos camino con aquellos que son heridos y que sufren...
Mientras que nosotros hacemos eso, tennos estrechamente unidos a Ti
afín que nuestros corazones estén siempre ardientes de compasión.
Nosotros hacemos camino con nosotros mismos con nuestras propias penas y alegrías.
Podríamos mirarnos con amor, con la convicción de que nosotros también tenemos
necesidad de atención y de cuidado.
Hacemos camino con nuestras familias, comunidades, con los seres queridos, amigos.
Nuestros corazones pueden estar estrechamente unidos en los buenos como en los malos
momentos.
Podríamos sacar la fuerza en nuestro Dios y estar abiertos a las maneras en que Dios nos
llama a estar presentes para los otros.
Caminamos con nuestro mundo, un mundo lleno de dolor y de sufrimiento,
con grandeza y belleza.
todos y todas nosotras somos hijas del universo.
recordemos que lo que somos y lo que hacemos afecta a nuestros hermanos y hermanas
y a la tierra sobre la que caminan.
Caminamos con heridas que todavía tienen que curarse.
Señor, no nos dejes huir de lo que debemos confrontar.
Danos la valentía de abandonar lo que nos impide ser curados.
Dios de Sabiduría, atráenos hacia tiempos (le reflexión para que podamos ver y aceptar las
verdades que nuestras heridas nos ofrecen.
Caminamos en tu presencia, Señor.
Que nuestra mirada interior nos tenga estrechamente unidas a Ti.
Recuérdanos a menudo que todos los lugares y todas las personas forman parte de lo sagrado
porque Tu habitas allí con ellos.
Mantra
Shekinah, Shekinah de Dios, Presencia que ha venido, tocado, escuchado y sentido,
morada de Dios.
Shekinah, Shekinah de Dios.
El templo, el templo de Dios es sagrado, y tu, tu eres el templo.
Toma tiempo para la reflexión :
Tomo conciencia de mis sentimientos, ¿cuáles son?, los identifico.
¿Qué es lo que me ha llegado más?
¿Qué hago yo con los tropiezos y las heridas de mi vida? ¿Dónde estaba Dios en todo eso? ¿Me siento tranquila con mis heridas, mis límites?
¿De qué deseo ser curada en estos momentos?
¿Soy agradecida con migo misma? Acoge lo que vaya surgiendo en ti....
Reflexión
Dulcemente, dulcemente desescombro mi vida;
abandono todo lo que me impide ver el terreno sagrado de mi vida
y no lo dejo de lado;
todo a lo que yo me he sentido atada nacerá de nuevo bajo una nueva y mejor forma
Mi cólera incontrolable se convertirá en celo apasionado y profético;
mi apego posesivo se convertirá en don generoso;
mi abundancia de palabras inútiles se funde en la única palabra grande.
Mi mido ensordecedor se vuelve el sonido del silencio;
mi necesidad de aprobación de los otros se vuelve la necesidad de afirmar a los otros.
Mi necesidad de controlar se vuelve mi necesidad de compartir.
Mi miedo y mi ansiedad se transforman en amor y confianza.
No hay mayor libertad que la de verme tal cual soy y no desanimarme.
No hay mayor libertad que mirarme tal cual soy y decirme si, soy yo.
Como una madre alimenta y protege a su hijo,
así yo alimento y protejo mi vida interior y mi identidad.
No hay mayor libertad que acogerme en brazos.
Solamente desde ahí comprenderé mis heridas,
Solamente desde esta realidad experimentaré la curación,
solamente así llegaré a conocer mi verdadero yo.
Mantra
Oh Dios, Tu contacto es curación; que renueva el espíritu de los quebrantados.
Toma tiempo para un rato de reflexión silenciosa :
Tomo conciencia de mis sentimientos, ¿cuáles son? , los identifico.
¿Qué es lo que siento de mi misma como persona?
¿Reconozco los dones que Dios me ha dado?
¿Puedo nombrar los bloqueos que me impiden estar a gusto conmigo misma?
¿Soy consciente de los momentos en donde lo que piensan los demás de mí está por encima de lo que Dios desea de mí?
Acoge lo que vaya aconteciendo.
Oración sobre la semilla
Despertaos, vosotras, semillas enterradas, levantaos con alegría y estallad
Vuestra hora ha Despertaos, semillas enterradas en lo profundo de mi levantaos para cumplir con vuestro destino,
la hora ha llegado.
Antes o después, estoy llamada a plantar otras semillas,
para compartir con aquellos / as que lo necesitan,
lo mismo que los árboles comparten con los pájaros el cielo.
" Por todo, es suficiente que sepan que
en la esencia del espíritu
el dirige, hace, prescribe una obra, que su dedo nos esconde.
El ve sin ver y sin conocer.
Dios vive en el y el en Dios.
Lo que acontece cuando Dios se acerca
ni se dice , ni se siente" (CS 21-23)
Mantra
Espíritu Santo, envía tu aliento sobre nosotros.
Espíritu Santo, Soplo de vida en nosotros.
Toma tiempo para una reflexión silenciosa:
¿Qué sentimientos evoca en mi?
¿Hacia qué te sientes atraída?
¿Dónde me conduce el Espíritu?.
Acoge lo que vaya surgiendo en ti.
Yo quise ser misionera,
fueron mis primeros sueños,
en esto puse mi empeño
y llegué a serlo de veras.
Y es que al buscar santidad
ésta no la concebía
sin un dar con valentía
por la entrega más total.
Entrega que yo juzgaba
había de ser esa vida
que ya sólo era vivida
por el objeto que amaba.
Y es cierto que allá en las selvas
en que nada humano encuentro
es donde yo más me siento
a Dios dada sin reservas.
Allí sólo a Dios se siente,
no hay nada que de este suelo
pueda dar goce y consuelo
¡Sólo Dios! ¡Bendita suerte!
Por eso en ser misionera
sigo poniendo mi empeño
¡salvar almas! son mis sueños
dándome a Jesús de veras.
Octubre 1957 (M. Belén a bordo)
«Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos» Jn 9, 40
¿Soy consciente de mis cegueras? ¿En qué aspectos siento que quiero "volverme ciego"?
Pido al Señor que cambie mi forma de ver, que sane con barro mis cegueras y al abrir los ojos, sea capaz de reconocerlo
“Padre me pongo en tus manos,
haz de mí lo que quieras
sea lo que sea te doy las gracias
te entrego todo
te doy todo
con tal que tu voluntad
se cumpla en mí y en todas tus criaturas.
Te entrego mi vida, te la doy
con todo el amor que soy capaz
porque te amo y necesito darme
con infinita confianza
porque tú eres mi Padre. Amén”
Mi voluntad, Señora,
se quedó aprisionada
una tarde serena
entre tus manos blancas.
Desde entonces es un hecho
la honda paz de mi alma.
Y en las dulces prisiones
de tus manos, la gracia
ha infundido en mi vida
la libertad soñada.
Libertad que es la luz,
libertad que es la calma
de quien lo tiene todo
cuando no quiere nada.
Libertad en tus manos
poderosas y santas.
Que he descubierto un mundo
infinito en el alma.
Todo lo hallé al dejarlo
todo en tus manos blancas.
Mi vida es una escalada
Me entusiasmaron las cumbres,
las montañas.
Toda mi vida es compendio
de muchas ansias.
Siento como el alpinista
la irresistible llamada
a subir... no sé hasta dónde
de la montaña.
Así me encuentro conmigo
Y soy yo.
Y todo es a la luz blanca
de un soñar siembre con algo
¬que no se abarcará.
El escalador conoce
que a veces rodando baja,
pero no pierde de vista
la cumbre alta.
Y sigue con el empeño
de la montaña.
Consuelo Ojeda
MARIA
Misterio de Dios.
MARIA
Silencio de Dios.
MARIA
Mujer a la escucha de Dios.
¿Qué hiciste? Nada.
Dejaste hacer.
¿Qué pediste? Nada.
Sólo responder
a una llamada,
a una misión,
que quedó guardada
en tu corazón.
Tu vida fue
profunda humildad.
Tu vida fue
serena bondad.
Tu vida fue,
tu vida es
luz y claridad.
Mujer sencilla
y profunda en el amor.
Mujer orante
en silencio y en fervor.
Mujer atenta
ante el divino rumor.
Y disponible
Esclava del Señor.
Fiat.
Fue tu palabra.
Fue tu oración.
Fue tu existencia.
Fije tu canción.
Y todo en el santuario
limpio de tu corazón.
MARIA
Misterio de Dios.
Silencio de Dios.
Rectitud
MARIA
Belleza de dios.
Música de Dios.
Juventud.
MARIA
Ternura de Dios.
Sonrisa de Dios.
PLENITUD
Consuelo Ojeda
Deja la tierra en que habitas,
ven conmigo mar adentro,
sólo en mis aguas verás
la verdad de mi Proyecto.
- ¿Qué seguridades me impiden seguirte?
- ¿Me atrevo a meterme de lleno mar adentro? ¿Qué miedos tengo?
- Señor, que quiera seguir empapándome de tu Proyectos de felicidad para mí, que bucee en tus aguas sin miedo.