a. El Evangelio no es un manual de ética. El Evangelio es Jesús haciendo y diciendo, e invitándonos al seguimiento: “Si quieres…”
b. El Evangelio no es una propuesta de intachabilidad. El Evangelio es Jesús apostando por la bondad y la felicidad, e invitándonos: “Si quieres…”
c. El Evangelio no es una arenga voluntarista para el control de la propia vida. El Evangelio es Jesús abierto al sueño de Dios y a la fuerza de su Espíritu, e invitándonos: “Si quieres…”
d. El Evangelio no es una soflama para dar culto a Dios. El Evangelio es la persona y la vida de Jesús troceada y derramada por los demás (¡Eucaristía!), e invitándonos: “Si quieres…”
a. El ciego, de la ceguera a la visión: conocimiento progresivo, de menos a más, de la persona de Jesús:De menos a más, hasta su adhesión total. Como alguna de nosotras, como cualquiera de nosotras.
- Primero: “Se llama Jesús”;
- Segundo: “Es un profeta”;
- Tercero: “Procede de Dios”;
- Cuarto: “Es el Señor”.
b. Los fariseos de la visión a la ceguera: dudas, rechazos, insultos, expulsión de la sinagoga.
De menos a menos, como alguna vez observamos que ocurre, como alguna vez, alguna de nosotras.
c. En las oscuridades y cegueras de la vida, Jesucristo es Luz, Mediodía, Visión.
¡En las oscuridades y cegueras de la vida!, cuando no vemos, cuando no sabemos, Jesucristo: Luz, Mediodía, Visión; - alguna vez para acabar viendo y sabiendo;
- alguna otra vez para soportar el no ver y el no saber, sin desesperanza, ¡que no es poco!
d. La segunda lectura del domingo nos va a decir:
"En otro tiempo erais tiniebla, ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz (toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz), buscando lo que agrada al Señor, sin formar parte de las obras estériles de las tinieblas, sino más bien poniéndolas en evidencia…” (Ef 5,8-10).