
El trabajo y dedicación de esta Esclava llamó la atención de gente del barrio y de la ciudad. Pronto se convirtió en una escuela de promoción estructurada como "Centro comunitario" y atendida por líderes y asesores del mismo barrio.
La escuela pasa por situaciones difíciles debido, sobre todo, a la carencia económica para sustentar los cursos de capacitación profesional y el sostenimiento de la maquinaria que se necesita.
Los cursos que se imparten han ido variando a lo largo del tiempo, según las necesidades del mercado de trabajo de Volta Redonda. Lo que llena de satisfacción a las religiosas y laicos que educan en el centro es que, no sólo todos los alumnos de esta escuela salen prácticamente colocados en diferentes empresas de la ciudad o se establecen como autónomos, sino que, a lo largo de los meses que permanecen en la escuela, aumenta su sentido de la dignidad humana, su propia autoestima y sentido de la vida.