
Las Esclavas habían llegado a Ipil, como fundación de Japón, en 1981. La fundación de la casa de Zamboanga se hizo con dos fines. Primero en función de la casa de Formación en Filipinas cuando en Ipil empezaron a apuntar las primeras vocaciones. Y segundo como puente entre Ipil y el resto de Filipinas, y el resto del mundo, ya que en aquel tiempo en Ipil no había luz eléctrica ni teléfono. Cuando las Hermanas tenían que venir a Zamboanga para compras de más importancia, médicos, para llamar por teléfono a Superiores mayores de Japón o España, o para recibir a Superiores que nos visitaban, siempre tenían que hospedarse en alguna casa religiosa.