Con gran deseo se esperaban los días 5, 6 y 7 de marzo en la Delegación de Venezuela ya que ahí sería la presentación del XIX Capítulo General.
Y cuando el deseo es grande los obstáculos se superan con facilidad; dificultades de salud, fuertes lluvias, derrumbes, carreteras cortadas… pusieron a prueba nuestra disponibilidad y apertura al cambio ¡fue posible! Gracias al desprendimiento y esfuerzo de cada una. La opción por estar todas presentes era la más deseada y eso facilitó. La única ausente fue Katherinne, postulante, ella se quedó al frente de la residencia en esos días.
“Buscando mis amores,
iré por esos montes y riveras,
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.”
Sí, buscando nuestros “amores” superamos las dificultades.
Sabíamos, intuíamos, que serían días de encuentro con el “AMOR”, no sospechábamos que ese encuentro sería estando Él de rodillas a nuestros pies y esto avivó el deseo de vivir como Él vivió, de servir como Él sirvió…
El otro “Amor” con el que deseábamos encontrarnos era con el Congregacional y nuestras hermanas Rosario y Fátima lo hicieron posible con su presencia, con su estilo, con sus palabras y con la fuerza y entusiasmo que ponían en las mismas ¡cómo se disfrutan y estimulan estas presencias y cercanías!
Y… días de encuentro con el “Amor” a la fidelidad. Sí, el amor a la fidelidad lo despertó y acrecentó la presentación del Capítulo, ahora nos queda la petición y el esfuerzo para que los trabajos y diálogos comunitarios lo concreticen en el acontecer de cada día.
Pero… el encuentro con Él, con la Congregación, con la llamada a la fidelidad no fue lo único, había más “Amores” por ahí dispersos…
El “Amor” de y a las hermanas estos encuentros fraternos siempre lo avivan. También el “Amor” a la Misión encomendada y con todo esto brota el agradecimiento por el Don de nuestra Vocación de Esclavas del Divino Corazón.
Gracias a Rosario, a Fátima y a cada hermana de la Delegación por estos días vividos en fraternidad, profundidad, en gozo por la vocación recibida y por el encuentro. Que la experiencia de estos días nos haga crecer a todas en la “vivencia gozosa y responsable de nuestra vocación”.
Gracias a Rosario, a Fátima y a cada hermana de la Delegación por estos días vividos en fraternidad, profundidad, en gozo por la vocación recibida y por el encuentro. Que la experiencia de estos días nos haga crecer a todas en la “vivencia gozosa y responsable de nuestra vocación”.

