
Luego hubo una pequeña adoración de los alumnos de Secundaria, y posteriormente 4º, 5º y 6º de Primaria también tuvo su momento de oración por clases ante la cruz. Una imagen preciosa verlos acercarse algunos nerviosos y apenas sin saber qué hacer, y arrodillarse y rezar.
A las 17.30 llegó el momento de la adoración de los adultos. Gente muy distinta: padres con sus hijos pequeños de la mano (alguno, incluso, se acercó con su hijo dormido en brazos), antiguas alumnas, madres y padres del colegio, jóvenes, religiosas... Todos adorando la Cruz, compartiendo un rato que nos hacía sentir unidos mientras nos acercábamos a poner junto a Jesucristo el sufrimiento del mundo, de tantos, y nuestro propio sufrimiento.
Una oportunidad de sentirnos Iglesia, de unirnos a tantos que como nosotros, se han acercado a adorar la Cruz de Cristo; de unirnos a tantos hermanos que sufren, de disfrutar viendo a otros rezar, de dejar que Jesucristo hablase a nuestro corazón con los gestos, los cantos, su Palabra, su Cruz...
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Mercedes Jurado