
Juntos como familia Spínola reunidos en Valencia compartimos el día entre actividades que resaltaban la creatividad de nuestros jóvenes y sus destrezas deportivas.
Fue un día para agradecer a Dios la llegada de las primeras esclavas a tierras venezolana, su generosidad y entrega.
Entre actos y bailes referentes al carisma Spínola transcurrió nuestro día.
Entre lo más destacado tenemos el concurso de pancartas donde se reflejaba el Amor de Dios manifestado a todos los hombres, “El Amor de Dios llega a todos” Quedó plasmado en ellas la experiencia de Dios, lo juvenil, la fecundidad del carisma, la mirada de Dios sobre nuestro país para plantar la familia Spínola en él, la entrega de las Esclavas.
Pedimos a Dios que este carisma de la Iglesia confiado a la Congregación siga dando frutos desde lo propio y característico de nuestra tierra, que el carisma se encarne en nuestra gente y cada día seamos más los que vivamos y gocemos de la experiencia de sentirnos amados personalmente por Dios.



