¿Vale la pena viajar, tantas horas?
Hay ocasiones en nuestra vida donde encontramos oportunidades muy significativas, materia indispensable para volver a renovar nuestra fe, esto es lo que hemos querido vivir en el segundo encuentro de catequistas que tuvimos en Manta. El tema era la Oración, pilar fundamental en nuestra tarea catequética.
Punto de partida: “Lo esencial es invisible a los Ojos”, el momento del encuentro entre el zorro y el príncipe, para dejar en el corazón de los participantes el deseo del encuentro con Alguien significativo en el recorrer de nuestra vida y sobre todo para establecer vínculos de amistad muy entrañables, con aquel que es capaz de sacarnos de nuestro mundo, como es el caso del zorro que llega hasta pedirle que lo domestique para tener una buenas relaciones.
Pasado este plano se fue profundizando, con ayuda de las novicias, en la parte práctica de lo que implicaba el tema y qué mejor que empezar a hablar de la propia experiencia, unir la teoría con la práctica y de un modo cercano y sencillo, se pudo ahondar en este encuentro de fe y de vida.
Tuvimos tiempo para todo, para expresar sentimientos, deseos y propósitos, aunque no hubo gran cantidad de participantes hubo calidad de éstos.
Al final se dejó traslucir el deseo de parte de los catequistas de la necesidad de darle a Dios lo que le corresponde y más cuando hemos sentido que sin Él, la tarea de la catequesis se vuelve vacía porque le falta lo esencial. El catequista es instrumento, persona llamada a hablar de Alguien con quien se ha encontrado y en quien ha sido transformado.
De esta manera nuestro día reafirmó la convicción de que una Esclava trabaja en Dios, por Dios y para Dios y todo lo que se haga tiene sentido desde Él.