Después de la espera, de la ilusión o interrogantes que cada una se fue haciendo en su corazón, las idas y venidas de Fátima al aeropuerto; por fin el día 20 a las 2:00pm, hora de la comida, ya estaban todos los rostros reunidos alrededor de un rico y apetitoso almuerzo. Ahí se comenzó a divisar el camino, a cruzar miradas y sonrisas de familiaridad.
Ya la comunidad del noviciado que nos acoge tenía todo muy bien preparado. Gracias.
Más tarde ya en el salón de reuniones, hna. Rosario nos dio tres herramientas necesarias para emprender el camino que vamos a iniciar, así nos colocó en la meta de salida, desde la frase que nos va a acompañar durante toda la trayectoria: “hágase en mí”: Asombro, libertad de Espíritu (Madurez) y escucha atenta a la Palabra; son las actitudes de María y a la que nos animaba a imitar dejando que sea Ella nuestra compañera en este caminar.
De inmediato hna. Fátima nos presentó todo el paisaje del camino que comenzamos a recorrer, era un paisaje cargado de árboles grandes y frondosos, más o menos un bosque espeso, en el que hay que ir abriendo el camino para poder continuar, pero también hay trechos en los que los rallos del sol alumbran y despejan el camino y otros son valles hermosos que ilusionan y animan la caminata para poder llegar a la meta final.
Luego las hnas. de la 5ta planta nos tenían preparada una rica merienda de chocolate con roscos, allí se llenó nuestro corazón de alegría, sonrisas y emociones de compartir con tantas mujeres que se lo han dado todo al Señor, fue una herramienta más para la mochila; había en cada rostro una historia inmensa de amor de Dios, y ese, amor, alegría y entrega eran necesarias tenerlas a mano para este primer trecho el camino.
El día 21 comenzamos el camino haciendo la primera parada en la capilla y seguimos la ruta en el salón con la Psicóloga, Beatriz Areskurrinaga que comenzó calentándonos los motores internos para emprender el primer trecho del camino, que consiste en adentrarnos al laberinto del mundo interior. Su pregunta de salida fue: ¿Quién soy en este momento de mi vida, y cuáles son mis raíces?
Esa era solo la entrada, sin embargo fue una cuesta muy empinada, con muchos matorrales que había que ir apartando y en algunos momentos cortando para poder avanzar, a medida que avanzaba el día, nos dirigía con más fuerza a la espesura del laberinto, pero se iba tornando en medio de ese camino, un clima cálido, abierto, muy sentido, donde crecía la confianza, la serenidad y una brisa suave iba refrescando nuestras vidas y nuestros rostros.
Este fue un día de un maratón incalculable, entre los cansancios de final de trimestre, los horarios cambiados y el contacto serio y profundo con el propio “yo” terminamos el día con diferentes necesidades; un grupo en el recogimiento con el Señor mientras que el otro se deleito en la música y el baile.
Después del merecido descanso bajo el cielo frío madrileño llegamos al 22, nuevamente nuestro encuentro comenzó en la calidez del Señor que nos acoge, ahí siempre llenamos la mochila para seguir la ruta.
Hay un trecho del camino hecho, seguimos en el laberinto con el psicólogo Julián Martín – Aragón, quien nos hace llegar al fondo, tanto que surgieron expresiones como: “por Dios, hay más”. sí hay mucho más, entre encuentros internos personales, encuentros con las otras y el compartir en todo el grupo, nos dirigió a nuestras casas para dibujar todas las experiencias vividas allí.
Fueron experiencias ricas, conmovedoras, profundas, el clima fue de respeto, de colores diferentes, es que estábamos en el trecho del camino donde solo hay tierra sagrada.
Así terminamos el día “molidas como canela” pero con el corazón lleno de experiencias profundas que se encuentran y unifican por la acogida y la comprensión que se vive en el grupo, ahí se manifiesta el amor de Dios.
Terminamos la jornada en la capilla con el Señor revisando la mochila y ordenándola un poco para ponerla en condiciones. en la noche unas se fueron temprano a la cama mientras que otras estuvieron en la sesión de bailoterapia para despejar las nubes que hacen más pesado en camino.
El día 23 seguimos el camino en la capilla calentando los motores y metiendo en la mochila la fortaleza para continuar el camino, pues seguimos en el laberinto cada vez más al fondo, así continuaba la Psicólogo Beatriz haciendo que entráramos en todos los rincones del laberinto, se rincón en rincón fuimos pasando hasta llegar al punto de partida: “hilo de la historia personal”.
Fue un día tan intenso como los anteriores, ya colocando nombre a cada rincón del laberinto y viendo diferentes salidas del mismo, así tendremos la mochila un poco más despejada para continuar la ruta.
Terminamos este primer trecho, perdonando, agradeciendo y bendiciendo a cada una, Dios se ha manifestado y nos fortalece para seguir dando los pasos necesarios.
Solo nos queda decir. “Hágase en mí”