Dios ha estado grande con todos los que tuvimos la dicha de participar en la Pascua 2014 en Corteconcepción, un lugar con una naturaleza gratificante, que permitió vivir cada momento al máximo, comenzando desde el miércoles con un momento de conocernos y la oración orientada desde la mujer y el perfume, invitándonos a reflexionar sobre ¿Que perfume queremos ser?.
El jueves reflexionamos en torno al Pan, tomando conciencia que somos pan para la humanidad y por tanto, con la gracia de Dios., podemos TOMAR nuestra vida, PARTIRNOS que no es desintegrarnos, sino desplegarnos y así poder REPARTIRNOS, es decir darnos a los demás.
Desde la invitación de ser pan que se reparte fuimos a visitar diferentes familias, enfermos… Después de una mañana intensa nos preparamos para vivir los oficios en la Parroquia, una forma de acompañar al pueblo, y compartir con la Cena Judía, otra forma de hacer presente las vivencias de Jesús y sus discípulos, terminando el día con la hora Santa en la parroquia.
Viernes día en que se experimenta el dolor por la muerte de nuestro Señor Jesucristo, reconociendo nuestra fragilidad y vulnerabilidad, como con nuestras actitudes también estamos gritando ¡CRUCIFÍCALO¡ ¡CRUCIFÍCALO¡ Reconocer nuestra debilidad nos lleva a experimentar el dolor, a descubrir que tenemos una cruz y que debemos salir de esa cruz o aprender a vivir con ella, pero sabiendo que en el Señor podemos descansar. Esa fue la invitación de la tarde, después de haber hecho nuestra propia cruz con barro nos ponemos delante del Señor en la Cruz para adorarle y decirle ¿Cómo estamos?, ¿Cuánto pesa mi cruz? y ¿Cómo aceptando mi Cruz me posiciono delante de Él?. En un gesto simbólico dejamos nuestra Cruz cerca de Jesucristo crucificado, quien cargó y carga con nuestras cruces, sabiendo que sólo en El podemos descansar y si nos acercamos a El nuestra cruz no será tan pesada.
El sábado, día de silencio, desierto, oscuridad…nos fuimos caminando al pantano, donde realizábamos paradas y nos iban sorprendiendo con una semilla, tierra y un macetero para descubrir cómo la semilla debe morir para dar fruto. Al llegar al pantano cada uno se fue a un lugar donde poder contemplar, desde el desconsuelo de la muerte, como se posicionaba María ante tanto sufrimiento, como PERMANECIÓ, CONFIÓ y DESCUBRIÓ.
Y con la confianza en que Jesús resucitaría nos preparamos para vivir la vigilia en Tierra Esperanza donde nos recibió una comunidad de laicos consagrados con un grupo de casi 50 personas para vivirla juntos, en medio de la naturaleza, con frío, en ambiente familiar. Vivimos experiencias difíciles de ponerles palabras, un testimonio de cómo al unirse laicos con sacerdotes se pueden hacer grandes cosas, y la más importante, ser mediación del Señor para la humanidad.
El Señor se presenta ante sus hijos de diferentes formas, por ello es gratificante compartir tu propia experiencia y escuchar la de los demás y así descubrir la generosidad del Señor que se entrega a todos y aunque todos estuvimos en la misma pascua, participando de las mismas actividades, cada uno se lleva una experiencia única e inolvidable, con la certeza de que el Señor camina a su lado y ha resucitado en su corazón, llenando el envase de
FE, ESPERANZA y AMOR…
Con las pilas recargadas para continuar con nuestra misión y un fuerte deseo de estar “100% aPASIONados por la vida” nos despedimos el domingo después de la comida.
Marbelys