¡Querida Familia Spínola!
Me alegra saludarles y en esta oportunidad poder contarles la experiencia vivida este fin de semana de 4 al 6 de diciembre, en una convivencia vocacional intercongregacional denominada “¡Joven Atrévete!”, desarrollada en un pueblo llamado Siquisique del Edo Lara – Venezuela.
En este tiempo que llevo en Barquisimeto me he puesto en contacto con un grupo de 8 congregaciones, 6 de ellas ni siquiera sabía que existían. Ellos desde Semana Santa han programado dos convivencias anteriores, esta sería la tercera y faltarían un retiro de discernimiento para iniciar el proceso de acompañamiento a los jóvenes inquietos y que ven que la Vida Religiosa puede ser la invitación que Dios les hace.
La respuesta fue extraordinaria desde varios aspectos:
- La participación promedio de 100 jóvenes en las tres experiencias, además cuando se les pregunta en alto, alzando la mano manifiestan que leen la Palabra, van a misa y recuerdan los textos leídos en la eucaristía. En las actividades se les percibía atentos, con actitudes de oración y reflexión.
- La logística desarrollada por el sacerdote del pueblo, es el Vicario Episcopal de la zona, pero el pueblo sólo tiene 21 mil habitantes. Había mucha gente detrás, desde: preparar comida, el transporte, buscar alojamiento para los religiosos y los chicos de los caseríos vecinos que también fueron invitados. Este sacerdote secular mueve masas, mueve a los jóvenes y tiene mística, gracias a Dios.
- Las familias que alojaban a todos con sencillez, agrado y cercanía, se percibía que estaban ansiosas por conocernos y brindarnos su ayuda.
Realmente agradezco al Señor la posibilidad de integrarme a este equipo de trabajo, conocer el trabajo de las congregaciones y la búsqueda común de ayudar al joven a conocer a Jesús para seguirlo.
Como anécdota de la experiencia: una de las cosas que realizamos fue presentar la Congregación desde la realidad histórica a la que dio respuesta, esto por equipos. Al terminar, cuando ellos compartieron lo que les llamó la atención dijeron: “me gusta que Marcelo Spínola era humilde”, no les había dicho nada de sus valores. De Celia les gustó el que abandonara su estilo de vida para servir a Dios. Esto realmente me emocionó, por la forma en la que captaron su vida.
Un Abrazo
Norma Uzcàtegui ADC