El día de ayer fue especial y a la vez, divertido. Yo tenía que vestirme de doctora para un teatro que habíamos inventado y el hecho de buscarme el disfraz o aprenderme el baile del “Corazón feliz” con mis compañeros me hacía mucha ilusión, estaba esperando que llegara ya la hora.
Todo el día mi grupo y yo estuvimos realizando y preparando cosas para los niños, ya que en mi grupo de clase estábamos casi todos.
Cuando entramos a la clase, ver a esos pequeños tan risueños y contentos me trajo muchos recuerdos. ¡Cómo me habría gustado que me hicieran algo así con esa edad! Todos estaban atentísimos a cada palabra o gesto que realizáramos.
Después de bailar juntos, se soltaron un poco más y estaban deseando jugar con los corazones y los médicos. Un niño y una niña no se separaron de mí en toda la tarde, no querían que nos fuéramos de su lado. Esto, me hace pensar en lo bonito que es querer y ser querido, es algo que deberíamos practicar más a menudo y sobre todo valorarlo.
Finalmente, en la alfombra de los juegos, les fuimos dando un corazón que habíamos decorado nosotros mismos a cada niño, ¡qué felices estaban! Nadie se quería quedar sin ninguno. Me gustó que quisieran muchos de los que yo había pintado, me puso feliz a mí también.
Ya todos muy contentos, los peques nos suplicaban que volviéramos y los visitáramos siempre.
Me sentí muy querida y noté que pasar tiempo con personitas así te hace aprender mucho pero sobre todo, es realmente bonito y entretenido. Creo que el teatro que organizamos y la visita de dos compañeros nuestros disfrazados de Marcelo y Celia les hizo saber más sobre nuestros fundadores, se les veía muy entusiasmados. Me encantaría volver a repetir esta experiencia, no lo dudaría en ningún momento.
CELIA RUÍZ ESPINOSA 4º ESO C. Colegio de Málaga