
Para nosotros, Familia Spínola fue además una celebración cargada de emoción, pues al comienzo se realizó un gesto sencillo pero muy significativo.
A la cruz de la Evangelización de la Diócesis, que ya contaba con una reliquia de Santa Ángela de la Cruz, le fueron incorporadas las reliquias del Beato Marcelo Spínola junto con las del Beato Manuel González, la Beata Victoria Díaz y de la Beata Madre María de la Purísima, dos obispos, una laica mártir y una religiosa, todos ellos signo perenne de santidad en nuestra Iglesia Diocesana.
Fue bonito, porque este gesto nos habla de que, aquello que Marcelo Spínola vivió y que a nosotros nos moviliza hoy, tiene valor, tiene fuerza y tiene sentido.