Del 1 al 4 de noviembre un grupo de jovenes y adultos de la familia Spínola se juntaba en Málaga a vivir los Ejercicios Espirituales. De la mano de Juan Manuel García Lomas todos los allí presentes viviron días de encuentro y paso del Señor por sus vidas.
Aquí os dejamos algunos de los testimonios.
Paso de Dios por mi vida. No hay duda. Son mi momento privilegiado del año junto con la Pascua.
Este año me he encontrado con un Dios que sale a mi encuentro. Él está siempre presente en mi vida. No solo cuando yo me acerco, si no que cuando me alejo, Él me acompaña. Y mi gran pregunta y oración para este año: Señor, ¿por qué no me dejo lavar los pies?, ni por tí ni por mis hermanos. Aumenta mi Fe. Ya sabes de mi poca Fe, pero aquí me tienes.
Ayúdame a dejarme lavar los pies. A confiar.
Quiero dar gracias a Dios por encontrarme con personas como Juan Manuel, que huelen a Tí, que te transmiten y te llevan directamente al corazón.
Un beso.
Fernando
Los ejercicios espirituales, como siempre, son un momento privilegiado del año: silencio y despojo, oración y apertura y un encuentro cara a cara con el Señor que te permite desconectar para "engancharte" más a la propia vida.
Para mí, la experiencia ha seguido un mismo hilo conductor: el de mi propia historia. El Señor vuelve a hilar mi vida llenándola de sentido y derrochando mucho cariño y ternura en ella, invitándome ahora a ser fuente disponible y móvil para otros, es decir, a Anunciar el Amor Personal de Jesucristo, allí donde el Señor quiera, compartiendo la fe, lo que soy, partiéndome,...
Revitalizándome, además, mi identidad Spínola como carisma de la Iglesia.
Para ello, el Señor me regala dos claves: las bienaventuranzas para el seguimiento diario y a la comunidad, otro privilegio por lo que dar gracias al Señor.
¡¡GRACIAS!!
Reyes Palma
De estos días de ejercicios me quedo con dos palabras que creo que los resumen bastante bien, CONFIANZA ATREVIDA. Ha sido una oportunidad de pararme, de sentirme, de encontrarme, y de ponerme en presencia, de saberme plenamente ante Él.
ATREVERME a vivir, a cambiar, a saltar, a disfrutar de los riesgos sin miedos, a ser extraordinaria en lo normal de los días. Y CONFIAR en que en mi debilidad Dios está conmigo, que Él me quiere como soy. CONFIAR en que Él camina conmigo como en el camino de Emaús, paciente, a mi lado, muchas veces en silencio, pero en ese camino descubro que yo sola no puedo, que Le necesito y necesito encontrar su fuerza para poder seguir caminando.
Un regalo que sin duda, servirá de impulso para seguir buscando su voluntad en mi día a día y para sentirlo como motor de cada instante.
Claudia
Como todos los años, los ejercicios han sido para mí un regalo. Cuatro días de “ponerme al día con el Señor”, de tener todo el día sólo para estar con Él, de buscarlo en cada persona, en cada situación, en cada cosa. Es momento de parar, mirar la vida con el corazón y ver como voy caminando.
Este año me resonaba especialmente la carta de Pablo a los Filipenses que me venía en la oración cada día: “Y esto ruego, que vuestro amor abunde aun más y más en conocimiento para que discernáis lo mejor”... esto me hacía ver como mi oración no es como quisiera... me falta conocerte más Señor, para amarte más y así saber discernir en las pequeñas cosas de la vida... Así, las palabras que este año me traigo de los ejercicios son: Oración y Discernir en lo pequeño.
El año pasado, me proponía “Mirar con los ojos del corazón”, este año ampliaba “Que tu luz ilumine los ojos de mi corazón”... yo soy pequeña, y mi corazón tiene muy buenas intenciones, pero si no está iluminado por Él, las buenas intenciones se quedan en nada. Termino con una petición “Señor camina conmigo todos los días”.
Besos,
Clara.
Al recordar los Ejercicios sólo me sale una palabra, GRACIAS, gracias por la oportunidad que se me ha dado y gracias por todas las oraciones de tantas personas que deseaban que el Encuentro surgiese.
Llegué un poco descolocada, sin ser muy consciente de a dónde iba y viviendo un momento de desierto en mi vida. Pero algo dentro de mí, me decía que tenía que seguir buscando, que tantos años disfrutando de ese Amor con mayúsculas no los podía tirar a la basura por llevar otro gran tiempo en el desierto.
Entonces el Señor, que hace las cosas a su manera aunque la mayoría ni las entendamos, supo acercarse y susurrarme, “Pero Yo voy a seducirla; la llevaré al desierto y le hablaré al corazón” (Os. 2), ahí todo cobró sentido de nuevo, tan sólo tenía que ¡CONFIAR!
García-Lomas nos decía con frecuencia “El Señor NO puede NO estar”. Y tras estos Ejercicios he experimentado que da igual cuantas veces caiga, Él permanecerá, así que yo sólo puedo decir que “Yo NO puedo NO creer en el Señor”.
Marta F.P.
Estos han sido mis primeros E.E, y puedo decir aquí y ahora, que han sido un gran regalo del Señor. Un pararme en mi camino, en los ruidos de mi vida. Un disfrute, un dejarse llevar y sentir que él me quiere y está conmigo, la presencia silenciosa de quien me guía en cada paso de mi vida.
Como decía Juan Manuel “El Señor está y no puede no estar”, y me invita a ser feliz, a buscarle diariamente y a confiar en él, quien me acompaña en los momentos más alegres, en las tristezas e incluso cuando no lo siento del todo. En definitiva, una llamada que tenía que atender, que necesitaba y de la que salgo renovada, sintiendo el paso del Señor por mi vida.
Muchas gracias por la oportunidad que me habéis dado, por cada palabra, cada silencio, cada oración, por permitirme poner mi vida delante del Señor.
Bea Peña.