Los jóvenes de la diócesis de Málaga se preparan con un día de retiro para vivir este tiempo desde dentro.
El pasado sábado día 2 de diciembre la Delegación de Infancia y Juventud de la diócesis de Málaga, convocó a todos los jóvenes que quisieran, a participar de un día de retiro para prepararse y vivir el adviento desde dentro. En esta ocasión nos pidieron colaboración a la Familia Spínola, pensaron en nuestro colegio como un espacio idóneo para el encuentro y en la posibilidad de que una Esclava del Divino Corazón guiara la reflexión. Y como no podía ser de otra manera, dijimos ¡Sí! Era una oportunidad única para hacer vida nuestro carisma; dar a conocer a todos el AMOR PERSONAL de JESUCRISTO que en este adviento SUENA DENTRO y nos invita a ALUMBRAR.
Tengo que decir que fue una experiencia preciosa de Iglesia, participaron unos 80 jóvenes pertenecientes a distintos movimientos, parroquias y realidades diocesanas. La nota característica del encuentro fue la diversidad, la pluralidad y al tiempo la comunión en lo esencial: el deseo vivir el adviento como un tiempo para recuperar esa LUZ que todos llevamos dentro. Esa LUZ que es el mismo Dios queriendo nacer, queriendo servirse de nosotros como instrumentos para ALUMBRAR tantas realidades oscuras, tantas vidas apagadas.
A mí me tocó preparar y dinamizar el retiro, intentar llevar a los jóvenes al encuentro con el Señor, ayudar a disponer el ánimo para un encuentro sosegado, profundo y auténtico con ese Dios que nos habita. Lo hicimos poco a poco, nos adentramos en el ADVIENTO; como tiempo para recuperar la LUZ y para recuperarla hablamos de tres caminos posibles: el camino de la espera, del cuidado y de la entrega.
Cuando una se mete en estos líos, siempre le acompaña cierta inseguridad, esa sensación que en el pasado ya vivieron los profetas de “yo no sé qué decir, ¿cómo les he de hablar?...” pero Alguien dentro disipó mis miedos y me lanzó a la aventura de compartir lo que SUENA DENTRO. Y al final solo puedo decir: ¡GRACIAS! Porque en experiencias así es cuando una se da cuenta que la FE es lo único que crece cuando se comparte. Otras cosas al repartirse se agotan, se acaban… pero la fe se aviva. Y esta fue mi experiencia. Así que, GRACIAS a quiénes pensaron en mí y me hicieron la propuesta porque ellos son los responsables de que hayan crecido en mi las ganas de ALUMBRAR un poquito más en este tiempo de adviento.
Ángela Lopera Casal, adc.
13/12/2017