Todo lo grande nace así… de lo pequeño. Y así nació este proyecto. De un momento pequeño de ilusión y de un deseo grande de devolver todo lo que se nos ha dado…. la música, entre tantas cosas. Así nació “al aire y a ti”… Y así nació también el espacio de encuentro y oración que tuvimos la suerte de compartir en Málaga la tarde del 30 de Octubre.
Con motivo de una formación pedagógica, nos dimos cita en Málaga todas las hermanas que formamos parte de este proyecto y no pudimos dejar pasar la ocasión de encontrarnos… ¡teníamos que volver a cantar juntas! Hubo algunos contratiempos, pero finalmente el Espíritu sopló y pudimos disfrutar de nuevo de cada nota, de cada letra… de un tiempo dedicado a quien nos centra ¡El Señor! y dejar una vez más, que Él a través de la música nos moviera “a su aire”, a su modo. De nuestra parte solo quedaba disponernos.
Y así fue… a las 20:00h de la tarde, abrimos las puertas de nuestra Iglesia del Colegio de Pedregalejo y se sumaron a nosotros algunos jóvenes, familias, educadores del cole que deseaban y esperaban con ilusión este momento. El planteamiento de la oración fue sencillo, al hilo de algunas citas de la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” del Papa Francisco, fuimos entrelazando cantos. Música, luz tenue, silencio y palabra… fueron la combinación perfecta para generar un espacio de encuentro y oración sereno y profundo.
Ciertamente, nosotras disfrutamos y nos encanta, pero para mí lo más bonito ocurre siempre al final… porque la gente expresa con mucha sencillez y gratitud que le ayuda, que se encuentran con el Señor a través de las canciones… y eso ¡no tiene precio! Las miradas emocionadas, las palabras y los gestos de la gente después de la oración me hacen ser testigo de que Dios ha pasado, que cada uno a su modo, se ha encontrado con ese amor personal y desbordante; se ha encontrado con Jesús. Y esto es “mágico”, es precioso, porque es como ver nuestro carisma vivo, latiendo, aconteciendo.
Termino esta pequeña crónica con una de las citas de la EG que oramos aquella tarde y que de algún modo resumen el motivo por el que no podemos dejar de cantar…
“La primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido (…) ¿pero qué amor es ese que no siente la necesidad de hablar del ser amado, de mostrarlo, de hacerlo conocer? Si no sentimos el intenso deseo de comunicarlo, necesitamos detenernos en oración para pedirle a Él que vuelva a cautivarnos” EG 264
El bien siempre tiende a comunicarse. Toda experiencia auténtica de verdad y de belleza busca por sí misma su expansión (…) Comunicándolo, el bien se arraiga y se desarrolla. EG 9
En momentos especiales lo comunicamos a través de la música, pero en el día a día lo cantamos por dentro e intentamos compartirlo a través de nuestra vida, con nuestros gestos. Esto deseo para mí y para todas las que sintonizamos con esta sinfonía.
Gracias a todos los que lo hicisteis posible, ¡que la música no cese! Y que en este tiempo, hasta que volvamos a tener la ocasión de compartir un espacio “Al aire y a ti”, el Señor nos regale el ritmo necesario para vivir “al compás de sus maneras”.
Ángela Lopera Casal, ADC
Octubre 2019