El pasado fin de semana, nos encontramos para reflexionar sobre la influencia y el uso de las redes sociales y la vida religiosa. Mariví, Carmen, Marbelys y Encarna nos dejan sus reflexiones sobre el encuentro.
Durante el fin de semana del 25 al 26 de septiembre todas las Adc hemos podido pararnos juntas a reflexionar sobre un tema de gran actualidad y muy presente en nuestro día a día, las Redes Sociales, para ello hemos contado con la ayuda de Luis Fernández de Peñaranda y de Carmen Serrano que nos han ofrecido formación de rigor sobre el tema y lo más importante nos han hecho cuestionarnos, dialogar entre nosotras y reflexionar a fondo.
Partimos reconociendo la naturaleza comunicativa de nuestro ser y la naturaleza comunicativa de nuestro Dios, y de nuestra propia misión como Esclavas que es anunciar, un acto en sí de comunicación, reconocemos que dentro de nosotras habita Dios y es lo que queremos comunicar. En el fondo veíamos que en cada acto de comunicación ponemos en juego nuestra propia identidad. De ahí surgían muchas preguntas: ¿Cómo es mi comunicación? ¿Tengo clara mi identidad? ¿Comunico bien lo que soy? ¿Cómo me ven otros?
Para finalizar la primera sesión pudimos abrir nuestro horizonte al presentarnos un mapa de las distintas RRSS actuales, pudimos comprobar cómo hay redes para todo, desde cocinar hasta rezar, pudimos valorar las posibilidades que nos ofrecen, pero también ser conscientes del reto de que realmente sean redes que nos conecten, nos potencien y realmente nos expresen.
En la segunda sesión se nos presentaba el tema entroncado en la raíz misma de nuestra propia vocación, la Vida Religiosa tiene la vocación de no callarse por amor al pueblo y nuestro mismo fundador creó un periódico para comunicar y defender la verdad.
Pudimos conocer documentos eclesiales en los que se nos anima a usar los medios de comunicación para testimoniar el Evangelio y también ver que todos ellos insisten en una clave, el DISCERNIMIENTO.
A partir de ahí se nos ofrecieron pautas y preguntas muy concretas para ayudarnos a discernir sobre nuestro uso de las Redes.
- Cuando consulto las RRSS, ¿Cuánto tiempo les dedico? ¿Sé distinguir lo verdadero de lo falso? ¿Cómo afecta a mi estilo de vida, a mi modo de estar con otros, de orar? ¿Cómo afecta a mi sensibilidad, a mi capacidad de silencio?
- Cuando me comunico a través de RRSS, ¿cómo afecta a mi relación? ¿Cómo interactúo? ¿A quién le doy un like y a quién ignoro? Mi modo de relacionarme en persona, ¿Coincide con el modo que tengo de relacionarme con su imagen?
- Y cuando somos nosotras las que creamos algún contenido, ¿Qué me motiva a hacerlo? ¿Qué estoy buscando? ¿Qué parte de mi doy a conocer y cuál no? ¿Soy consciente de que soy parte de un cuerpo (Congregación, Iglesia…) cuando publico?
Muchas cuestiones que no nos asustaban, sino que nos animaban a seguir reflexionando y dialogando juntas estos temas y a confiar que el Evangelio sabe decirse a sí mismo a través de nosotras…por lo que volvíamos a la cuestión de la autenticidad, la trasparencia, el tener clara la identidad.
Como expresaba bellamente J.R. Jiménez en el poema con el que se concluyó
“Libertad de lo bien arraigado, seguridad de infinito vuelo”
Así que bien arraigadas queremos seguir volando por estos nuevos espacios que tantas posibilidades de Vida nos ofrecen.
Mariví Perea, adc.
Es un hecho la incorporación de las redes sociales a nuestra vida. El uso del móvil hace que, de una u otra forma, todos seamos usuarios de estas formas de comunicación. ¿Cómo afecta todo esto a la vida religiosa? Esta inquietud estuvo de fondo en la jornada de formación telemática que compartimos el domingo 26 de septiembre. Esclavas de diversas edades y procedencias geográficas poniendo nombre a las luces y sombras que las redes pueden proyectar en nuestro día a día.
Urgidas por la llamada eclesial a ser creativas en las formas de anunciar el Evangelio, pero también siendo muy conscientes de la necesidad de discernimiento en este ámbito complejo, analizamos nuestro comportamiento como usuarias o receptoras pasivas, pero también como “productoras” de contenido. Distinguimos un uso de carácter más personal o relacional y otro desde las posibilidades que nos ofrecen las redes como plataformas de evangelización, aunque comprobamos que en muchas ocasiones es complejo diferenciar estas dos dimensiones.
Una riqueza compartir experiencias, aciertos y fallos en nuestro afán por no dejar atrás ninguna oportunidad de transmitir ese amor personal de Cristo que resulta ser, sin duda, nuestro mejor anuncio.
Carmen Serrano, adc
Agradezco la posibilidad de poder profundizar en un tema retador como lo son las redes sociales y más en el mundo de hoy dónde estamos inmerso en ella y muchas veces, aunque no quieras debes usarlas por diferentes motivos, pero es ahí donde entra en juego el discernimiento con la gran pregunta ¿Qué comparto? ¿Por qué quiero compartir? ¿Qué busco con lo que comparto o no comparto? Lo que comparto es para ¿evangelizar o para hablar de mí? Muchas preguntas que hay que buscar respuestas…
Me ha encantado el tema de la identidad y como todo lo que publico o no, está marcado con lo que soy y quiero ser, mis sueños, deseos, formas de vivir…Pido al Señor la gracia de no perder la mirada de lo verdaderamente importante y es centrar mi vida en Él y desde Él hacer vida la misión que me ha encomendado a través de mi congregación Esclavas del Divino Corazón.
De corazón GRACIAS,
Marbelys Vargas, ADC
No tengo más remedio que empezar por lo que fue casi el final y que me dio la clave de las posibilidades que nos ofrecen las redes sociales. Juan Ramón Jiménez dice, poéticamente, la perspectiva que abren y la condición para que su uso nos lleve a lo mejor que queremos…
“¡Sí, cada vez más vivo,
-más profundo y más alto-
más enredadas las raíces
y más sueltas las alas!
¡Libertad de lo bien arraigado!
¡Seguridad de infinito vuelo!”
Y es que ahí está latente lo que considero fundamental en lo que escuchamos y compartimos en las mañanas del 25 y 26 de Septiembre:
Que la comunicación forma parte de nuestra naturaleza porque venimos de un Dios-relación y eso marca a la comunidad y a la misión.
Que no podemos separar identidad (lo que somos) – comunicación (lo que decimos que somos) – imagen (lo que se ve que somos).
Que cuando comunico, lo hago como Encarna Corral, ADC, miembro de la Iglesia…
Que necesitamos ser lúcidas, discernir las motivaciones para usar y publicar en las redes.
De lo que estoy convencida –parafraseando a Juan Ramón Jiménez- es de que hemos recibido un potencial que pueden hacernos, personal y corporativamente
MÁS VIVOS,
MÁS PROFUNDOS
MÁS ALTOS…
SI ESTÁN MÁS ARRAIGADAS LAS RAÍCES
Y MÁS SUELTAS LAS ALAS.
PORQUE, LO BIEN ARRAIGADO, LLEVA A LA LIBERTAD
Y EL INFINITO VUELO, DA SEGURIDAD…
Encarna Corral, adc