El 4 de febrero celebrábamos el 50 aniversario de la Fundación del Yochien de Izumi (Japón)
Compartimos las palabras de Mercedes Esquirol, adc en este día de celebración.
Celebrar 50 años en una Institución encierra muchos años de historia vivida en el día a día. Una historia que se va construyendo con el esfuerzo de todos, con ese poco o mucho que cada persona que pasa por la Institución, deja su aportación y permite llegar a lo que hoy es.
Hoy sentimos una invitación a recordar, a pasar por el corazón todo lo vivido durante estos 50 años en el Futayuri Yochien. Recordar personas, acontecimientos, celebraciones, encuentros… Momentos agradables y momentos difíciles; pero que tanto unos como otros, han fortalecido lo que hoy es el Yochien. Por eso es un momento que se nos ofrece para agradecer por esa historia construida en el día a día porque todo construye.
La historia del Futayuri Yochien comienza en el año 1971 como una hermana menor del Yochien de Tokyo, fundado en 1956. La Congregación, en su expansión misionera, había llegado desde España a Japón en el año 1953, en las personas de M. Pura y M. Loyola. Una vez consolidado el Yochien de Tokyo y, contando ya con vocaciones de jóvenes japonesas, sienten el deseo ampliar la misión de la educación en un nuevo Yochien y es el momento en que se crea el Futayuri Yochien en Izumi.
Haciendo vida el ideal de Marcelo Spínola y que concretizó Celia Méndez, Fundadores de la Congregación, de crear una Congregación que se dedicara a la educación, su objetivo además de enseñar matemáticas, lenguaje, historia, geografía etc, era educar en valores y los valores se forman en el corazón de los niños, por eso decía Marcelo Spínola: “… la educación no es otra cosa sino formar el corazón”.
Y ese es el objetivo del Yochien, que el niño pueda pensar y actuar por sí mismo, pueda actuar con ánimo y tener riqueza en el corazón; un corazón que pueda orar, agradecer, esforzarse.
¡Cuántas generaciones ha formado con estos valores!
Decía que es un momento no sólo para recordar sino también para agradecer. Agradezco, en nombre de la Congregación, a todas las personas, profesoras, familias, exalumnos, alumnos que han hecho posible estos 50 años del Futayuri Yochien que ha acogido a tantos niños y ha sembrado en ellos la semilla de unos valores que les ha hecho hombres y mujeres de bien que han contribuido para hacer un mundo mejor.
No puedo dejar de hacer un agradecimiento muy especial al Sr. Yasuyuki Kitawaki que ha tomado la antorcha de la Congregación, en el relevo, para continuar con el mismo ideal y carisma. Gracias de corazón.
Mercedes Esquirol Vives, adc
Consejera General, delegada para Japón.