Todo el universo es huella del Señor: las flores silvestres, las rosas elegantes, las hojas de otoño que caen… todo, todo es huella del Señor. Cuando con serenidad vuelvo a reflexionar sobre mi vida, veo que también en ella están las huellas de Dios.
Los valores que se promovían en mi colegio (protestante) eran transparencia, derecho y alegría. Una vida llena de amor, alegría, fortaleza, verdad, autenticidad.
Para vivir esto me encontré con las HH Spínola: para comunicar a los jóvenes a Cristo, vivir el amor. Que otros encuentren la luz de la fe.
Primero quise entrar en vida contemplativa, después pensé que mis estudios podrían servir para el Reino de Dios. S. Pablo vivió vida contemplativa y apostólica, ahí encontré mi respuesta.
Me atrajo de la Congregación el nombre: “Esclavas del Corazón de Jesús”. HH. Carmen París y Estrella del Rey me acompañaron en el camino de la fe y gracias a ellas soy quien soy.
Dijo un poeta “Señor, Señor que mi vida vaya tras tus huellas”. El Señor me llamó y por eso estoy aquí.
¡¡ Viva Jesús!!
¡¡Viva Marcelo Spínola!!
¡¡Viva Celia Méndez!!
¡¡Viva las hermanas de la Congregación!!.
Yuri ADC
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