Hola a todos/as.
Lo primero que me sale al escribir mi despedida por estas hermosas tierras es, la palabra AGRADECIMIENTO con todo el corazón por todo lo vivido aquí, tanto las alegrías, tristezas, y despedidas, etc. que me acercaron a Dios y me fueron haciendo más humana, sensible a las personas.
Vuelvo con el corazón más grande por todo lo que llevo dentro, nombres, situaciones, recuerdos, a pesar de que no es fácil dejar todo esto, vuelvo contenta porque sé que lo que vivido ha dejado en mi huellas.
Ecuador ha significado para mí un paso en el que Dios se hizo presente en mi vida, a través de la cordialidad, alegría y fe de la gente sencilla por las cuales me sentí acogida.
Confío en que Dios hizo posible vivir en la diversidad, cuando ÉL es la unidad y nuestro centro.
También agradezco a cada una de mis hermanas, tanto de la delegación del Ecuador, como con las que viví e hice el noviciado, a pesar de las distancias en las que vamos a vivir ahora, estaremos unidas en el corazón de Jesús.
Susana
Bueno, esa es nuestra vida: un día llegamos… otro partimos… pero en cada paso “el corazón se llena cada vez más, de nombres y rostros a recordar”.
No sé si decirles adiós o un hasta luego pues siempre y cuando desear podemos encontrarnos en el corazón de Jesús, en un dulce recuerdo; o por el facebook, jejejeje!
Cómo no decir que del “lindo Ecuador”, llevo en la memoria una comunidad fraterna que se solidificó por la unidad, a través de la vida de oración, del diálogo constante, del perdón mutuo, con la corresponsabilidad y por encima de todo, dejándose llevar por el deseo de seguir tras las huellas de Jesús, reconociendo a menudo la fragilidad del barro y la grandeza de la llamada.
Llevo aun la gratitud por haberme sentido acogida, respetada, querida, acompañada, valorada, libre, bendecida y brindada con lo mejor de esa tierra.
Ecuador me hizo encontrar a Dios en muchos rincones y admirarlo en la magnitud de sus paisajes. Me vio alabarlo en muchos momentos y en tantos detalles de personas queridas; testimonió el encuentro conmigo misma y el verdadero descubrimiento de mi vocación.
Puedo afirmar que más hermoso que la belleza de esta tierra; con su gente, su cultura, sus colores, su música y su baile (que por cierto me encanta), sólo el regalo de haber sido acompañada por tantas hermanas que constantemente ofrecían sus oraciones y día tras día intercedían por nosotras. Eso nos ayudó a iluminar el camino que nos condujo hacia la meta y a fortalecernos en momentos de dudas.
Sé bien que muchas miradas se volcaron en nuestra dirección, y de una y otra manera nos hicieron llegar el cariño, la cercanía y el sentido de cuerpo, de familia.
Pues nada, la ventana para Ecuador se cierra; pero se abre en otra dirección; ya no con la misma curiosidad, e interrogantes (pero con la misma ilusión) pues ya se sabe que con sus riesgos, desafíos, crisis… merece la pena porque lo que prevalece son los frutos consecuentes del valor de la diversidad, la oportunidad de ratificar nuestro sí; la posibilidad de afianzar , agarrar y hundir raíces en El, que es el que verdaderamente sostiene nuestra vocación y nos permanece fiel hasta el fin.
Gislany
Con un español bastante dominado ya, estas son las palabras de agradecimiento que Jerline nos dirigió en el día de su profesión.
ACCION DE GRACIAS
Les agradezco a todos por estar presente en este día tan especial - en donde nos comprometimos a colaborar en la construcción del reino de amor aquí en la tierra.
Hoy quiero agradecer, sobre todo, al Señor por el don de la vocación como Esclava del Divino Corazón. Nunca me imaginé, en mi pequeñez, que algún día iba a ser religiosa. Mirando mi vida hacia atrás, agradezco al Señor especialmente por los momentos difíciles y duros porque he sentido siempre sus manos sosteniendo las mías. Yo sentía que en la debilidad y el sufrimiento me acompañaba siempre. No podía escapar porque no tenía a donde ir mejor que Él. ¿Cómo podía explorar el mundo cuando me dejaba invadir por el miedo y la desconfianza, cuando no tenía valentía para dar un paso adelante porque no podía ni siquiera ver el camino?
El Señor nunca me dejó sola. Siempre me envió personas como instrumento suyo en mi vida.
La educación está muy dentro de mi corazón porque a través de ella, yo tenía esperanza de luchar en la vida. En un principio no terminé como profesora pero la pasión de enseñar y ayudar a los alumnos me daba vida y felicidad.
Agradezco al Señor por esta pasión porque me lleva a cantar:
Cómo te pagaré Oh Señor
Todo el bien que me has hecho.
Cómo te pagaré, Oh Señor.
Señor, rompiste mis cadenas,
Tu amor me ha desbordado
Y siempre te ofreceré mi alabanza.
Alzaré la copa de la salvación
E invocaré tu nombre
Y mis votos cumpliré ante el pueblo.
Y así te pagaré, Oh Señor,
Todo el bien que me has hecho.
Así te pagaré, Oh Señor.
Después de acabar los estudios conseguí trabajo pero no era feliz, sentía vacío por dentro y buscaba algo que no sabía que era.
Me uní a un retiro vocacional de las Esclavas que me llevó a una experiencia profunda del amor del Señor a pesar de mis equivocaciones y mis debilidades. Los ojos del Señor me miran con ternura y me dicen que soy muy especial para Él. La vocación de Jeremías fue una inspiración que me llevó a profundizar en mi vida espiritual a través de la oración, meditación de la Palabra y acompañamiento de una hermana Esclava.
Jerline
En los Ejercicios Espirituales que hicimos hace 2 semanas, el Señor me hizo ver cuán bendecida soy por tanto que he recibido de Él, y pensé sería yo desagradecida si no hiciera hacer llegar a la gente los motivos por los cuales quiero dar gracias al Señor.
Los 2 años aquí en Ecuador ha sido muy rápido para mí, pero mis experiencias se quedarán grabadas en mi memoria afectiva… para siempre. Ha sido un tiempo de caídas y levantadas, de bajos y arribas… de alegría y también de penas, pero en esos momentos siempre hay nombres que mencionar, hay palabras y gestos para recordar. Le doy muchas gracias al Señor por haberme permitido vivir esta experiencia, por haberme mostrado su detalle de cariño a través de estas personas que están aquí que de alguna manera ha sido parte de mi persona y de mi vocación como Esclava.
Al venir aquí dejé los míos pero al dejar los míos encontré otra familia con la que me sentí muy en casa. Me dije me iré de aquí pero me iré con el corazón lleno de recuerdos y nombres a los que ahora quiero decir “Un Dios les pague” como dicen aquí.
Primero a mi comunidad aquí en Quito a la que he tenido muy cerca en momentos buenos y momentos que eran para tirar la toalla, quien aguantó el ruido cuando canto lo que siento y quien me comprendió en momentos en los que lo que quiero es solo “silencio”, hermanas que ofrecieron su “estamos contigo”, que me contagiaron su fe y que me acompañaron con sus oraciones. A ustedes hermanas “muchas gracias”. También quiero darle gracias a las hermanas de Manta y Portoviejo que siempre nos da su acogida cálida, nos hace sentir en familia cada vez que nos encontramos y que siempre nos acompañan con sus oraciones. A mi maestra, Fátima que ha estado allí cuando he necesitado una muleta y que me ha tirado de la oreja cuando me he despistado, para que me eche andar y me enseñó más con su ejemplo que con su palabra también “muchas gracias”. A mis compañeras en esta jornada Gislany, Jerline y Susana, ya saben lo que hemos vivido todo este tiempo, y gracias por todo esto, ustedes también me ayudaron mucho. A mi familia en la catequesis en la parroquia, mi gratitud por todo su ejemplo de entrega incondicional y su fe. Ustedes han contribuido algo en mi deseo de ser disponible a Dios y a mis hermanos. Al coro matutino que con su fe tan grande mostrado en cantos y en fidelidad al Señor en su sencillez y servicio muchas gracias. A los viejitos del comedor muchas gracias porque ustedes me ayudaron a descubrir esa ternura que está dormida dentro de mí. A los profes y alumnos de este colegio gracias por hacernos sentir
parte de esta familia. También gracias a los haitianos que me ayudaron a salir de mi misma cada vez que tengo encuentro con ellos en la clase. Ustedes también me han ayudado tener esa sensibilidad a las personas que necesitan. También gracias a las familias de las hermanas que también nos han tratado con mucho cariño. Y finalmente quiero agradecerles a todos ustedes ecuatorianos que están aquí, ha sido muy bonita mi experiencia en su “lindo ecuador” y fue un paso de Dios en mi vida. El no vernos o vernos otra vez personalmente solo Dios sabe pero si queremos vernos de vez en cuando sería solo en SU CORAZÓN, EN EL CORAZÓN DE JESÚS. Nos veremos entonces allí. Muchas gracias a todos y a todas.
Elmor
El día tres de agosto en Quito en la Parroquia de San Ignacio de Loyola en Solanda manifestamos públicamente nuestros deseos de consagrarnos enteramente al Señor. Emitimos emitido nuestros primeros votos (que son de carácter temporal pero en nuestros corazones ya llevan el deseo de que sea para siempre) en una solemne ceremonia rodeadas por todos aquellos que formaron parte de nuestro caminar a lo largo de estos dos años en Ecuador: hermanas, amigos, profesores, catequistas y los diversos destinatarios de nuestra misión.
La ceremonia fue presidida por un joven párroco exalumno de nuestro Colegio en Manta, apasionado por la Vida Religiosa y buen promotor vocacional, concelebrando con el actual Párroco, sacerdote jesuita y dos hermanos suyos de comunidad.
Tras la emocionante ceremonia religiosa recibimos a nuestros invitados en el salón del Centro Cardenal Spínola, en un ambiente familiar y sencillo pero de buen gusto y lleno de detalles que de veras llegaban al corazón; comprobando la entrega, la cercanía y la generosidad de aquellos que nos quieren y que nosotras también queremos y con quienes deseamos compartir ese momento especial y único de nuestras vidas.
La alegría fue mutua expresada a través de la música, del baile, de las ‘’palabritas’’ típicas de los ecuatorianos... y la secuencia; con las llamadas continuas, con las felicitaciones y bendiciones deseando que seamos fieles y que permanezcamos en Él.
En verdad el tiempo ha pasado; pero estoy segura de que guardaremos para siempre en un rincón bien especial, bonitos recuerdos de aquel día e intentaremos actualizar siempre aquella alegría por haber sido consagradas y poder compartir con otros nuestra vocación.
Todo pasa, sólo el amor de Dios permanece, y es él quién seguirá impulsando nuestra búsqueda, ensanchando nuestro corazón, poniéndonos en marcha y alimentando en nosotras el deseo de que sea para siempre.
‘’YO NO, PERO TÚ...’’
Y si el camino esté difícil, recordaremos
‘’TODO LO PUEDO EN EL’’
Desde que hice los EE.EE en febrero quise que el tono fuera en torno a la celebración de las bodas de plata que celebraba en este año. La verdad es que el Señor estuvo “comunicativo” y disfruté. Más adelante, cuando eran las novicias las que estaban de ejercicios (en Julio) también dediqué un tiempo de retiro para celebrar con el Señor nuestra alianza.
Esta celebración está muy empañada con la falta de Victoria, para quien no la conozca le digo que era mi amiga del alma, entramos y profesamos juntas, y después nos hemos acompañado mutuamente en este camino de seguimiento. El año pasado, en muy poco tiempo, murió de cáncer. Ella estaba esperando la fecha con ilusión y planificando cómo hacer para poder estar las tres (Victoria, Joy y yo), hasta propuso que la Conferencia General fuera en Angola para así coincidir. Se me hacía muy duro pensar en este aniversario sin ella aunque entendía que no faltábamos el Señor y yo, al fin y al cabo los protagonistas de mi consagración. Vivía una sensación agridulce que he leído como una invitación a mayor intimidad con el Señor, pero que me costaba.
Los días previos a la celebración en Manta, vi a las hermanas tan volcadas que deseé de verdad ponerme a tono por agradecimiento a ellas, por la acogida del pueblo ecuatoriano, por el cariño con que estaban las novicias, y sobre todo, por agradecimiento al Señor por tanta fidelidad en estos 25 años...
Tengo que decir que fue un día muy bonito, no me lo esperaba porque quiera que no, a la gente de Manta no la conocía tanto (he estado viviendo en Quito), no es la que ha recorrido conmigo todo este tiempo, pero se nota que era gente querida de la Congregación y fue entrañable. Me harté de llorar desde que empezó la misa con emociones encontradas (no pude leer la lectura): la ausencia de Victoria, la de mi padre (que aparecía varias veces en el video que nos pusieron), la belleza de lo que celebrábamos, la fidelidad del Señor, su paciencia, su cariño. Y también el celebrarlo con Lourdes a quien admiro y tanto cariño le tengo. Me sentí en casa y con mi Señor.
El sacerdote que celebró es un antiguo alumno de nuestro colegio de Portoviejo que nos tiene mucho aprecio (Raúl se llama), estuvo genial, muy cariñoso, cercano, agradecido, campechano y profundo a la vez y transmitiendo una imagen muy bonita de nuestra vida.
Doy gracias al Señor y quizás también a ti que me lees, por la parte que te toca en esta historia.
Adjunto y comparto contigo la acción de gracias que leí en el salón.
ACCIÓN DE GRACIAS
Un jueves, en una reunión de comunidad, viendo el calendario de verano me dice una hermana: hemos estado viendo la celebración y hemos pensado que tú digas la acción de gracias en el programa después de la misa. Desde el agradecimiento que siento por mi vocación y el que siento a la Delegación por la acogida y celebración ¿qué voy a decir? ¡Ah, muy bien, lo haré!
Pero cuando me dispongo a prepararla me viene el lío: ¿gracias de mi parte? ¿gracias de parte de las tres? ¿qué querrán Lourdes y Carmen agradecer? ¿y será dar gracias a Dios por el aniversario que celebramos o a los asistentes por acompañarnos? ¡Madre mía qué lío!
Me dije: “mira Fátima, déjate llevar por el corazón y a ver si sale algo. Empieza a escribir que ya el Señor te ayudará a seguir” y así hice.
Desde el corazón me brota y creo que también a mis hermanas Carmen y Lourdes, un GRACIAS en mayúsculas, subrayado y en negrita al Señor, el gran protagonista de nuestra historia y de esta celebración. GRACIAS POR ESTA HISTORIA DE AMOR.
Ha tenido el arte de conquistarnos, sostenernos, aguantarnos, trabajarnos,…
Como a cada uno de los que estamos aquí, pensó en nosotras desde antes de nacer, nos vio crecer, fue acompañando nuestra historia conociendo lo que había en el fondo de nuestro corazón.
Caminó a nuestro lado a través de muchas mediaciones: nuestras familias las primeras, amigos, catequistas, religiosas, sacerdotes… y muchos hermanos y hermanas en el Señor de los que se valió para dejarse amar y mostrarnos su amor.
Hemos sentido muchas veces nuestra pobreza: inconstancias, egoísmos, infidelidades… pero Él ha permanecido fiel, paciente, amoroso, atrayéndonos una y otra vez a sí.
Seducidas por su bondad dijimos sí hace unos años y muchos cientos de veces desde entonces, convencidas, como el hijo pródigo, de que en las caídas nos iba a acoger amorosamente y sin condiciones haciéndonos sentir una y otra vez "hijas amadas”.
El Señor es el mejor, todos lo sabemos, y por eso nosotras quisimos pertenecerle sólo a Él diciendo como María “He aquí la Esclava del Señor”, cuenta conmigo para lo que necesites.
Nos encomendó la hermosa tarea de ser medición de su amor, de anunciar su amor personal a aque-llos con quienes nos relacionemos.
Esa ha sido nuestra vida hasta el momento, un intento de respuesta agradecida a tanto bien recibido como decía nuestro padre fundador, anunciando ese amor, a veces de manera directa en clases, catequesis… y a veces como María o como Jesús en sus 30 años de Nazaret, intentando hacer bien lo pequeño de cada día, como decía nuestra fundadora: “ser extraordinarias en lo ordinario” con la confianza de que una vida sencilla, con amor, que se ofrece con el Señor repercute de alguna manera en el bien de los que sufren y de toda la humanidad.
Entre esas manifestaciones de apoyo y cariño del Señor están ustedes:
- El pueblo de Ecuador que, consagrado al Corazón de Jesús, tiene un ambiente en el que se respira una fe sencilla y profunda, puesta la confianza en el Señor que anima y motiva.
- Familiares y amigos, cuna donde nacen las vocaciones y apoyo que ayuda a nuestra fideli-dad.
- Hermanas de Congregación, nuestra segunda familia, el gran regalo del Señor.
- Jóvenes, compañeros… con quienes caminamos y a quienes el Señor nos envía.
Gracias por sus detalles, por su confianza, por su cariño. Gracias por unirse a nosotras en este canto agradecido, si somos más con más fuerza podemos celebrar este amor recibido de Dios.
Pidan por nosotras y ayúdennos exigiéndonos que seamos evangélicas y que vivamos con fidelidad al gran don que hemos recibido del Señor para colaborar con su misión.
Como dice el profeta Miqueas: para que amemos con ternura, practiquemos la justicia y caminemos humildemente con nuestro Dios.
GRACIAS
Imagino que más de uno se habrá preguntado qué ha pasado con la ventana. Como bien imagináis no ha sido falta de vida sino justo lo contrario.
Tras el último compartir en el blog, tuvimos la celebración del Sagrado Corazón en el cole con sus altares…, el campamento, clausura de los grupos de fe y de las clases de guitarra, ¡¡estuvimos en la radio!!, nos fuimos de Ejercicios, celebramos las bodas de oro de Carmen Payar y las de plata de Lourdes y Fátima, hubo despedidas… y como broche de oro, el cierre de etapa, LA PROFESIÓN.
Aunque por detrás en el tiempo, no queremos dejar de compartir en próximas entradas lo que fue la celebración de “bodas”, la profesión y alguna que otra despedida preparando el cierre de esta ventana y quizás la apertura de otra en la “6ª planta”.
Cada novicia, después de profesar, ha regresado a su país y el noviciado internacional se ha trasladado por dos años a Madrid, en este momento con sede en la 6ª planta de nuestro edificio de Chamartín.
La clase de guitarra, nació el 10 de marzo 2013, cuando asistimos (con algunos alumnos en el colegio) la Misa Juvenil en Quito Sur. Había grupos de jóvenes que cantaban en la misa con instrumentos musicales distintos. Nuestros alumnos se animaron en aprender a tocar la guitarra. Desde entonces, empezamos las clases de lunes a jueves por aproximadamente una hora, eso en seguida de sus clases en el colegio.
Dos alumnos de otro centro también se unieron a nosotros. Los estudiantes vienen movidos por su propia voluntad e interés ya que la clase no es obligatoria. Gracias a Fátima que comparte su talento con nosotras, y así estoy contenta de compartir con los demás el don recibido.
Jerline
(Fátima aclara que la profe es Jerline: “maestra ciruela que sin saber leer puso una escuela” y que tanto la profe como los alumnos están súper-motivados. Está siendo un espacio bonito en el que chicos de todo tipo, algunos con fracaso escolar, sacan sus recursos y disfrutan juntos)
EXPERIENCIAS:
Mi experiencia de la clase de guitarra ha sido hermosa porque he aprendido mucho y he conocido más compañeros. Me he divertido y he aprendido que la vida esta hecha de música. También he podido sentir relajamiento por medio de la guitarra. Cuando toco la guitarra, me olvido todo – es un momento de libertad y de paz. Hay veces que no puedo interpretar pero nos enseña con paciencia y nosotros hacemos el mayor esfuerzo para que nos salga bien y que se escuche bien.
Me he dado cuenta que el mundo está hecho de música, en la belleza de la naturaleza y sus animales, en el soplo del viento y en muchas cosas más. Pero si no hubiera el sonido, no hubiera música en el mundo.
Sarahi Guevara
Desde que entré en el curso para aprender a tocar la guitarra, me emocioné mucho, porque la guitarra es un instrumento que amo y que siempre he querido aprender a tocar. El primer día que fui, fue maravilloso porque fue la primera vez que toqué la guitarra, mi instrumento querido, me sentí maravillado y muy contento.
Yo siempre que toco la guitarra me esfuerzo al máximo para aprender siempre más y prosperar muchísimo.
Alexander Méndez
Mi experiencia en la clase de guitarra ha sido bonita. Al principio me pareció muy difícil la ubicación de las notas y el rasgado. Pero poco a poco me fui acoplando a la modalidad como enseñaba. Así fui aprendiendo las canciones en la guitarra y hasta el día de hoy algunos rasgados me parecen difíciles pero estoy trabajando en ellos.
Le agradezco mucho por la paciencia y cariño que puso para enseñarnos la hna Jerline y también el compañerismo que hay entre amigos.
Estoy muy contenta de aprender a tocar la guitarra.
Karen Culqui
El pasado 7 y 8 de mayo, el Centro Educativo Cardenal Spínola, ha promocionado la exposición “Casa abierta”, ofreciendo al público en general (padres de familia, alumnos de la misma entidad y de escuelas visitantes) un baño de cultura, arte y ciencia. Dejando claro el ejemplo de una educación verdaderamente cristiana por ser inclusiva, que respeta, descubre y potencia los talentos de cada niño y joven que atiende.
Fue notable en los estudiantes la capacidad de involucrarse con responsabilidad en lo que les propone y en los maestros la de enseñar, motivar y crear, subrayando así, una vez más el arte del pueblo ecuatoriano que contagia con su cultura, expresada en los bailes y canciones típicas, en las pinturas que retratan su identidad y con su expresiva comunicación que se nota desde los más pequeños.
Lo que se plantea con la Casa abierta es una pequeña exposición de lo que se enseña en las distintas asignaturas, lucido de manera creativa y lúdica por los mismos alumnos que pone en práctica lo que a diario aprenden en clase, es también posibilidad de desarrollar capacidades e demostrar las aptitudes sea en las matemáticas, física, técnica, letras…
La Casa abierta fue una síntesis de lo que es Ecuador, fiesta, celebración, cultura, belleza, arte, amor por la patria y esfuerzos de los educadores por mantener viva la cultura e inculcar en los más jóvenes un real respeto y valoración por lo que de mejor tiene esa tierra a ofrecer.
El Movimiento Spínola realizó el campamento del 3 a 5 de mayo en Checa. Había 35 jóvenes de nuestro colegio que participaron. El tema “Algo Nuevo Nace En Ti” centrada en el descubrimiento de los valores que el Señor nos ha regalado, y desde allí, brota el valor de agradecimiento.
Como introducción, hubo dinámicas de integración y luego vimos la película “Maktub”. Los jóvenes trabajaron el conocimiento de su vida interior descubriendo quiénes son los habitantes de su corazón y dándose cuenta de que afectan a nuestra forma de ser. Al final, hicieron un compromiso de cómo vivir los valores que descubrieron y cómo cultivarlos para crecer. Terminamos la tarde con la celebración de la Eucaristía en la capilla.
Entre los talleres eran juegos y dinámicas para fortalecer el valor de la amistad, el compartir, el compañerismo, la alegría, el trabajo en equipo y crecer en autoestima. Los jóvenes estaban divididos en grupos, los mismos dormían en la misma carpa y cocinaban juntos sus alimentos.
Fue una experiencia que marca porque cada uno dio lo mejor y mostró lo que realmente es ser Familia Spínola.
EXPERIENCIAS:
Para mí el campamento fue una experiencia buena: en la cual compartí y conocí nuevos amigos. En el campamento nadie se diferenciaba ni por cursos ni por grupos de amigos – éramos uno solo. Ya que si faltaba comida o algo, la otra carpa compartía. Aprendimos a trabajar en equipo.
El campamento también fue un tiempo para reflexionar sobre lo que tengo, los problemas que todas las personas tenemos, sean ricas o pobres. Aprendí a sembrar nuevos valores y que con el tiempo crecerán y se reflejarán en mis acciones y actitudes. Aprendí también a convivir y cuidar la naturaleza que Dios nos ha regalado.
Karolay Hernández
Mi experiencia en el campamento fue muy bonita porque conocí más amigos, hice mucho más amigos y me divertí bastante. Fue una experiencia inolvidable – pasé bien y trabajé en grupo con muchos amigos. Lo más bonito fue cuando era la hora de comer y cuando jugábamos juntos. Hubo momento también de reflexionar, donde escribíamos cartas a nuestro corazón, donde decíamos nuestras experiencias y sentimientos. La película también me gustó mucho porque trataba de autoestima.
Espero que el otro año, haga la misma para poderme divertir bastante.
Rubén Figueroa
Fue bonita porque pudimos conocer más personas y a la vez convivir entre todos.
Ma. Fernanda Albán
Una experiencia motivadora donde pude relacionarme con los chicos del Grupo Spínola, viví el gran compartir que en la mayoría del tiempo no lo veo en mí y en mi alrededor, una impresión llena de espiritualidad, de interioridad al igual que de mucha alegría, en el cual el compañerismo fue mutuo, más que eso se sintió y se compartió la solidaridad una perseverancia de empeñarse por el bien de todos. Entusiasmo en cada encuentro con el Señor……
Cuando le cantamos fue muy emocionante: “El Que canta reza dos veces” una forma de amar y yo digo que si cantas con tu corazón Él crece en ti, no se olvida de ti sabe que lo quieres….
Y pues podré concluir que me sirvió de mucho, agradezco a todas las personas que se incorporaron. He aprendido a ver más allá de las situaciones, a soñar en grande, a no olvidarme de Dios, tenerlo presente en mi vida diaria, a crecer, a aprender de los errores y a escuchar a mi corazón.
Lucía Visuma
Porque lo fui descubriendo poco a poco, siempre sentí sensibilidad y curiosidad por las cosas de Dios. Mi abuela me llevaba a rezar desde pequeña por las casas, o lo hacíamos con mis hermanas el rezo del rosario, ver una Religiosa me alegraba y atraía a que un día yo sería así. Al principio no me creía nadie, ni yo me lo imaginaba, pero ese deseo fue creciendo cuando nos cambiamos de casa ya que pude asistir a misa con más frecuencia; participaba leyendo las lecturas, grupos de niños que se preparaban para hacer la primera comunión. Fui descubriendo que las cosas de Dios llenaban más mi vida de paz, alegría y daba sentido a todo lo que vivía, encontraba un lugar donde podía ser yo misma y me sentía feliz. Cuando tuve la oportunidad de ponerle nombre a lo que estaba viviendo por dentro mío no pude creer que Dios me estaba llamando, sentí muchas veces que no era capaz, que no iba a poder, o que no serviría para lo que me estaba pidiendo, en ese momento me vinieron todas las dudas y miedos posibles porque fui compartiendo lo que pensaba hacer con mi vida. Dejé de ver a la hermana que me estuvo acompañando en ese tiempo, pero eso no pudo ser por mucho tiempo porque lo que sentía por dentro era más fuerte que todo eso y me atreví a romper con esquemas y pensamientos ajenos lanzándome a la aventura de responder a lo que Dios me estaba pidiendo, seguirle. No fue fácil pero soy tan feliz que si lo volviera a vivir no lo dudaría. Ahora al recordar todo lo que pasé desde que me sentí llamada me sale agradecer con todo el corazón por lo que hizo, hace y hará en mí, porque obra desde lo pequeño y en lo pequeño, de eso no cabe la menor duda en mí. A su lado me siento pequeña y segura y como dice San Pablo a Timoteo: no me siento fracasada porque se en quien he puesto mi confianza.
Al escribir y contar lo que fue un poco mi vocación, lo hago pensando en aquellas personas que como yo sienten que su vida tiene sentido al lado del Señor, entregándose a los demás. Anímense porque es una vida que llena, fortalece y se recibe mucho más de lo que se da y lo más grande que he descubierto que Dios obra en ti como un canal para llegar a otros que no lo han descubierto.
Este año de noviciado decidimos hacer una huerta en el terreno que tenemos en la casa.
Al comienzo nos costó arrancar y poner en práctica lo que pensamos, pero cuando nos pusimos en la obra nos metimos de lleno: planteamos lo que podríamos sembrar y preparamos la tierra.
Gracias a las crisis y enfados se hizo rápido el “arar la tierra”. Como era la primera vez que nos metimos en esta aventura de la huerta, lo hicimos como nos parecía entender, sin tener mucho conocimiento del tema.
Viendo cómo se desarrolla las cosas en la huerta, puedo decir que ser campesino/a no es fácil, uno tiene que considerar muchos aspectos: la tierra, el clima, la disposición de las semillas, el tiempo para dedicar... Pero gracias a la buena tierra y el clima que tenemos aquí, en tres meses tuvimos una buena cosecha.
Mientras en el campo la gente lo hace para ganar la vida nosotras lo hemos hecho para aprovechar el tiempo, y a pesar de que en algunos momentos nos exigió un cierto esfuerzo y dosis flexibilidad, la verdad es que tuvimos muchos ratos de distensión y risas.
Hay dificultades para conseguir los frutos pero cada momento es gratificante: la alegría al sembrar, al ver cómo crecen las plantas, y aún más cuando es tiempo de cosechar, ver que nos puede servir en casa y que podemos compartir con alguna familia que pasa necesidad económica.
Este año la Vida Religiosa ecuatoriana celebró una vez más, de manera agradecida el don de la llamada y el impulso del Espíritu que no les falta en medio de tantas dificultades de evangelización en la sociedad actual. Fue oportunidad de renovar el primer amor y para quien empezamos la caminada, oportunidad para seguir alimentando la utopía por el Reino.
Siempre estos momentos son oportunidades de encuentro y reencuentro con personas que de una manera u otra, aportan; inspiran la vocación de otros/as o simplemente caminan juntos con nosotros.
Fue momento de volver a decir un “Sí” ilusionado con el proyecto de Dios, y lanzar una mirada más de admiración por la Vida Religiosa tan viva y actuante que vemos reflejada en el rostro de los religiosos y religiosas en la diversidad de tantos carismas y que sí, es SIGNO en esta tierra ecuatoriana.
Gislany
El fin de semana del 2 y 3 de febrero, hemos abierto las puertas de nuestra casa por cuarta vez. Han asistido 5 chicas de Manta y 4 de Quito, todas ellas con claros planteamientos vocacionales, por lo que en esta ocasión el tema trabajado durante su estancia ha sido la presentación de nuestra vocación de Esclava como una respuesta concreta al seguimiento. Así decíamos en la carta convocatoria “Creemos en nuestra vocación y sabemos que el Señor sigue llamando, sigue invitando a seguirle y muchos se pierden la oportunidad de vivir con sentido desde el estar con Él y anunciar a otros su amor”.
En cada convocatoria (dinámica de inicio, tiempos de oración, tiempos de compartir…) hemos comenzado con un testimonio de Esclava (de los que tenemos en la Web), tuvimos mesa redonda (con un buen “Interrogatorio” como le llamó una de ellas), hicimos una dinámica con las distintas palabras claves de nuestra Consagración como
Esclavas…
Al finalizar la experiencia 6 de las jóvenes deciden continuar o iniciar un acompañamiento, tres de ellas manifiestan claramente que este puede ser su camino y van a continuar el discernimiento en esta línea.
Ha sido todo un disfrute verlas en la oración, poder hablar abiertamente del seguimiento, de Jesucristo, de nuestra vocación… En manos del Señor las ponemos para que sigan en esa búsqueda de lo que el Señor quiera de ellas y estén decididas a responder generosamente cada una a su “llamado”.
Una de las más jovenzuelas (de la parroquia de Manta) se ofreció a escribir algo para la ventana, os dejo con ella:
Quito, 03,03,2013
Este fin de semana tuvimos la mejor experiencia de nuestras vidas conociendo un poquito más la vida y costumbres de las hermanas Esclavas del Divino Corazón. Es la primera vez que hice una experiencia de lo que es la vida religiosa y consagrada. Vine con dudas de lo que se iba a realizar en la casa, al principio como todo ser humano me dije así muy dentro de mi “¿Qué haré yo en una casa de religiosas?”. Claro no me gustó mucho la idea, pero después me detuve y dije “hay que realizar cosas nuevas para así cambiar un poco la rutina” y también tenía algunas dudas que quería aclarar y me dije “sería interesante conocer cómo viven, ¿Qué hacen? ¿Cómo es su vida diaria como religiosa?” Entonces como la Hermana Caty Marcillo me invito a hacer esta experiencia dije “hay que hacerlo”. Se lo dije a mis padres, al principio no me dijeron nada no les gustaba la idea de que yo viajara, pero después dijeron “anda ya es hora que seas independiente y que veas como es el mundo en otras experiencias” y bueno, al principio no quería dejar mi casa, pero decidida a lo que quería hacer empaqué mis cosas y me vine a conocerlas. Al principio sentí timidez pero después que pasaron las horas ya tuve un poco más de confianza con todas las hermanas entre risas y juegos y todo lo demás. El conocerlas me dio alegría: son alegres y divertidas. Mis dudas quedaron atrás gracias a ellas porque tuve una semana muy agradable y bueno decidí hacer un acompañamiento con la hermana Jerline.
Dayanna Espinoza Jiménez (Puerto de Manta-Manabí)
Al principio pensé que era yo quien había elegido la Vida Religiosa, y fue esa falsa seguridad la que por cuatro años no me permitió creer en mi vocación, hasta que descubrí que El Señor fue quien me eligió y me amo primero.
Veo que el principio de la motivación que me trajo hacia acá (VR) fue apenas una excusa del Señor para atraerme hacia Él. Tenía verdadero deseo de seguirle, pero lo atribuía a mí misma, con todo, mirando el pasado y viendo la trayectoria de mi vida, es muy pretencioso decir que fui yo.
Tuve la dicha de ser mirada y elegida por El Señor desde una edad temprana, cuándo de mi parte solo pude decir “soy muy joven”. El Señor con su eterna paciencia supo esperar el tiempo propicio preparando el terreno en el que deseaba sembrar su mejor semilla.
A lo largo de los años fue Él quien me sostuvo hasta que me vi lista para dar un gran paso en mi vida, sintiéndome comprometida y deseando llevar a cabo ese compromiso, que bien en el fondo me sonaba a carga y que contaba con poca certeza de que el Señor también lo deseaba.
… yo quiero, no sé el Señor…
El tiempo se pasó y creo que ahora puedo decir que mi vocación es un don, pues un don es un regalo y si es un regalo nadie te obliga a recibir y si lo aceptas… haces lo que quieres, lo tiras, lo guardas… pero nadie te lo puede quitar, tampoco quien te lo dio, es tuyo aunque no lo creas.
Sí, mi vocación es un regalo, pero con un diferencial; a veces cuando nos hacen un regalo, nos lo hacen por conveniencia o porque lo merecemos, y ni El
Señor necesita hacerlo, ni tampoco yo lo merezco, me la dio de manera totalmente gratuita.
Me la regaló simplemente porque a Él le encanta hacer grande las cosa pequeñas.
Gislany
A la vuelta de las navidades nos tomamos el pulso comunitariamente. Fue un reflexionar con hondura en el que disfrutamos al ver cómo el Señor nos habla y se repite… En el Objetivo General del curso, cuando nos preguntábamos qué quería de nosotras, salió la necesidad de ser significativas, proféticas y de cuidar mucho la calidad de nuestras relaciones. Ahora nos volvemos a preguntar y sale: necesitamos personas de avanzadilla y buenos samaritanos… Curiosa coincidencia… parece que el Señor tiene claro por dónde llevarnos y ¡nosotras le queremos secundar!.
En esa estamos, buscando la huella de Dios en todo lo que vamos viviendo, queriendo alabarle y servirle con nuestra vida, descubrirle en todo, explicitar más nuestra experiencia de su amor, hablar más de sus “cosas”, acogiendo, dialogando, perdonando, arriesgando…
Impresionante la colaboración del profesorado, la motivación de los alumnos, la creatividad de nuestras hermanas…
Este año, además de las actividades de clase, la misa campal, el pregón (abajo explico), tanto la escuela como el colegio desarrolló un programa bien completito de teatros, deportes, festival de canción… en el que toda la comunidad nos hemos implicado (preparando catequesis, juegos…) y con lo que nos hemos sentido unidas y hemos disfrutado. Pero lo que quiero destacar es el papel de los profesores. Junto con nuestras hermanas Victoria y Lorena, con sus trajes típicos todos, después de estar una semana ensayando, nos deleitaron con un baile de la tierra que causó impresión entre los alumnos. Es de admirar cómo en muy poco tiempo se puede organizar una fiesta de calidad, creativa, alegre, motivada. Si es así es porque nuestras hermanas se han preocupado a lo largo del tiempo de que los profesores se identifiquen y lo sientan suyo y estos han respondido “con creces”.
De rebote un buen rico encebollado…
En la comunidad una oración compartida en profundidad y una merienda-cena con múltiples detalles (de nuestras hermanas latinas y filinas).
Mis Queridas Hermanas:
Lo primero que me aportan es alegría, entrega, esperan-za, que a pesar de la edad y enfermedad que algunas pa-decen siguen apostando por Jesucristo y por serle Fiel. Entusiasmo y deseo de renunciar porque he encontrado un Tesoro que me da vida.
Me brota también decirles que me aportan sencillez, humildad, acogida y el vivir apasionadas por Jesucristo como nuestro único Amor y a quien le debemos todo por las Gracias que nos concede y por el llamado a la voca-ción.
Espero que esa alegría y esa ilusión de estar unidas a Jesucristo no se apague, al contrario cada día puedan encenderla más haciendo que eso se transmita y haya más personas que lo conozcan y experimenten su Amor.
Como dice San Pablo hagan crecer lo que han recibido.
Les pido que vayan buscando siempre lo que Dios nos pi-de, que le podamos responder como ÉL quiere y vivamos de los detalles que la vida nos ofrece poniendo cada día color, alegría, entusiasmo a lo que Dios nos tiene prepa-rado desde donde estamos llamadas y desde lo que nos corresponde hacer. Como decía Nuestra Madre Celia: Quiero que mis hijas sean extraordinarias en lo ordina-rio.
Antes de terminar quiero expresarle mis agradecimien-tos a cada una de ustedes por su oración, por caminar conmigo en esta etapa en la que como ustedes deseo ser plena y Feliz, por tener la oportunidad de compartir y ser parte de la Gran Familia Esclavas del Divino Cora-zón.
Unidas en la oración.
Un abrazo fuerte.
Susana
Reflexionando a cerca de la pregunta yo sentí la alegría que me envuelve, una alegría que brota del pensamiento de “cuán bendecida soy”, bendecida por haber sido llamada.
Pero… ¿Por qué digo que mi llamada es un don?
Con todo lo que he experimentado desde el día en que me permití escuchar la voz Del
Señor pidiendo mi “sí”, puedo decir que es de verdad un don.
Primero, porque no estaba en mí, sino en Él. Él fue quien tomó la iniciativa. A través de mi experiencia y de personas que han pasado en mi vida le revelaban y manifestaban que Él me amó primero. Llena de este amor, no podía quedarme sin devolverle tanto amor, aunque ese amor no espera que yo devuelva nada.
No solo puedo decir que es un don, sino también un tesoro, un tesoro revelado a quienes buscan y cuando lo encuentras, una está dispuesta a abandonar todo, incluso a sí misma, tesoro que lleva a una a hacer “locuras” a los ojos del mundo.
Y además, es un don gratuito ya que no requiere cumplir con las demandas o criterios del mundo: éxito, poder, dinero, etc. Dios me llamó sin importarle “quién soy”. Me llamó en mi totalidad; con mis dones, mis posibilidades, debilidades, vulnerabilidades, limitaciones, pequeñez y pecados.
Finalmente, esta es la belleza de mi vocación: cada día es una llamada, todos los días son una garantía de que su amor es mayor/grande que mis debilidades, su plan de bendecirme es más grande que todos mis errores juntos, que Él está trabajando, transformando mi corazón para que poco a poco se parezca al Suyo.
Elmor
En la última semana del pasado mes de noviembre fue posible para nosotras reforzar un poco más el sentido de pertenencia congregacional por medio de la visita del gobierno General a través de la secretaria General kity. Que, además de alegrarnos con su espíritu joven, alegre, nos ha posibilito enamorar un poco más “de lo de Dios”, estar en sintonía con lo congregacional, aspirar a lo que aspiraban nuestros fundadores y nuestras hermanas que fueron fieles al carisma y que ya nos preceden en los cielos.
Su paso por nuestra comunidad le permitió acercarse un poco a nuestra realidad comunitaria y escolar vivida en el Centro Cardenal Spínola, prestar su generoso servicio recordando a todas lo fundamental de nuestra espiritualidad y que mantiene encendida en la Congregación el mismo espíritu suscitado en Marcelo y Celia, inculcando también en nosotras, las novicias, el anhelo de toda Esclava: la santidad.
Nos queda la gratitud de ver reflejado en el rostro y en las actitudes de una hermana la característica de una verdadera Esclava: la sencillez y cercanía que hace a todos sentirse “en casa”, la alegría que contagia, el servicio “callado” y entregado, el involucrar haciendo suyo lo que es de sus hermanas… nos queda también el deseo de seguir alimentando de lo que nos ha dejado; de lo que Dios nos ha hablado a través de ella.
Gislany