Día 21 de febrero del 2012
Hablar de Brasil es como abrir un cofre mágico de alegría y vitalidad, de ritmo y fantasía. El brasiler@ sabe guardar sus penas y dar paso a la esperanza, sabe confiar en el futuro y soñar con algo nuevo que le abra horizontes.
Como es costumbre en nuestra Comunidad Internacional se celebra el día de cada país y Gozamos al conocer y adentrarnos en las distintas culturas siendo una verdadera riqueza para nosotras.
El 21 de Febrero celebramos el día de Brasil en pleno bullicio del Carnaval tan festejado por estas latitudes. Desde la mañana comenzamos a sentir que Brasil estaba presente. Ese día costó un poquito menos ponerse en pié a las cinco de la mañana. La música pegadiza y el cantar de los gallos nos pusieron en sintonía con lo que iba a ser el día.
La Oración de Laudes muy bien preparada por Gislany nos congregó en la capilla con un aire festivo. Rezamos y cantamos en portugués, en un ambiente fervoroso y fraterno. La Virgen de Aparecida presidía desde un lateral del altar y a sus pies el nombre de cada hermana de Brasil…,fue una oración sentida por ese hermoso país.
Durante el día no faltó el ritmo de samba mientras preparaban una comida suculenta al estilo brasilero.”galinhada”, “vinagrete”, ”mus de abacaxi” y por la noche “pudin de leite”,que como casi siempre es una receta heredada de las mamás.
Después de la cena hicimos una velada llena de ritmo y colorido donde todas intentaban bailar la samba al más puro estilo “personal”.
Recurrimos a nuestra modista particular que confeccionó para Gislany un magnífico vestido de papel en tonos verde y amarillo que no envidiaba nada a la más alta costura. RÍO y su famoso carnaval estaba presente. Ella venciendo toda timidez bailó la samba con ese ritmo que sólo los brasileros saben hacer. Esto contagió a todas terminando con bonito ambiente de fiesta en honor de ese gran país que se llama BRASIL.
Esa noche los malos espíritus fueron vencidos por la alegría y la fraternidad.
El sentir que mi vocación es un DON y el sentirme profundamente amada por el Señor van unidos. Me es imposible separar el Amor del Señor de la vocación a seguirle siendo Esclava.
DON, GRACIA, REGALO de Dios que me llegó hace cuatro años y que cada día agradezco al Señor.
Tengo 35 años y hasta los 31 no conocí a las Esclavas. Aunque entré en la Congregación con 32 años, mucho antes ya había sentido la inquietud por seguir al Señor en la vida consagrada. Circunstancias, momentos concretos, debilidad… me impidieron tomar una opción que yo veía clara en aquel momento. Desde entonces hasta entrar en la Congregación, transcurrieron años. Años donde hubo alegrías y tristezas, éxitos y fracasos, búsqueda continuada… Años de afianzar mis deseos de seguirle, años para intimar con el Señor, aprendizaje de vida, desarrollo de la vocación educativa,… El Señor estaba allanando el sendero y yo no lograba entender lo que ocurría.
Mi corazón sentía la necesidad de seguir al Señor de forma distinta a como lo hacía en aquellos momentos. “Id al mundo entero y proclamad la Buena Noticia”. Estas palabras calaron en mí y me hablaban de Evangelio, jóvenes, alegría, cercanía, sencillez, desprendimiento,…
En un primer momento, sentí que mi seguimiento a Cristo pasaba por la vida contemplativa pero… después de haber pasado algunos años, esa vida me “ahogaba”. El Señor me mostraba otro camino que me entusiasmaba pero me costaba encontrar. ¿Cómo, Señor? ¿Dónde encontrar el lugar para desarrollar mi vocación? La respuesta no la tenía yo pero el Señor sí. Él había preparado un sitio para mí y de la forma más inesperada me puso en el camino. En el verano de 2007 busqué alguna actividad con jóvenes cristianos y… conocí a las Esclavas ¡Bendito día!!!
Ese verano devoré los libros que pude encontrar de Marcelo Spínola. Una de las hermanas me prestó para que leyera su espiritualidad y… ¡qué sorpresa!, me encontré con unos escritos del Padre que hicieron latir mi corazón:
“ Teniendo yo en cuenta, y no sólo yo, sino otros también, la poca importancia que se da a la vida de contemplación cuando se está consagrado a la vida de acción, y viceversa, me propuse al formar la Congregación equilibrar estas dos vidas, unirlas de tal modo, que de las dos se formase una sola; este fue mi fin, para que llenas del espíritu de Dios, y abrasados vuestros corazones de amor divino, al tratar con las niñas, al ejercer la caridad, pudierais comunicarles esa misma caridad” (M. Spínola)
¿Estaba encontrando mi sitio? ¿Sería lo que yo imaginaba? Seguí interesándome por todo lo referente a las Esclavas, su forma de vida, la espiritualidad, carisma… ¡Era mi sitio!!?
Ante la certeza de que Dios me llamaba a seguirle de otra manera, pedí al Señor su fuerza para luchar contra lo que podía ser impedimento en mi seguimiento y… “tomé mi cruz y le seguí”.
Ser Esclava del Divino Corazón es un DON, un gran REGALO. Esta Gracia solo puedo agradecerla luchando cada día por ser su Esclava, por tener sus sentimientos, por Amar como Él amó, por acoger al prójimo, por mostrar la ternura de Dios a quienes la desconocen…
El seguimiento es un aprendizaje a lo largo de toda la vida. Me siento en continua evangelización, me siento barro en manos de Dios… pero tan querida por Él que ha sido capaz de “transformar en milagro el barro”.
Gracias, Señor, por tu llamada a seguirte siendo Esclava y te pido que me ayudes cada mañana a decirte “He aquí la Esclava del Señor!”
Filli
Un día, a raíz de la inquietud de transmitir tanto bien recibido, dialogamos en comunidad cómo extender nuestra experiencia, como compartir y hacer partícipe de nuestro agradecimiento y alegría a otros y surgió esta propuesta: Unas jornadas de puertas abiertas “Venid y veréis”.
Convocamos a un grupo de jóvenes con inquietud religiosa, a vivir con nosotras un fin de semana - haciendo ellos nuestra vida, - con idea de propiciar la experiencia de que se puede disfrutar con cosas sencillas, de que la fe crece más en grupo, de que merece la pena enamorarse del Señor, seguirle, vivir para los demás, orientados por su voluntad que es siempre mejor que la nuestra.
Ha sido un disfrute compartido.
Una de las chicas que ha participado, Alexandra, nos cuenta su experiencia:
“Tuve la oportunidad de asistir a una vivencia con las Esclavas del Divino Corazón este fin de semana en Quito, los jóvenes que asistieron y yo nos sentimos agradecidos por la gran acogida por parte de las hermanas y las novicias.
Definitivamente esta ha sido la mejor experiencia que llevaré: sus palabras, sus ejemplos, la manera en que nos integramos y compartimos nuestras experiencias… hicieron que mi vida tenga un rumbo diferente, una manera de pensar más profunda, una motivación por conocer y aprender más. Los momentos de reflexión y silencio que hemos tenido, han hecho que dé un gran paso en la comunicación conmigo misma y más que todo con Dios y así poder transmitir a mi familia y amigos lo que he aprendido en esta experiencia. Como vimos en el tema que trabajamos, siento que, de algún modo estoy llamada a servir como María madre de Dios, madre nuestra que es una mujer fiel a Dios, capaz de ver más allá de lo cotidiano y capaz de arriesgarlo todo y sé que a nada he de temer mientras este junto a Dios”.
ALEXANDRA MACIAS
El cole ha cambiado de nombre, antes se llamaba Mª Augusta Urrutia (en honor de la donante del terreno), ahora “Cardenal Marcelo Spínola”. Por lo que la semana de los fundadores se ha convertido en la semana de las fiestas patronales, o sea, una semana con fiestas por todo lo alto.
A lo largo de esa semana Patronal tuvimos la oportunidad de disfrutar con todas las celebraciones, confirmar la vocación, dar gracias por nuestros fundadores, por la Congregación, por nuestras hermanas religiosas que día a día siguen anunciando a Jesucristo y en especial por todos los que conformamos la familia Spínola.
Las festividades se iniciaron el día 16 con un desfile de carros alegóricos por las calles de Solanda. Cada coche llevaba temas diversos relacionados con los lemas trabajados en los últimos años.
A través de las actividades diversas que presentaron, los alumnos y maestros revelaron su creatividad y pasión por la institución por medio de bailes típicos, gynkana , construcciones de maquetas ,títeres…
Fue muy gratificante participar de esta fiesta tan significativa en Nuestra Congregación, recordar que hay personas que entregaron sus vidas para la fecundidad de un carisma que brotó del Corazón de Jesús y ver que aún hoy muchas otras están dispuestas a llevar a delante esa misión.
Clausuramos la Semana con presentaciones de alumnos de escuela y colegio que retrataban, con bailes y teatros, la vida de Celia y Marcelo, eso en el Coliseo de la Parroquia debido a las lluvias, además tuvieron lugar las premiaciones de los equipos campeones de los juegos deportivos realizados durante la semana. En seguida confraternización entre las hermanas y profesores de la institución con un almuerzo, en cuanto que nosotras las novicias por convite de Hna. Graziela, en agradecimiento de parte del cole y para cerrar la semana, fuimos al cine.
Como propio de nuestro estilo, todo es motivo de alegría y oportunidad para reforzar ese lazo que nos une y nos hace a cada día ser más familia.
"Todo con El y por El”.
Gislany
¡Hola familia! Lo prometido es deuda, así que allá vamos a contaros cómo hemos vivido esta Navidad.
Empezamos con los días 23 al 25 en que nos reunimos toda la delegación de Ecuador en Manta para celebrarla juntas.
De este tiempo destacamos la acogida, el encuentro fraterno, la unidad, el disfrutar juntas en un ambiente distendido. Fueron días alegres en los que se percibía cariño de unas por otras, y en los que se pudo celebrar con sencillez y profundidad al Dios Encarnado que nace en Belén y mueve nuestras vidas, provocando en nosotras el sentimiento de que el carisma de la Congregación sigue vivo aquí, en Ecuador, igual que en cada uno de nuestros países de origen y allí donde las Esclavas estamos presentes.
A las que estamos empezando nos llega la sencillez de cada una de nuestras hermanas que van por delante, así como su ser Esclava, fuertemente visible. Esto nos anima en el caminar.
Destacamos por su intensidad la misa de la noche del 24 que vivimos en la parroquia del Perpetuo Socorro. El momento de la paz fue emotivo: toda la iglesia agrupada en familias dadas de la mano, cantando el “noche de paz”. Allí, en esa estampa navideña, nosotras también dadas de las manos sintiéndonos hermanas de nuestras hermanas, del pueblo ecuatoriano y también del filipino, paraguayo, brasilero y español, sintiéndonos familia universal.
Otro momento de sabernos familia y Congregación fue, cómo no, la cena de Nochebuena con su alegría, conversaciones, villancicos y fiesta…. La mañana de Navidad cada una se levantó a la hora que quiso, un grupo, después de la oración, nos fuimos a la playa a disfrutar de un espléndido día de baño en el pacífico, compartiendo risas, alegría y muchas ganas de disfrutar.
Terminamos nuestro encuentro con una oración ante el Nacimiento y un compartir cada una lo que le suscitaba la contemplación del Misterio de Belén.
Nos hemos podido dar cuenta de que no necesitamos mucho (dinero, cosas materiales…) para ser felices, lo importante es vivir cada tiempo con sentido, acompañada de quienes sabemos nos quieren.
En medio de todo esto también ha habido momentos de acordarnos de nuestras familias, de pedir a Dios por cada una, de sabernos cerca de ellas aún en la distancia.
En nombre de la Comunidad, Jerline y Mercedes.
El 25 de Diciembre por la tarde, recibimos del Señor ese regalo que tanto esperábamos, ese sueño que algunas teníamos: ir a Portoviejo, visitar ¡¡LAS CUMBRES!!
Conocimos la comunidad, las hermanas nos acogieron con los brazos abiertos, la capilla bien adornada nos esperaba para que compartiéramos con el Señor tanto como nos quedaba por vivir en aquellos días.
El 26 por la mañana llegó el momento esperado: ¡Subir a las Cumbres!. Con el sol dándonos de pleno, comenzamos la subida. Nuestros ojos estaban bien abiertos para no perdernos detalle. Sabíamos que, de forma especial, el Señor estaba por cada una de aquellas esquinas y queríamos verlo.
El cole no está lejos de la comunidad pero con la alegría, amabilidad y acogida de nuestra hermana Conchita, el recorrido fue más largo de lo habitual: había que saludar a los vecinos, desear Feliz Navidad, dar un abrazo… Allí estaba Dios. Las Esclavas en el barrio nos hablaban del Dios de la tierra.
La realidad nos dejó sin palabras: aquellas lomas, las casas de caña, los niños jugando, el camión llevando agua, los vecinos saludando, otros incluso regalándonos los frutos que tenían,… Luego entramos en el cole y visitamos los grados con los que nos encontraríamos al día siguiente para la convivencia. ¡Qué caras, qué ojos, qué sonrisas, qué alegría!! Aquellos niños comenzaron a entrar en nuestros corazones.
Llama la atención de forma especial cómo la educación, la posibilidad de ir al colegio dignifica a la persona. Aquellos niños uniformados eran “igualitos” a los de otras zonas de Portoviejo. Luego, a la salida, serían los que correrían descalzos por allí, volverían al botadero, la suciedad no sería problema para ellos,… De nuevo brota agradecer al Señor que nos envíe como Esclavas a aquella misión. Somos manos, ojos y pies del Señor para formar corazones, dignificar a las personas y llevar esperanza.
Con la alegría de saber que al día siguiente volveríamos a encontrarnos con los chicos, bajamos a la Comunidad. Esa tarde nos esperaba la hermana María José González para enseñarnos el casco histórico de la ciudad. ¡Una auténtica guía turística!! ¡¡No le faltó un detalle en sus explicaciones!!
A la bajada de las Cumbres, aprovechamos para visitar el comedor de Cristo Rey, ubicado junto a la comunidad. Intentamos llevar un poco de alegría a las personas que diariamente acuden allí para comer. Cantamos, bailamos y también ellos se “echaron al ruedo” y disfrutamos de algunas canciones típicas manabitas.
El día 27 llegó el encuentro directo con los niños. Al llegar al cole ya nos conocían del día anterior y rápidamente nos vimos rodeadas de besos, abrazos, miradas, preguntas… ¡Qué disfrute! Durante la convivencia reímos, cantamos, jugamos y sobre todo, agradecimos al Señor el año que nos había regalado vivir. Llenamos de color la Eucaristía con todos los agradecimientos: la comida, el colegio, las hermanas, los profes, los amigos, las familias,… Cantamos al Niño que había nacido y nos empapamos bien del Dios que allí se respiraba porque éramos conscientes de que nos oxigenaría en otros momentos de nuestro camino. Fue un día importante en el que le entregamos a Dios toda nuestra capacidad de amar y de acoger. Aquellos niños lo merecían!!
Otra experiencia inolvidable fue la subida al botadero. ¡Dios Santo, qué humo, qué olor, qué familias viviendo allí, cuántos gallinazos…! En aquellos momentos fue imposible fotografiar la miseria del hermano. Brotaba respeto, salían algunas lágrimas y las mil preguntas que Ana intentaba respondernos. Allí también viven chicos del cole de las Cumbres. De forma especial tenemos en nuestras retinas la imagen de las niñas del botadero abrazadas a las piernas de Ana. ¡Qué momento! Esa imagen habla de un Sí al Señor, un Sí a su voluntad, un Sí al Amor.
Terminamos nuestra experiencia en Portoviejo orando juntas. Momento importante para agradecer lo vivido y enriquecernos con lo experimentado por las hermanas.
Agradecemos al Señor que en esta Navidad se nos haya regalado en los rostros de los niños de las Cumbres. Esos ojos, esas sonrisas, la acogida… iluminarán las dificultades que se presenten a lo largo de este año en nuestro seguimiento. ¡¡Gracias, Señor!!!
Del 2 al 6 de diciembre se celebró en Quito la III Semana Teológica. Nos llevamos una gran alegría al conocer el nombre de la ponente (“facilitadora” en Ecuador!!!): Mariola López Villanueva. Algunas de la comunidad la conocíamos personalmente, pues era profe en el Inter de Granada, otras eran “admiradoras” por sus escritos. ¡En tantas ocasiones nos ayudan a ponernos en contacto con el Señor!
Hemos tenido la suerte de compartir con ella una cena en la casa. La invitamos a la comunidad y, en su agenda apretada, no dudó en buscar un hueco para, como ella diría, “regalarnos una tarde”.
La bienvenida a la casa, el paseo por el barrio, el contar experiencias, el recordar a los “conocidos comunes”, el compartir la realidad que vivimos… fue todo un disfrute. La sencillez en el trato, la acogida, el gozo por el momento, la alegría de sabernos hermanas en el Señor… marcaron la tarde-noche del 5 de diciembre. Todas nos sentimos “bendecidas” por el encuentro.
Me llama nuestra hermana Lourdes Almeida: “Fátima ¿podrías ir tú al encuentro de Superiores Mayores que es ahí en Quito?. Le contesto: “Creo que es mejor que asistas tú que eres la Delegada”. Ella prepara con tiempo las maletas pero no llega, se puso enferma.
¡Bendita gripe! La asistencia a esta Asamblea ha sido un “intensivo de inculturación”, un baño de realidad nacional (de la mano del catedrático D. Enríquez Ayala Mora) y eclesial (con Monseñor Néstor Herrera).
En ambos casos con un cariño y valoración por la Vida Consagrada y una lucidez admirable, nos “tiraron un poco de las orejas” con la invitación a ser lo que tenemos que ser con calidad, a la vivencia de una espiritualidad sólida basada en la experiencia del Dios vivo y, sobre todo, a un compromiso claro y profético con el pueblo, sobre todo los que más sufren.
La asistencia a este encuentro ha supuesto también, y sobre todo, un mayor conocimiento de la Vida Religiosa del país. Una Vida Religiosa viva, inquieta, con sed y compromiso por la comunión, con una clara apuesta por lo intercongregacional y con la doble opción de la espiritualidad (desde la Palabra de Dios) y la opción por los excluídos.
Todo el encuentro se ha desarrollado en un ambiente de comunión, alegría, transparencia, respuesta generosa a los servicios solicitados… que me han llevado una vez más a agradecer a Dios el don de la Vida Religiosa a la Iglesia y a la humanidad y el haber sido llamada a formar parte de ella.
En otro momento os contaremos sobre la comunidad intercongregacional de Haití, la “minga misionera” de Sucumbíos, “los manjares del convento”…
Estos días nos vamos a Manta para pasar las fechas las tres comunidades de Ecuador juntas, después estaremos en Portoviejo donde vamos a tener unas convivencias con los pequeños en clave de agradecer lo vivido.
A la vuelta os contaremos. Por lo pronto, recibid nuestra felicitación con el deseo sincero de que el Señor encuentre cada día alojamiento en vuestra casa donde se encuentra a gusto y obra maravillas.
El 9 de diciembre, la Parroquia inició una actividad denominada "pregón". Se trata de una actividad de apertura de la temporada navideña. Por suerte, como catequistas (con algunos de mis compañeras novicias) fuimos invitadas. Me llenó de alegría el ver personas que llevaban vestidos hermosos, vestidos que hablan del "espíritu navideño". Aunque todavía estamos en el tiempo de Adviento, la alegría que se puede ver en los rostros de personas, sobre todo los niños y el aire frío de la noche que te toca la piel te hace decir con alegría
“¡La Navidad está aquí!” Dimos un paseo por la calle; la gente bailaba, cantaba, se reía, tomando fotos, dando y recibiendo caramelos con un mensaje de Navidad… Algunos caminaban solemnemente con sus velas. La noche terminó con un baile público en frente de la parroquia. Esta noche fue uno de los momentos memorables y agradables en mi estancia aquí en Ecuador.
¿Pero sabes qué fue lo mejor de esta noche? Lo mejor de todos es que disfrutamos de la compañía de cada uno y compartimos la alegría del sentido verdadero de la Navidad (JESÚS).
Miércoles 23 de Noviembre, el “internoviciado” recibe un aviso: “Necesitamos gente que sepa cantar para animar las eucaristías de la 3ª Semana Teológica”.
Lo que sigue os lo podéis imaginar…Las novicias de las Esclavas junto con la maestra, darían el “Do” de pecho en este encuentro de la Vida Religiosa Ecuatoriana.
¡En dos tardes aprendimos 48 cantos! Pero no sólo nosotras, no, también nos enriquecimos del arte de las novicias de la Asunción y las postulantes de las Oblatas. ¡Toda un coro intercongregacional e internacional!
Las que tocaban la guitarra tuvieron que hacer un gran ejercicio para no dominar los cantos a ritmo de rumba y hacerse con el compás andino.
La puesta en escena fue todo un éxito. El Espíritu parece que voló sobre nosotras…tanto que…nos pidieron que grabáramos las canciones, y así lo hicimos. El 5 de Diciembre, a un día de que acabara el encuentro, grabamos toditas las canciones.
Al llegar a casa el trabajo siguió. ¡Hasta las 2:00 de la mañana estuvimos grabando en cadena! Unas hacían índices, otras ponían nombre al cd, otras grababan, otras recortaban…
Al día siguiente volaron las existencias.¡ 460 vendidos!. Lo que se recaudó irá destinado a la comunidad intercongregacional que la Conferencia Ecuatoriana de Religiosos tiene en Haití.
Un lujo poder inculturizarnos a través de la música y ayudar a otros a cantar al Dios que viene.
Para nosotras el encuentro, no empezó en Manta sino dos semanas antes. Todas estábamos ocupadas en la preparación del tema, intercambio de ideas, investigaciones en la red… teniendo en cuenta una meta: que cada participante sintiese que su propio corazón es una casa para todos.
Del 21 al 23 de octubre 2011 en Manta... ¡BIENVENIDOS JOVENES AL ENCUENTRO SPINOLA! Pancarta que acogió a cada uno de los participantes... ¡Me sentía tan joven en ese momento! Cada uno tenía cara de emoción y disfrute. Era una experiencia de gracia porque los participantes eran de Quito, Manta y Nazón. Todo el mundo viajó con entusiasmo y sin preocuparse por el cansancio. El contenido del tema era tan profundo que llevó a los jóvenes a reflexionar y evaluar en sus corazones su forma cotidiana de vivir. Las actividades y el intercambio les ayudó a buscar en su interior.
Por otro lado, ¿quién puede olvidar la excursión a Monte Christi? Era la primera vez que viajaba en una "Chiva" - ¡cantando en el camino hasta Monte Christi y bailando en medio de la plaza! Fue uno de los recuerdos que guardo como un tesoro. Todos disfrutamos y nos divertimos... El espíritu de la familia Spínola está realmente vivo estemos donde estemos. Todo el encuentro fue una gracia para cada una de nosotras ya que, además, nos dio a conocer la realidad del Ecuador.
El encuentro me ha animado a vivir cada día con el deseo de compartir y dar testimonio de la experiencia del amor de Dios en cualquier circunstancia a la que pueda ser invitada y también para experimentar ese amor personal en dichos momentos.
“Sí, a todos nos mueve una misma cosa”… en cualquier parte del mundo, en cualquier lugar recóndito en donde nos encontremos, podemos encontrar gente latiendo por una misma cosa, por un mismo sueño: desparramar desde el derroche y el disfrute algo muy grande: “que hemos sido TOCADOS (SACUDIDOS) por la ternura de Dios…”
Y todo esto es lo que se respiraba en el encuentro de catequistas que vivimos en Manta. Tras las dinámicas, la sed de conocer y de formación, tras las ganas de compartir, de celebrar… tras el sentarnos en una misma mesa, podíamos sentir como algo nos iba urgiendo por dentro como jóvenes cristianos, como jóvenes Spínola. Y no es más que reconocer los nombres de las personas que nos han ido contagiando esto de la fe, asumir nuestra propia experiencia de un Dios que nos llama y nos ama. Ver cómo Éste es capaz de hacer piruetas para entrar en nuestra historia, inventando si es necesario un lenguaje nuevo, personal, con el que dedicarnos un te quiero (en nuestro propio idioma). Y por supuesto: Después de tanto recibido… ¿cómo no asumir que estamos llamados a dar gratis lo que con desmesura hemos recibido gratis?
Los días 5 y 6 de septiembre tuvimos la oportunidad de disfrutar del primer día de clase con los alumnos de la escuela y el colegio de Quito.
Con brevedad, sencillez y cercanía, intentamos presentarle el lema del curso: “Haz de tu corazón la casa de todos”.
A los mayores, a través de un mimo, les transmitimos cómo la realidad nos puede interpelar y asistir a la transformación de nuestro corazón.
Con los pequeños llegó la música, el colorido, los payasos… Y es que… cuando nuestro corazón es capaz de amar, de acoger, de sentir…¡nuestra vida se llena de color!
Paseo por el barrio y el mercado mayorista.
Los primeros días a la llegada a Ecuador salimos a conocer de cerca la realidad que nos acoge: estuvimos viendo la escuela y el colegio, así como un poquito el barrio, sus principales calles como “la Jota”, calle transitada con frecuencia por gran cantidad de gente con las tiendas propias de calzado, ropa…
Aprendiendo ya para la vida cotidiana fuimos al mercado mayorista, donde nos quedamos impresionadas por la variedad de fruta y pescado.
Paseo por el centro histórico.
Ya descansadas y con fuerzas para coger el trole y caminar fuimos a conocer el centro de Quito. Con sus preciosas Iglesias nos habla de la fe sencilla de un pueblo sencillo. La parte histórica nos muestra su cultura, su gastronomía y su historia a través de cada edificio.
Subida al teleférico.
¡Y fuimos al teleférico a ver Quito desde lo alto! Con ganas e ilusión, sin saber muy bien cómo llegar, pero preguntando (que así se llega a Roma, dice el dicho popular) llegamos al teleférico. Nuestras hermanas filipinas pasaron aún más frío que de costumbre, sólo hay que ver las fotos…. Parece que estamos en Siberia. Fue un día en el que pudimos disfrutar de la naturaleza, de los hermosos paisajes y vistas que de Quito nos ofrecía el lugar.
Visita a la capilla del hombre (Guayasamín).
Tras un intento fallido de censarnos por “falta de especie” y con dos horas de viaje en el trole, decidimos no echar un viaje al norte de balde y aprovechamos para ir a ver la “Capilla del hombre”, de un pintor- escultor quiteño, Oswaldo Gyayasamín, Hijo de padre indígena (de ascendencia quichua), y madre mestiza. Con su obra denuncia la violencia y el dolor que el ser humano ha vivido en el siglo XX con las guerras, campos de concentración, el racismo… Un hombre pacifista que grita por los que no tienen voz.
“Pi pi pi pí, pi pi pi pí, pi pi pi piiiiii” (5:00 a.m) La vida se juega en este instante. Y… tras una leve deliberación… ¡Se escoge la vida…y comienza la jornada!
A las 5:30 nos encontramos todas en la capilla para empezar el día poniéndolo en manos del Señor. Después de la oración nos espera un desayuno a la velocidad de la luz. Ha de ser rápido, sin mucho hablar, concentrada en el café y el pan… ¿Por qué? ¡Muy sencillo! para poder ir “dignamente” hacia el Internoviciado. Os lo explico: Hay que hacer un plan de acción para que las nueve podamos entrar en el Trole. A las 6:10 ya estamos esperando en la parada. Apretadas, apretadísimas, súper apretadas conseguimos pasar (después de alguna que otra indignación cuando la gente se cuela).
Así comienza nuestro viaje hacia el norte de la ciudad, hacia el Inter. En este trayecto no faltan los ingeniosos momentos de hacerte con un asiento y el intercambio de mp3 para orar un ratillo con “rezando voy”.
Al llegar al Inter nos encontramos con la pluralidad de la Iglesia y la riqueza de los distintos carismas. La formación es muy buena, hemos estado trabajando el Eneagrama, el proyecto personal, la interpretación de sueños, el discernimiento en el seguimiento…
Por las tardes, algunas se sueltan en el arte de la guitarra y otras en el idioma español. Después de todo lo vivido terminamos la tarde con la Eucaristía…Y sin mucho demorarnos, después de cenar, nos vamos a la cama que al día siguiente el despertador ¡vuelve a sonar…!
¡Me encanta la música! Creo que mi padre desde muy pequeña supo alimentar esta pasión.
Durante mucho tiempo he buscado acordes, distintos “arpegios”, notas originales, ritmos diferentes…hasta que llegó el día en que me di cuenta que mis heridas, personas que caminaban a mi lado y algunas realidades de sufrimiento…poco a poco me iban llevando a una búsqueda más autentica, a caminar hacia el compositor de la canción más “hermosa” del mundo: mi vocación. Una vocación con una entonación y dulzura preciosa, la de ser Esclava del Señor.
Tengo 25 años y hoy por hoy, vivo mi vocación como un don. Me siento una mujer como otras tantas, intentando vivir el Evangelio y procurando no estorbar mucho en la tarea del Reino.
Cada vez soy más consciente de que esto no es cosa mía. Cuanto menos soy más de Dios me siento y más comprendo eso de que no me llamó por mis éxitos sino sencillamente por AMOR.
Por amor, viene el Señor cada día hacía mí en la oración. Es ese instante donde sólo deseo estar con Él, libre de mí. Donde intento dejarle todo en sus manos y donde quiero aprender de su mirada, de su ternura, de su sencillez, de su libertad. ¡A veces ocurre el milagro! Y por un momento parece que me olvido de controles, resistencias y bloqueos…y siento como se calman mis prisas y cómo una voz cálida me susurra ¡Ven!...” Hoy tengo que alojarme en tu casa”
Por amor, el Señor me llena el corazón con nombres nuevos con quienes caminar y en quienes quererle, mi comunidad. Para mí, es estímulo para vivir en verdad mi vocación y también zarandeo que me ayuda a buscar lo más evangélico y seguir creciendo.
Y por amor me invita a seguirle como Esclava del Divino Corazón, cada día con un sí nuevo y cada vez un poquito más grande. Es la Congregación para mí como un campo de girasoles (¡Que me encantan!)Buena gente que busca y se torna siempre a Dios y que me ayudan a girarme siempre a Él.
Que… ¿Por qué mi vocación es un Don? Porque gracias a Dios no depende de mí. Yo prometo cada día trasmitir su amor personal con mis torpes palabras, con mis pobres gestos, con mi mirada…es decir, buscar su Reino y lo que le es propio…y el Señor “de los lirios”, por AMOR, hace el resto y me da por añadidura. Es el mejor de los regalos.
Rocío
El día 7 de septiembre, en la víspera de la fiesta de la Natividad de la Virgen, tuvimos el gusto de celebrar con los vecinos del barrio la renovación de votos de Victoria. A ella se le ocurrió que podría ser en la parroquia, donde cada día celebramos la Eucaristía en un ambiente sencillo, piadoso, que invita al recogimiento y la alabanza. Dimos gracias a Dios por la respuesta ilusionada, generosa y agradecida de Victoria al amor del Señor, que expresó con la lectura de la fórmula de Consagración.
Empezamos el día 4 de Septiembre con mucha alegría y entusiasmo para aprovechar lo mejor de un día de convivencia en la Casa de Retiro San Agustín en Machachi. Fuimos acogidas por el Padre Juan Valpuesta S.J.
Comenzamos el encuentro con una oración sencilla donde compartimos nuestros sentimientos de agradecimientos y esperanza por esta nueva comunidad que El Señor nos envió. Todo el día aprovechamos el paisaje y la presencia de cada una.
Dimos a conocer compartiendo un poco de nuestra historia personal y de nuestra forma de ser.
Tuvimos también una dinámica donde se manifestó nuestro deseo de construir una comunidad fraterna y en la que haya comunicación sana.
Terminamos el día con la Eucaristía dando gracias a Dios por el regalo de este día.