Pasó la última nube,
aún llovía
cuando brillaba el sol
De agua y luz
chorreaban los álamos del río
cuando el dedo de Dios
en el cielo expresó
su promesa hecha arco
dibujada en color.
Alégrate!
Porque es para siempre
la alianza de Dios
Porque es para siempre
su gran fidelidad...
Una paloma blanca
entre el monte y el río
no cesa de volar
Alégrate!
La vida continúa
con su carga de amor
reflejado en una gota de agua
y en un rayo de sol.
Consuelo Ojeda
OASIS.
Isla de verdor
en un mar de arenas.
OASIS.
Reír y animar
aun teniendo el alma
su dolor y penas,
OASIS.
Un canto de paz
cuando todo es guerra.
OASIS.
Es hallar amor
aun en la tierra.
Consuelo Ojeda
No sé expresarlo,
pero siento, Señor, tu cercanía,
como siento la brisa,
como siento el calor,
y percibo el aroma de la flor.
No sé expresarlo,
como en la noche fría
hay paz y vida y la luz y el calor.
Consuelo Ojeda
No quieras forzar las cosas.
Haz tan sólo aquellas cosas
que te impulsa el amor.
No quieras cambiar la ruta
que en el aire traza el viento;
ya madurará la fruta
cuando llegue su momento;
ya se encargará la brisa
de abrir el capullo en flor.
Pide sólo más amor,
esfuérzate por amar,
que no vale acumular
las cosas y los cuidados.
Pide sólo más amor,
que todo a su alrededor
cambia de luz y color
para los enamorados.
PIDE SOLO MAS AMOR.
Yo quise ser misionera,
fueron mis primeros sueños,
en esto puse mi empeño
y llegué a serlo de veras.
Y es que al buscar santidad
ésta no la concebía
sin un dar con valentía
por la entrega más total.
Entrega que yo juzgaba
había de ser esa vida
que ya sólo era vivida
por el objeto que amaba.
Y es cierto que allá en las selvas
en que nada humano encuentro
es donde yo más me siento
a Dios dada sin reservas.
Allí sólo a Dios se siente,
no hay nada que de este suelo
pueda dar goce y consuelo
¡Sólo Dios! ¡Bendita suerte!
Por eso en ser misionera
sigo poniendo mi empeño
¡salvar almas! son mis sueños
dándome a Jesús de veras.
Octubre 1957 (M. Belén a bordo)
Mi voluntad, Señora,
se quedó aprisionada
una tarde serena
entre tus manos blancas.
Desde entonces es un hecho
la honda paz de mi alma.
Y en las dulces prisiones
de tus manos, la gracia
ha infundido en mi vida
la libertad soñada.
Libertad que es la luz,
libertad que es la calma
de quien lo tiene todo
cuando no quiere nada.
Libertad en tus manos
poderosas y santas.
Que he descubierto un mundo
infinito en el alma.
Todo lo hallé al dejarlo
todo en tus manos blancas.
Mi vida es una escalada
Me entusiasmaron las cumbres,
las montañas.
Toda mi vida es compendio
de muchas ansias.
Siento como el alpinista
la irresistible llamada
a subir... no sé hasta dónde
de la montaña.
Así me encuentro conmigo
Y soy yo.
Y todo es a la luz blanca
de un soñar siembre con algo
¬que no se abarcará.
El escalador conoce
que a veces rodando baja,
pero no pierde de vista
la cumbre alta.
Y sigue con el empeño
de la montaña.
Consuelo Ojeda
MARIA
Misterio de Dios.
MARIA
Silencio de Dios.
MARIA
Mujer a la escucha de Dios.
¿Qué hiciste? Nada.
Dejaste hacer.
¿Qué pediste? Nada.
Sólo responder
a una llamada,
a una misión,
que quedó guardada
en tu corazón.
Tu vida fue
profunda humildad.
Tu vida fue
serena bondad.
Tu vida fue,
tu vida es
luz y claridad.
Mujer sencilla
y profunda en el amor.
Mujer orante
en silencio y en fervor.
Mujer atenta
ante el divino rumor.
Y disponible
Esclava del Señor.
Fiat.
Fue tu palabra.
Fue tu oración.
Fue tu existencia.
Fije tu canción.
Y todo en el santuario
limpio de tu corazón.
MARIA
Misterio de Dios.
Silencio de Dios.
Rectitud
MARIA
Belleza de dios.
Música de Dios.
Juventud.
MARIA
Ternura de Dios.
Sonrisa de Dios.
PLENITUD
Consuelo Ojeda
Yo vivo, yo respiro, yo sufro,
yo soy protagonista de mi vida.
Yo vivo mis tragedias, mis fracasos,
mi enorme soledad.
Y pregunto ¿por qué?
Y Teresa de Calcuta me responde:
viven y respiran y sufren,
y son protagonista de mi vida.
Yo vivo sus tragedias, sus fracasos,
su enorme soledad...
Y pregunto ¿por qué?
Y Teresa responde:
Yo contemplo la vida
desde la otra ribera
se han cambiado las luces
al cruzar la frontera.
Consuelo Ojeda
Quiero la libertad,
la libertad en plenitud.
Rompe tú mis cadenas…
Un pájaro enjaulado soy yo
ábreme la puerta.
Quiero volar, volar,
llegar muy lejos.
Pues me hiciste, Señor, interminable
libérame,
libérame tú.
No me hablen de ocaso,
porque mis ansias son amaneceres.
No me hablen de abismos,
porque tiendo a mirar hacia las cimas.
¬No me hablen de sombras
cuando busco luz.
No me pidan ni quieran que yo actúe'
con estrecheces y angustias.
Ya entiendo otro lenguaje
desde aquel día en que empezaste tú
a hablarme por amor
de lo que es el amor.
Tú que eres libre,
rompe al fin mis cadenas.
Libérame,
Impúlsame a volar.
Abre la puerta que me aísla en mi casa,
y haz que salga de mí.
Y en mi camino cerca te sentiré.
Libérame
Libérame tú.
Consuelo Ojeda
La vida es maravillosa
cuando tu fuerza
la siento dentro de mí.
La vida es interminable
cuando tu vida
la siento dentro de mí.
La vida,
un regalo precioso
que tú me has querido dar.
Vivir
sólo para darla,
Vivir
sólo para amar.
La vida es maravillosa
cuando tu amor
lo siento dentro de mí.
La vida es una riqueza
cuando tu acción
la siento dentro de mí.
Mi vida
tú la iluminas
con tu calor v tu luz.
Vivir
es ir conociendo,
Vivir es ir descubriendo
todo eso que eres Tú.
Consuelo Ojeda
Fue una tarde junto al mar
Mediterráneo.
Sólo tu amor y tu paz
y tu perdón.
Sentí la felicidad
de sentirme perdonada
una tarde frente al mar.
Qué azul las aguas del mar
Mediterráneo.
Me rodeaba el silencio,
la soledad.
Como las olas borraban
toda huella en las arenas,
sentí que habías olvidado
una tarde frente al mar.
Qué infinito era aquel mar
Mediterráneo.
Su imagen de claridad
me acompañó mucho tiempo
como una estela de paz...
Cuántas veces necesito
revivir un sentimiento
de una tarde junto al mar.
Consuelo Ojeda
Hoy construiré un poquito más
LA ESPERANZA
dejando atrás algunas cosas,
despojándome de otras:
dejaré el miedo sentado en un taburete,
la costumbre en una silla
y esa que no soy yo y que me ha servido hasta ahora
tumbada en el sofá.
Prohibido mirarme mucho
-me digo mientras impulso mi corazón hacia delante-,
ni hacer llorar a los sentimientos dolientes,
prohibido utilizar las manos
para agarrar sombras nuevas con las que sostenerme,
admitidas mis piernas, mi corazón, mis manos frescas...
y la fe como bandera.
Abro la ventana y es de día.
¿Por dónde va ella? -¡Ah sí,
ya la reconozco!!!
Bajo enseguida y delante de sí misma
con temblores... me digo:
Es ella, comienza y confía,
y sin darme cuenta, pero queriendo,
agradándole estoy con mimo.
Es LA ESPERANZA, mi destino.
Irene del Río
Haz de mi vida una Eucaristía,
porque desborda mi gratitud,
y no sé ni siquiera agradecer.
No respondo, Señor, a lo que esperas...
¿Pero, qué esperas tú?
Ya no hago proyectos. Todo es vano.
Tú sabes que deseo
aquí, y después cuando ya esté contigo,
cantarte mi profunda gratitud.
Consuelo Ojeda
Madre Belén 27-11-1962
Nadie sabe decirme lo que quiero
que todos callen
¡Háblame Tú, Señor!
Sedienta de tu gracia yo me muero
Tú sólo sabes
calmar mi corazón.
Ya es hora de que como a otro ciego
apliques a mis ojos
el lodo salvador.
Ven, Jesús, que tengo ansias de Cielo
quítame los abrojos
¡Dame tu luz, Señor!
Postrada con el peso de tus gracias
¡Señor, aquí me tienes...!
mi flaqueza no acierta a descubrir
Señor, qué es lo que quieres.
Si no fuera porque confío en tu amor
yo llegaría a pensar
que ya me estás pagando aquí en la tierra
mi pobre caminar.
Yo no esperaba alivio en esta vida
y quise prescindir
de comprensión humana, de consuelos,
y entonces... ¿por qué así?
Más humilde yo acepto esta limosna
y te digo sin miedo
Jesús, sin condiciones, que soy tuya,
contigo todo puedo.
23-12-1960.
Madre Belén
Eloísa Planas
Sol de justicia andaluz,
del girasol de los campos…,
que en silencio nos recuerdas
a ese otro Sol, aun más cálido.
¡Cuánta belleza…
¡cuánta presencia de Dios
en quien le mire, en silencio,
para dejarse abrasar
de ese fuego de su Amor
Siempre girando y girando
siempre mirando hacia el Sol.
Hay que dejarse abrasar
de ese fuego de su Amor.
Todos vueltos hacia Ti
como a su único Centro,
e irradiar la paz intensa
de este campo amarillento
que tanto armonía tiene
y tanta paz da por dentro.
(Ante un campo de girasoles. En el tren 20-6-91)
Estás presente
en la fuente escondida,
en la flor que se abre,
en el ave al volar.
Estás presente
en la estrella lejana,
en las luces del alba
y en las olas del mar.
Estás presente
en la noche callada,
en la bulla y la vida,
el descanso y la paz.
Estás presente
porque lo animas todo,
porque lo llenas todo,
porque a todos te das.
Estás presente
en mis grandes silencios,
en mis ratos de espera,
en la serenidad.
Estás presente
en la dicha profunda
de quien ve sus anhelos
hacerse realidad.